12 de mayo de 2025
Los oficialismos locales se impusieron en Chaco, Jujuy, Salta y San Luis. Baja participación, suerte dispar para los libertarios en su intento de armado nacional y derrotas del peronismo fragmentado.

Jujuy. Sadir celebra junto con candidatos locales el triunfo en los comicios.
Foto: NA
Hay un aspecto complejo al analizar las elecciones desdobladas en la Argentina. Se corre el riesgo de caer en la tentación de darles una lectura nacional y eso puede llevar a grandes errores. En 2023, las elecciones provinciales que precedieron a la nacional mostraron pésimos resultados para La Libertad Avanza (LLA). Luego llegaron las PASO y el entonces candidato Javier Milei obtuvo el 30% de los votos.
Este domingo 11 de mayo se llevaron a cabo las legislativas en cuatro provincias: Salta, Jujuy, Chaco y San Luis. Son antesalas de la gran cita nacional, en octubre, cuando se renueven la mitad de los diputados nacionales y un tercio de los senadores. Los comicios de ayer mostraron tres claves que se repitieron, con matices. En primer lugar, triunfaron los oficialismos locales. En segundo, hubo baja participación. Y por último, la crisis de representación del peronismo continúa. Ahora sí, un análisis pormenorizado, terruño por terruño.
Salta
En Salta se dio una situación singular. Parecía que todos habían ganado, según la forma en que cada campamento leyó los resultados. La participación en toda la provincia fue baja. Solo el 58% de los electores habilitados fue a votar. Esto consolida la tendencia que había aparecido en las elecciones para convencionales constituyentes en Santa Fe, en las que votó solo el 50% del padrón.
LLA celebró su triunfo en la capital salteña. Su candidato a senador, Roque Cornejo, alcanzó el 35%, superando por cinco puntos a Ricardo Biella, postulante del oficialismo provincial. Cornejo era candidato de la fuerza que a nivel local lidera Alfredo Olmedo, exdiputado nacional, conocido como «el rey de la soja» y que en su momento hizo alianza con Mauricio Macri. Olmedo es la figura central de LLA en Salta.
Esta victoria, aunque sea solo en la capital, donde vive el 42% de la población, fue un poroto que se anotó Karina Milei. La hermana del presidente es la encargada del armado nacional del partido y de las alianzas en los territorios.
En el búnker del gobernador salteño, Gustavo Sáenz, también festejaron y pusieron el acento en el resultado de toda la provincia. El mandatario subió al escenario del comando partidario y dijo: «No sé cómo se leen las elecciones, pero digo, si de 12 senadores que se elegían ganamos 11, creo que ganamos. Si de 30 diputados ganamos 20, creo que ganamos, ¿no?», ironizó. Es cierto. El punto es que la sorpresa suele tener aroma de triunfo y fue lo que ocurrió en la capital provincial.
En tanto, el peronismo no alineado con Sáenz no logró sumar ningún legislador y quedó peleando en la zona del 6% con el Frente de Izquierda. Si las elecciones de medio término sirven para medir fuerza hacia adentro, el resultado salteño le deja al peronismo dos datos claros: el gobernador es quien tiene los votos de ese sector en su terruño y la división puede llevar a un triunfo mileista en dos años.

Sáenz. El titular del Ejecutivo salteño votó en el Instituto San Andrés de la capital provincial.
Foto: NA
Chaco
Aquí se repitió el duelo que se libró en 2023 por la gobernación. El exgobernador Jorge Capitanich encabezó la lista del frente Chaco Merece Más. Su principal contrincante fue la alianza, recién estrenada, del gobernador radical, Leandro Zdero, con LLA. Se unieron en el frente Chaco Puede + La Libertad Avanza. No hubo un gran esfuerzo para crear un nombre.
Un dato central de la jornada fue que, al igual que en Salta, la participación fue baja. Solo el 52,06% de los ciudadanos habilitados a votar fueron a las urnas.
El principal candidato a la legislatura provincial de la coalición oficialista era Julio Ferro. Sacó el 45,23% de los votos. En segundo puesto quedó Capitanich con el 33,9%.
El peronismo ‒otra vez‒ fue dividido. El tercer puesto lo logró la coalición de ese origen, Primero Chaco, liderada por Atlanto Honcheruck, diputado provincial y exintendente de Villa Berthet, que consiguió el 11,25% de los votos. Una simple cuenta: si se sumaran los porcentajes de Capitanich y Honcheruck, el peronismo habría arañado el 45% y peleado de ese modo voto a voto con la coalición de Zdero.
Jujuy
La tierra de la maravillosa Quebrada de Humahuaca fue la que tuvo el mayor nivel de participación de las cuatro provincias. Votó el 65% del padrón. Fue un poco mejor que las demás, pero estuvo por debajo del promedio histórico, superior al 70%.
Los resultados de Jujuy deberían disparar una autocrítica profunda en el peronismo, ya que a nivel provincial se está transformando casi en un partido testimonial. El frente del gobernador radical Carlos Alberto Sadir, sucesor de Gerardo Morales, consiguió el primer lugar. La coalición Jujuy Crece, que llevó como primer candidato a Adriano Monroe, consiguió el 37,65% de los votos. Lo siguió La Libertad Avanza, con la figura de Kevin Ballesty, que sacó el 22,27%. En el tercer puesto apareció el Frente Justicialista con la candidatura de Noemí Isasmendi, que consiguió el 9,38%. Muy cerca se ubicó el postulante del Frente de Izquierda, Alejandro Vilca, con el 9,16%. El otro espacio peronista que compitió, Somos Más, alineado con la senadora nacional Carolina Moisés, solo obtuvo el 3,7% de los votos.
San Luis
La provincia que durante décadas fue hegemonizada por los hermanos Rodríguez Saá estrenó la boleta única de papel para las elecciones locales.
Si la medida del éxito pasara por la participación, habría que plantear que el nuevo sistema arrancó con rechazo. A las urnas concurrió solamente el 60% de los sanluiseños.
El gobernador Claudio Poggi impulsó su coalición Ahora San Luis, habitada por los mismos partidos que lo acompañaron hace dos años cuando ganó la provincia. San Luis es uno de los pocos distritos en los que todavía sobrevive lo que fue Juntos por el Cambio. El candidato que lideraba la lista del oficialismo local era Jorge «Toti» Videla. Sacó el 47,27% de los votos. Y en segundo puesto quedó el Frente Justicialista, con una lista encabezada por la actual diputada nacional Silvia Sosa Araujo. Esa fuerza, conducida por Alberto Rodríguez Saá, obtuvo el 26%. De modo subterráneo, la guerra entre los hermanos Rodríguez Saá continuó en esta elección. Adolfo respaldó la lista de Poggi.
En tercer puesto quedó un frente sin anclaje nacional que se presentó con el nombre de Tercera Posición. Utilizaron a un león como símbolo de la fuerza, aunque no tenían el apoyo del presidente Milei. El fracaso de LLA como espacio político en San Luis fue total. Las batallas internas de los caciques locales trabaron tanto las cosas que ni siquiera pudieron armar un frente para presentarse.
Las cuatro elecciones fueron el primer pantallazo del año electoral. Milei no puede festejar como si se llevara el mundo por delante y al peronismo no parece quedarle otra opción que poner todo en discusión para reposicionarse.