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Gobierno sin red

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Alberto López Girondo

La gestión libertaria se debate entre las derrotas parlamentarias, el pedido de socorro a EE.UU. ante las turbulencias financieras y cambiarias, y las denuncias contra su principal candidato a diputado.

Milei con Espert. El presidente sostiene su apoyo al diputado, pese a las revelaciones de su vínculo con Machado.

Foto: Getty Images

Cada una de las últimas semanas fue empeorando para el Gobierno de Javier Milei, pero la historia está en pleno desarrollo y sorprende la cantidad de granadas que detonan la gestión anarcocapitalista cuando se acercan las elecciones de medio término.

Irónicamente, podría decirse que el «escándalo Espert» fue muy útil para poner en segundo plano el «escándalo Spagnuolo», ya que la ofensiva de propios y ajenos contra el diputado libertario tapó la arremetida contra la hermana presidencial y los primos Menem. Todo esto con la «música ambiente» de una crisis financiera, económica y política que amenaza seriamente la gobernabilidad, aunque por esa ley aristotélica de que la naturaleza no tolera el vacío, el Congreso toma la posta y el jueves 2 el Senado rechazó los vetos a las leyes de financiamiento universitario y de declaración de emergencia en pediatría, visibilizada en el Hospital Garrahan.

No fueron las únicas decisiones abrumadoras del Parlamento que van contra de los deseos manifiestos del Fondo Monetario Internacional, que exige un apoyo político amplio para su tradicional plan de reformas estructurales. Para colmo, el «salvataje» de la administración de Donald Trump no sería tan generoso como se lo había presentado y, además, la crisis argentina repercute en la propia gestión del empresario inmobiliario, de allí la desesperación que cunde en Balcarce 50.

En estos días, se fue hundiendo más la figura de José Luis Espert, el polémico diputado que con un discurso troglodita y el lema «cárcel o bala» se convirtió en figura mediática y saltó a la política. Sus relaciones bastante tortuosas con Federico Andrés «Fred» Machado –acusado de estafas, lavado de dinero y contrabando de estupefacientes en un juzgado de Texas, Estados Unidos, y con prisión domiciliaria en Viedma– y sobre todo su arrogante respuesta ante cada nueva prueba lo fueron dejando tan a la intemperie que solamente el presidente seguía defendiendo su candidatura a la cabeza de la lista libertaria para Diputados por la Provincia de Buenos Aires. Cómo será que la diputada Vilma Ripoll despertó risas cuando en una reunión de la Comisión de Presupuesto de la Cámara Baja, que preside, le preguntó si ante esta realidad, él elegiría cárcel o bala.

La situación política de Espert podría explicarse con una frase de la cultura árabe que el fallecido papa Francisco solía repetir: «Trata bien a todos cuando vayas subiendo. Los vas a encontrar cuando vayas bajando». Así, su exsecretaria de prensa y el presidente del partido con el que se presentó como candidato en 2019 fueron mostrando sus aspectos más oscuros de maltratador, prepotente, ávido de dinero, y desmintieron cada uno de los argumentos que fue presentando en su defensa, en la que no dudó en descargar culpas en otros.

La campaña electoral aparece como cuesta arriba para La Libertad Avanza, que no tiene mucho para ofrecer al electorado salvo proponerse como el enemigo del kirchnerismo y necesita acusar de todos los males del mundo a ese sector del peronismo. Y tanto sea dirigentes como medios que no sean declaradamente oficialistas, resultan cubiertos con ese sayo, con intenciones denigratorias. Pero el economista cayó tan en desgracia que hasta comunicadores que hasta ahora lo vinieron bancando en los canales TN, La Nación+, A24 y algunos streamings oficialistas, de pronto recordaron cómo es el periodismo y se atrevieron a repreguntas que lo hicieron trastabillar. El golpe final se lo dio un artículo del diario La Nación firmado por Hugo Alconada Mon y Paz Rodríguez Niell, dos periodistas respetados en todos los ámbitos, donde presentan documentos irrefutables sobre un pago que compromete a Espert.

Fue entonces cuando, ya sin más espacio para deslegitimar la denuncia del candidato de Fuerza Patria Juan Grabois, Espert publicó un mensaje leído con mucho énfasis, es cierto, pero muy poco feliz, en el que dio su versión sobre los 200.000 dólares que habría recibido de una supuesta empresa minera guatemalteca, y que pocas horas más tarde sería también refutado. Milei, por alguna extraña razón, le seguía dando crédito a un postulante a legislador que en su entorno le pedían correr del medio porque arrastra a toda la boleta de una alianza de LLA con el PRO, pero color violeta.


Vientos del Norte
Para el presidente, el caso era una «operación berreta» y un «chisme de peluquería». La autodefensa de Espert, a todo esto, recordó la estrategia que usó el propio Milei en el caso de la criptoestafa, en febrero pasado: «Fui ingenuo». Lo que debería descalificarlos para ocupar cargos de tamaña responsabilidad. Quizás si en ambos casos las causas estuviesen en manos de jueces locales, Milei o Espert basarían su defensa en tildar a los togados intervinientes de kirchneristas o «zurdos». No resulta tan fácil sostener la misma argucia en los juzgados de Nueva York o Texas; pero esos no son los únicos vendavales septentrionales.

A todo esto, las palmadas en el hombro que el secretario del Tesoro Scott Bessent le fue dando a su par argentino, Luis Caputo, se diluyeron rápido. La primera fue en abril, cuando se esfumaron los dólares que había dado el FMI para mantener con vida al plan financiero del Gobierno y se pensó que con eso alcanzaba para calmar a unos mercados inquietos por la marcha de la economía. Con el resultado de las elecciones bonaerenses de septiembre todo empeoró para el Gobierno y Bessent prometió, entre otras cosas, 20.000 millones de dólares adicionales para respaldar a un aliado estratégico clave en la región. Luego vino la entrevista en un pasillo de la ONU con Donald Trump y una jugada que el periodista Carlos Pagni definió como «una chapuza»: para conseguir dólares y ante la demora en responder a un nuevo pedido de auxilio, el Gobierno bajó las retenciones a 0 en granos y soja. Lo que levantó quejas de los «farmers», base electoral del trumpismo y además, significó pérdidas impresionantes en recaudación fiscal, con el agregado de que de los 7.000 millones liquidados quedó poco para el fisco, que nuevamente salió a vender para sostener el peso.

Senado. La Cámara Alta rechazó dos vetos presidenciales con una mayoría que superó ampliamente los dos tercios de los presentes.

Los chacareros estadounidenses se quejaron porque ellos tienen obstáculos para vender a China y entre los beneficiarios de este esquema figuró una multinacional de esa nacionalidad. Los chacareros locales también protestaron, porque la baja fue por tres días y ellos se quedaron con la ñata contra el vidrio. Por si esto no alcanzara, la oposición demócrata y un gran espacio de los republicanos se opuso al apoyo a Milei, por razones ideológicas y porque le rechazan el incremento de la deuda que pide la Casa Blanca, lo que provocó el cierre del Gobierno. Eso llevó a que Bessent dijera que el dinero prometido no era tal; que se trataba de un swap, pero que «plata no hay».

Finalmente: Caputo, que para Mauricio Macri era «el Messi de las finanzas», extrema las adulaciones al «amigo norteamericano» y lo llama «el Messi del Tesoro». Pero luego de asegurar que la administración Trump iba a ayudar sin pedir nada a cambio, se conoció el decreto por el cual se autoriza el ingreso de tropas de EE.UU. para realizar ejercicios en tres bases navales argentinas, sin el aval del Congreso y cuando el Pentágono amenaza con una incursión para perseguir a bandas narcos en Venezuela.

https://www.bbc.com/mundo/articles/c98dr76l7mro

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