Política

La huella de Angelelli

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El recuerdo del sacerdote comprometido con los pobres fue en el CCC Floreal Gorini, con el director del documental realizado en 1986 y que no pierde actualidad. Merecido homenaje en el que se destacó la obra y el legado del obispo de La Rioja.

Debate. Mallimaci, Olivieri, Bomhecker y el cura Domingo Bresci dejaron su testimonio. (Jorge Aloy)

 

Formado en la Doctrina Social de la Iglesia, el obispo Enrique Angelelli fue defensor  de una renovación pastoral en el marco del Concilio Vaticano II. Sus concepciones sociales lo llevaron a encontrarse con el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo. Impulsó la creación de sindicatos rurales en una provincia en que la curia había sido, históricamente, cómplice del poder patriarcal de los terratenientes. Su labor social lo colocó, en los tiempos de polarización política, del lado de los trabajadores, y le ganó la abierta enemistad de los sectores integralistas de la Iglesia. Fue asesinado el 4 de agosto de 1976, cuando volvía de un viaje a Chamical, adonde había ido a investigar el crimen de los sacerdotes Carlos de Dios Murias y Gabriel Longeville. El gobierno militar caratuló su muerte como accidente automovilístico, versión que se mantuvo hasta la reapertura de la causa, en 2009, y posterior condena de Luis Fernando Estrella y Luciano Benjamín Menéndez por homicidio calificado.
En el 40 aniversario de su asesinato, el Centro Cultural de la Cooperación realizó un homenaje que incluyó la proyección del documental Con un oído en el pueblo y otro en el Evangelio y un panel sobre su obra. La charla, coordinada por Susana Cella, contó con la presencia del ex secretario de Culto de la Nación, Guillermo Olivieri; el exdecano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, Fortunato Mallimaci; el sacerdote Domingo Bresci, integrante del Movimiento de Sacerdotes por el Tercer Mundo; y Mario Bomhecker, director del film.
«La estrenamos en 1986 y a partir de ahí empezó su camino. Incluso ha engendrado otros filmes», explicó Bombhecker en referencia al documental sobre Antonio Puigjané, para el que Fabio Zurita tomó imágenes de su película,  y de un trabajo, aún en producción, sobre Alipio Paoletti, director del diario cooperativo El Independiente, que reunió a gran cantidad de intelectuales y artistas de La Rioja.

Evangelio. Angelelli cayó por defender su fe.

 

Oliveri, por su parte, habló de los más de 6.000 documentos de la Cancillería generados durante la dictadura y desclasificados durante su gestión a pedido de Héctor Timermann, en los que se revela un seguimiento de los sacerdotes en todo el país. «Eso era el Estado policial por excelencia. Su objetivo fundamental era desarmar la organización, y desarmar implicaba matar, como lo hicieron con Angelelli, y poco tiempo después con el obispo (Carlos Horacio) Ponce de León».
 «Los servicios de Inteligencia tuvieron un papel fundamental, señalando en todo el país quiénes eran aliados de las Fuerzas Armadas y quiénes eran subversivos. Era un trabajo de seguimiento, clasificación y represión», ratificó Brescia El sacerdote sostuvo que «Angelleli sigue siendo un modelo que ilumina, pero él no fue uno, ni estuvo solo. Formó parte de un proyecto colectivo, de una corriente de laicos y religiosos que, como él, apostaron por una renovación dentro de la Iglesia y una transformación de la sociedad latinoamericana».
Mallimaci destacó que la muerte de Angelelli muestra que «no había complicidad» de grupos católicos con el terrorismo de Estado y señaló la necesidad de mantener un ejercicio de memoria. «Figuras como Angelelli, cuando pasan al bronce, se edulcoran. Él puso el cuerpo, la vida. Era un obispo sacerdote, un cristiano militante. Y la militancia es importante, porque muestra que queremos transformar aquello que nos domina, aquello que nos explota».