30 de abril de 2024
A casi cinco meses de asumir el Gobierno, Milei logró su primer triunfo parlamentario con la media sanción en Diputados de dos proyectos de ley. El rol clave de la oposición «amigable».
Congreso. El oficialismo, con el apoyo del PRO, Hacemos Coalición Federal y el radicalismo, aprobó sus primeros proyectos.
Foto: Juan Vargas
El presidente Javier Milei acaba de obtener la primera victoria política de su presidencia. Puede resultar paradójica. Su narrativa antisistema se ve debilitada. Es, a partir de ahora, un presidente más institucional. La media sanción de su Ley Bases y el paquete fiscal se logró por un largo trabajo de negociación con «la casta», a la que tanto ha denostado, tanto que ha llegado a denominar «nido de ratas» al Congreso Nacional. Ese nido acaba de darle media sanción a un proyecto que implica un enorme retroceso en derechos sociales para la Argentina y al mismo tiempo una ofrenda para grandes grupos económicos, locales y extranjeros, con la premisa de que, supuestamente, vendrá la «lluvia de inversiones».
Otro de los hechos políticos que puede facturar el presidente es que mostró cierta capacidad para generar gobernabilidad, uno de los puntos que generaba resquemores incluso en el propio círculo rojo de los empresarios que lo respaldan. El trabajo fino de toma y daca durante estos dos meses estuvo a cargo del ministro del Interior, Guillermo Francos, y del jefe de Gabinete, Nicolás Posse. Ambos son miembros de la supuesta ala «dialoguista» del Gobierno.
Relaciones de fuerza
La votación de la ley y de sus puntos fundamentales dejó también un mapa de las relaciones de fuerza y alianzas en la Cámara de Diputados.
La Libertad Avanza casi logró los 144 votos que había conseguido en febrero para la aprobación en general. Esta vez fueron 142. Ese respaldo incluyó a los representantes del oficialismo, a los del PRO, 30 de los 34 que tiene el bloque de la Unión Cívica Radical y la mayoría de los legisladores referenciados en Miguel Pichetto. Es una confluencia muy similar a la de febrero.
Del otro lado hubo 106 votos. El número se conformó con el bloque en pleno de Unión por la Patria, al igual que del Frente de Izquierda. Se sumaron Natalia de la Sota, de Hacemos Coalición Federal (Pichetto) y los dos santafesinos del mismo bloque. Hubo –además– cinco abstenciones, cuatro de los radicales, entre ellos Facundo Manes, y la representante de la Coalición Cívica Mónica Frade.
En la mayoría de los bloques «opositores» que acompañaron la piedra basal del Gobierno de Milei primó la argumentación de quitarle la «excusa» al mandatario de que no lo dejan gobernar. El presidente de la bancada radical Rodrigo de Loredo expresó esta posición en su intervención durante el debate. La singularidad del discurso era su contradicción: al escucharlo parecía un ferviente opositor, pero en el acto era oficialista. «No votamos a favor del Gobierno. Votamos a favor del pueblo argentino que tiene una esperanza. Y para que un gobierno, con serios problemas de gestión, deje de echarnos la culpa de las cosas que no funcionan», dijo en el remate de su intervención. La frase es una buena síntesis del análisis político que resultó preponderante en la oposición «dialoguista». Por supuesto que en ese archipiélago también hay dirigentes que coinciden ideológicamente con varios de los puntos que propuso Milei, como es el caso de Pichetto.
Protesta. El Congreso sesionó rodeado de reclamos de los sectores afectados por las medidas propuestas por el Gobierno.
Foto: Mariano Dalaison
Picado fino
Martín Menem había conseguido en la reunión de Labor Parlamentaria, previa a la sesión, que la votación fuera por capítulos y no por artículos. Era una forma de agilizar la votación y también de neutralizar disidencias en algunos puntos que pudieran resultar claves para el Gobierno. Es lo que le había ocurrido al oficialismo en el tratamiento de febrero. Lograron la sanción en general, pero cuando llegó el momento de la votación en particular varios de los diputados que habían acompañado se opusieron y Milei terminó decidiendo volver la ley a foja cero.
Ahora el oficialismo se había tomado el trabajo de allanar el camino antes de intentar cruzarlo de nuevo. Por ejemplo, redujeron de más de 40 a 8 las empresas públicas que se pueden privatizar. A pesar de esto, en el paquete quedaron varias que son estratégicas, entre ellas, Aerolíneas Argentinas, Aysa, Radio y Televisión Argentina, los ferrocarriles. Se viene una oleada de privatizaciones en las que el Gobierno nacional podrá esquivar el debate público.
Uno de los capítulos clave y controvertidos de la votación fue el de la delegación de facultades. En la primera versión de la norma, en febrero, Milei se transformaba en Luis XV. Tenía la capacidad de gobernar sin el Congreso por dos años y la posibilidad de estirarlo por dos más a sola firma. Ahora contará con esta potestad por un año y solo podrá alargar el tiempo con aprobación del Parlamento. En este capítulo, que viene atado a los otros, el oficialismo perdió una parte de respaldo. Bajó a 134 votos a favor y tuvo 117 en contra. La diferencia se explica sobre todo por el cruce de vereda de los diputados de la Coalición Cívica.
Aliados. Pichetto, junto a Massot y Stolbizer: una bancada clave en el apoyo a La Libertad Avanza.
Foto: NA
En el capítulo de Régimen de Regularización de Activos (blanqueo) los números fueron similares a la delegación de facultades. Es decir que puede afirmarse que Milei consiguió un bloque de respaldo que ronda los 134 escaños para los puntos más importantes de piedra basal. Además de los capítulos mencionados, en el corazón de la ley está la declaración de las emergencias, el régimen de promoción de inversiones, y la reforma laboral que les quita derechos a los trabajadores. En tanto, en el paquete fiscal se aprobaron la restitución de Ganancias para más de un millón de trabajadores, un amplio blanqueo de capitales y la baja del impuesto a los bienes personales, entre otros puntos que marcan ganadores y perdedores del modelo libertario.
La votación dejó un nuevo escenario parlamentario. Los intentos de acercamientos opositores de las últimas semanas se volaron como las hojas con el viento. ¿Qué puede pasar ahora con el mega DNU 70/2023? No hay una respuesta lineal. Quizás las fuerzas políticas que tienen la posibilidad de inclinar la balanza apuesten a hacer un gesto de autonomía y lo rechacen, pero nada de eso está todavía claro.
La piedra basal del Gobierno de extrema derecha pasa ahora al Senado. Las posiciones de los diputados que responden a algunos gobernadores de forma directa dan cuenta de que el oficialismo empieza con chances de conseguir la victoria, aunque quedan puntos por negociar. Cualquier modificación haría que la ley deba retornar a Diputados, por lo que el Gobierno pondrá todos los cañones en que se apruebe como está. Milei tuvo su primer éxito político y profundizará su ajuste sobre los sectores populares.