6 de enero de 2025
Las elecciones de este año definen, además de la correlación de fuerzas en el Congreso Nacional, la perspectiva para el plan de ajuste que impulsa el Gobierno. Realineamientos en todos los espacios y alianzas en ciernes.
Foto: Jorge Aloy
La sociedad argentina volverá a las urnas en este 2025 que acaba de empezar y se enfrentará a una decisión que marcará su destino. Lo que está en juego en este proceso es si Javier Milei logra consolidar una hegemonía política y por lo tanto pueda darle mayor impulso a su proyecto de demolición del Estado y remate del patrimonio nacional. O si, por el contrario, las urnas expresan malestar social y ponen un límite al ajuste que el presidente aplica sobre los jubilados, estudiantes, trabajadores, pymes.
Como ocurre siempre con las elecciones legislativas de medio término, la forma en que se interpreten los resultados será parte de la disputa. Contabilizar los votos nacionales no será fácil. Habrá alianzas distintas en cada provincia, aunque el presidente haya expresado su deseo de que los acuerdos, al menos con el macrismo, sean «en todas partes o en ninguna» y deja el armado de su fuerza en todo el país a cargo de su hermana, la secretaria general de la presidencia, Karina Milei.
La interpretación del voto peronista, por ejemplo, será un desafío digno de un epitólogo (especialistas en leer jeroglíficos). ¿Cómo leer los votos a los legisladores que impulsen el gobernador cordobés Martín Llaryora o el tucumano Osvaldo Jaldo? ¿Son un respaldo para el oficialismo o para la oposición?
La pelea de fondo
La desaparición de Juntos por el Cambio será una de las novedades de la elección. La coalición, que obtuvo el 40% de los votos a nivel nacional durante tres elecciones seguidas (2017, 2019, 2021), se desintegró luego del triunfo de Milei. Esa ruptura trajo otra: el PRO creado por Mauricio Macri enfrenta una crisis que parece terminal. Milei le arrebató a buena parte de la base electoral y ahora le quita uno por uno a los dirigentes.
Interna peronista. La expresidenta, al frente del PJ, junto a Máximo Kirchner, Sergio Massa, Axle Kicillof, Mariel Fernández y Verónica Magario.
Foto: NA
La contienda electoral tendrá su centro de gravedad en la provincia de Buenos Aires, donde reside el 37% del electorado. Para el peronismo, será su examen fundamental. Las posibilidades de una reconstrucción nacional radican en que muestre músculo en ese distrito. Para Milei, un triunfo en la provincia sería la coronación de su hegemonía política. ¿Cuál es el escenario electoral, entonces, en «la madre de todas las batallas»?
«El peronismo está en condiciones de ganar la elección en territorio bonaerense», explica Santiago Giorgietta, director de la consultora Proyección. «Los votantes que apoyaron a Axel Kicillof en 2023 siguen manteniendo ese respaldo. La dificultad pasa por consolidar la unidad del peronismo. Si va dividido, la situación se complica. De mantener la cohesión, hay una base de apoyo que oscila entre el 40% y el 44%. Hoy, según nuestros números, con ese porcentaje el kirchnerismo estaría cinco puntos arriba de una alianza entre la Libertad Avanza y el PRO».
A la hora de analizar las candidaturas, Giorgietta, sostiene que «no hay ningún candidato por fuera de Cristina Fernández que mida más de 15% por sí solo. Cristina es la única capaz de garantizar un caudal de votos importante. Mide 35 puntos como candidata de unidad y con capacidad de llegar a los 40».
La socióloga Analía del Franco, cuya encuestadora lleva el mismo nombre, tiene una visión más matizada sobre el panorama bonaerense. «A nivel nacional, el Gobierno de Milei está bien posicionado para las elecciones. Los que lo votaron en el balotaje renovaron su respaldo en los últimos meses, a partir de ciertos resultados como la baja de la inflación».
«En la provincia –agrega Del Franco– es donde la Libertad Avanza tendría más necesidad de hacer una alianza con el PRO, porque es el distrito en el que el peronismo está más fuerte».
El director de la consultora Dicen, el politólogo Hilario Moreno, explica que aún es difícil hacer predicciones. «No está claro cómo le está yendo a Milei con su gestión. Por ahora, solo con la estabilidad del dólar y la inflación en baja no alcanza. Logró recuperar algo del respaldo que había perdido, pero no es suficiente. El resultado de la provincia dependerá mucho de eso. ¿Puede sacar arriba del 40%? Sí, y llevarse puesto a Macri y derrotar al peronismo. Pero para que eso ocurra tiene que haber algún tipo de mejora de la situación material de la población que, por ahora, no aparece».
Armadora. Karina Milei tiene a su cargo la proyección nacional de La Libertad Avanza.
Foto: NA
Desde que asumió la presidencia, Milei puso entre sus objetivos políticos desplazar a Macri del liderazgo de la Argentina antiperonista. No se trata de destruir el PRO sino de absorberlo. El presidente ha logrado avanzar varios casilleros en ese sentido, pero todavía no ha conquistado por completo la tierra amarilla.
«En la provincia, la Libertad Avanza está fuerte –dice Del Franco–. Es fuerte en el interior y en una parte de la primera sección electoral. Eso lo vuelve competitivo. Sin embargo, como dije antes, es quizás el distrito donde más necesita la alianza con Macri para tener chances de ganar».
Giorgietta le pone números a esta descripción. «Una alianza entre LLA y el PRO suma 35% –destaca–. Por separado, José Luis Espert es la figura más fuerte del antiperonismo. Roza los 30 puntos, un poco por encima de lo que logró Carolina Píparo para la gobernación el año pasado. Diego Santilli, como figura del PRO bonaerense, se acerca al 7%. Por eso es que la suma de ambos daría cerca de unos 35 puntos».
Y vale plantear un interrogante: ¿acaso Santilli necesita de un acuerdo entre Macri y Milei para dar un salto a la Libertad Avanza? ¿No viene suplicando que Milei lo convoque a formar parte de sus filas, como hicieron Patricia Bullrich, Luis Caputo y Federico Sturzenegger?
Jamón del medio
El Gobierno nacional viene trabajando denodadamente para crear un escenario de ultrapolarización. «El que acompaña las ideas de la libertad está de este lado», dijo Milei, en su reciente entrevista con la revista Forbes. Para la Casa Rosada hay solo dos lados del tablero.
Sobre las posibilidades electorales que tendría en territorio bonaerense una tercera fuerza, los consultores que hablaron con esta revista tuvieron opiniones diversas.
«Del 2017 para acá, el peronismo y Juntos por el Cambio venían sumando casi el 90% de los votos en la provincia. El año pasado hubo tres fuerzas, pero representaban dos extremos y también sumaron el 90% de los votos», explica Giorgietta. «Nosotros no vemos, al menos hoy, que haya espacio para una fuerza que se ubique en el medio y saque al menos 10%. El Gobierno está trabajando muy fuerte para fomentar la polarización y eso tiende a diluir lo que aparezca como dubitativo y falto de claridad».
Santilli. Los libertarios esperan su salto desde el macrismo con los brazos abiertos.
Foto: NA
Hilario Moreno tiene una mirada diferente. «Todo depende de dos cosas: cómo le vaya a Milei y cómo metabolice el peronismo su interna. Si mañana comienza a subir el dólar y la estabilidad que logró el Gobierno comienza a naufragar, habrá muchos votos antiperonistas que buscarán otra opción no peronista que los represente. Ahí pueden crecer figuras del radicalismo como Facundo Manes. El mismo razonamiento cabe para la interna peronista, si se vuelve demasiado encarnizada. Personas que apoyan al kirchnerismo, pero que son votantes más blandos, pueden sentirse ahuyentados por el exceso de internismo y eso también alimentaría una tercera opción».
Por su parte, Del Franco sostiene que «las terceras fuerzas siempre tienen algún lugar. El tema es que deberían reunirse muchos referentes para que tenga cierto volumen».
El año recién empieza y la sociedad argentina tendrá la posibilidad de torcer el rumbo que eligió a fines de 2023. Por ahora predomina la incertidumbre.
