Política

Opositor modelo

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Para el senador nacional por Río Negro es tiempo de rearmar el justicialismo con la condición de la exclusión de la expresidenta y sus seguidores. Con ese objetivo, reformula su estrategia política, hasta ahora alineada con los proyectos del oficialismo.

Respaldo. El legislador peronista aprobó leyes clave para el gobierno de Macri. (Télam)

Fue quizás el senador más importante con el que contó el gobierno de Mauricio Macri en la primera mitad de su mandato, a pesar de que el rionegrino estuvo al frente de la principal bancada opositora en la Cámara Alta. Por entonces jefe del bloque del FPV-PJ, Miguel Ángel Pichetto gestionó votos clave para proyectos medulares de Cambiemos, como ocurrió con la reforma previsional. Ahora, ante el inicio del período legislativo, el senador impulsa un nuevo ensayo de reconstrucción peronista, con la mira en los comicios de 2019, que tiene como condición para la membresía relegar a Cristina Fernández. En la Casa Rosada siguen de cerca este emprendimiento y lo ven con buenos ojos, en especial porque supone otra división en el mayor espacio opositor.
Para sumar voluntades, Pichetto ya se reunió con Sergio Massa, quien tras su paso en falso en las urnas especula con retornar a un peronismo deskirchnerizado. Al igual que el senador por Río Negro, el mandamás del Frente Renovador acostumbra mostrarse tan distante de su pasado K como comprensivo con las necesidades parlamentarias del oficialismo. En el caso de Pichetto, esto se tradujo en una aceitada articulación con el titular del bloque macrista, Federico Pinedo, en una sintonía que trascendió los límites del recinto, como cuando juntos asistieron a la charla que en octubre del año pasado brindó el gurú presidencial Jaime Durán Barba.

Los amigos de mis amigos
«Un proyecto político tiene que tener un líder y un programa, y el peronismo hoy no tiene ni líder ni programa. Hay una etapa que me parece que está superada, que tiene sus virtudes y sus análisis defectuosos, y que ya queda para el proceso histórico», planteó Pichetto en una entrevista con Infobae, en la que ubicó el futuro partidario en manos del salteño Juan Manuel Urtubey, el sanjuanino Sergio Uñac, el entrerriano Gustavo Bordet o el cordobés Juan Schiaretti. No es casualidad que todos los mencionados integren la lista señalada por Macri a su gabinete como gobernadores a los que deben atender preferencialmente.
Es lo que Pichetto denominó como peronismo «de centro, nacional y democrático», en contraposición a Unidad Ciudadana, a la que caracterizó como «una fuerza más identificada con la centroizquierda, con una izquierda más dura». «Me parece que la gente no quiere una oposición radicalizada. Me parece que la sociedad está esperando una oposición de alternativa, una oposición democrática», sostuvo. La lectura desafía los resultados del 22 de octubre, cuando el espacio liderado por la expresidenta obtuvo más de 3.300.000 votos, mientras que, sumados, el massismo y el sello de Florencio Randazzo no llegaron ni a la mitad.
Por lo pronto, para encarar el armado que tiene en mente, Pichetto deberá empezar a tomar cierta distancia del Ejecutivo, aunque más no sea en el tono. «Vamos a analizar todo con mucho más detenimiento y el gobierno tiene que explicar cada proceso que quiera modificar con las leyes», adelantó. Quien cruzó con virulencia los vaivenes del senador fue otro exkirchnerista, Alberto Fernández, cercano a Randazzo y también abocado al rejunte de los fragmentos del PJ. «Si Miguel recuperó la capacidad de pensar, como viene diciendo, corremos el riesgo de que vuelva a perderla. Y lo que es peor, corremos el riesgo de que la pierda a manos de Macri», fustigó Fernández, en alusión a lo dicho tiempo atrás por Pichetto al explicitar su ruptura con Cristina. «He recuperado la capacidad de pensar, reflexionar y decir lo que realmente pienso», había afirmado. Fue en marzo de 2016, durante el debate en que dio su apoyo para el pago a los fondos buitre.

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