Política

Partido en disputa

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La puja por el liderazgo peronista cobra intensidad a medida que se acerca el tiempo de definiciones para las elecciones del año que viene. El senador Pichetto lidera el intento de marginar al kircherismo, contra la opinión de los intendentes bonaerenses.

Córdoba. Pichetto habla en un encuentro de dirigentes del PJ y el massismo. (Télam)

Mientras el gobierno de Mauricio Macri transita un nuevo invierno político y económico, la interna peronista comenzó a levantar temperatura. Con la intervención del sello partidario «PJ» debatiéndose en tribunales –y con final incierto–, Miguel Ángel Pichetto, titular de la bancada pejotista en el Senado y referente de una de las tres vertientes en que hoy está dividido el movimiento fundado por Juan Domingo Perón, aseguró que Cristina Fernández de Kirchner será candidata presidencial en 2019. «Que se dedique a su espacio», salió a cruzarlo por los medios Agustín Rossi, jefe del bloque del Frente para la Victoria en Diputados y quien pretende disputar el sillón de Rivadavia como representante de Unidad Ciudadana. Mientras todos la nombran y especulan con su eventual rol electoral, la expresidenta mantiene silencio público.
En tanto, se suceden encuentros de las corrientes, a veces solas, otras cruzadas, especialmente entre «federales» y «renovadores», con el telón de fondo de la disputa por el sello partidario. Tras la polémica intervención que decidió la jueza federal María Romilda Servini de Cubría, la decisión fue apelada y ahora es la Cámara Nacional Electoral la que tiene la última palabra. Según pudo reconstruir Acción, los dos magistrados que integran el tribunal (Alberto Dalla Vía y Santiago Corcuera) no lograron aún ponerse de acuerdo. Si bien coincidirían en que el fallo dictado por la titular del juzgado federal Nº 1 debe caer, uno plantearía una revocatoria lisa y llana mientras que el otro se inclinaría por la creación de una comisión normalizadora integrada por diversos espacios pejotistas. Luego de la feria, se podría conocer si acercan posiciones o si llaman a un tercer juez para que desempate.
Así las cosas, la intervención dictada por Servini de Cubría continúa sumando capítulos. Antes del receso invernal, el barrionuevismo –que tomó el poder del partido– realizó una presentación ante el juzgado intimando a que las autoridades que estaban al mando del PJ acerquen los registros de asistencia a las reuniones y consejos bajo la sospecha de que no sesionaron con quórum. Acompañaron el escrito con una pericia caligráfica en la que se asegura que hay firmas falsas de José Luis Gioja (presidente del PJ) y Daniel Scioli (vicepresidente). Desde el oficialismo desbancado, por su parte, rechazan la acusación y aseguran que con esta maniobra se busca legitimar una intervención ilegítima, con un solo objetivo: servir el partido al peronismo «antiK» de cara al 2019.

La protagonista
Finalmente, todos los caminos conducen a Cristina. Pichetto lanzó la piedra de su postulación y provocó el efecto que buscaba. Si bien es cierto que las candidaturas se registran a mediados del año próximo, el senador logró ubicar el tema en la agenda mediática cuando la expresidenta decidió hacer silencio y pasar lo más desapercibida posible (un antiguo axioma político que se le adjudica a Napoleón reza que no hay que interrumpir al enemigo cuando este se equivoca). Así, la posibilidad de que la senadora por Unidad Ciudadana dé pelea nuevamente gana terreno por distintas razones. Entre ellas, que a un año de las elecciones no surgió un postulante que le haga sombra –al menos en las encuestas– y los intendentes de la provincia de Buenos Aires, que buscarán la reelección, necesitan una cabeza de lista que arrastre votos. Hoy CFK les garantiza un piso electoral imprescindible para sostenerse en sus comunas. Además, Fernández de Kirchner es la dirigente opositora mejor posicionada en las encuestas y creció en el último tiempo.
No obstante estas variables, falta mucho y el kirchnerismo tiene entre sus tácticas predilectas el efecto sorpresa. Mientras tanto, y por acción de propios y extraños, la moneda de la postulación de la expresidenta seguirá girando en el aire.

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