Política

Paso a paso

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A poco más de un mes de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias, con las alianzas y las listas de candidatos selladas, comienza la carrera hacia la Casa Rosada y el Congreso Nacional. Estrategias y perspectivas de las distintas fuerzas políticas.


Balcarce 50. Nueve fórmulas presidenciales participarán en los comicios que definen el rumbo del país para los próximos cuatro años. (Jorge Aloy)

El 11 de agosto, cuando los argentinos vayan a las urnas en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), encontrarán nueve fórmulas presidenciales para votar. A pesar de las variopintas opciones, a la luz de las encuestas todo indica que reinará una fuerte polarización entre el Frente de Todos, cuya boleta encabezan Alberto Fernández y Cristina Fernández, y Juntos por el Cambio, que presenta a Mauricio Macri y al senador peronista Miguel Ángel Pichetto.
Esas dos fórmulas reflejan los cambios ocurridos en los últimos meses, tras la decisión de la expresidenta de dar un paso al costado y seleccionar a su exjefe de Gabinete como cabeza de lista. Con ese movimiento, muchos gobernadores peronistas que miraban con recelo un posible tercer mandato de Cristina hicieron público su apoyo al sorpresivo binomio. La liga de mandatarios provinciales es clave para garantizar la gobernabilidad del período que se abre post 10 de diciembre.
No obstante, acaso la incorporación más resonante que provocó aquel renunciamiento de la exjefa de Estado fue la del referente del Frente Renovador, Sergio Massa, quien será el primer candidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires. Así, el frente aspira a imponerse en la primera vuelta. Desde la sede de Matheu 130 no esconden esa voluntad: «Las PASO son nuestra primera vuelta y las elecciones de octubre nuestro balotaje», explican, dando a entender que, según su proyección, un escenario de segunda vuelta será muy distinto al de las PASO y octubre.
El oficialismo respondió al «efecto Alberto» con una movida audaz –y necesaria–. A los pocos días de que se conociera la jugada cristinista, desde la Casa Rosada anunciaron que el compañero de boleta de Macri sería el actual jefe de la bancada de senadores del PJ, Miguel Ángel Pichetto. De este modo se rompió la estrategia de un «PRO puro» que el oficialismo desarrolló en los últimos comicios.
El 22 de junio, a la medianoche, cuando se cerraron las listas de candidatos para todo el país, las jugadas políticas de ambas alianzas quedaron a prueba. «Los cierres de listas son traumáticos. Y este no fue la excepción», afirmaron desde el PJ institucional a Acción.  
La tensión y los «heridos políticos» tras el cierre de listas aparecen en todas las fuerzas. La alianza gobernante no fue la excepción. ¿Cuáles serán las consecuencias de esas rispideces? En Juntos por el Cambio ya se empezaron a sentir: el ala política, que tiene al ministro Rogelio Frigerio como uno de sus principales alfiles, se sintió desplazada por la entente que conforman Marcos Peña, María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta, que apostó por un «PRO pura cepa» en las disputas legislativas. El impacto se sintió sobre todo en la provincia de Buenos Aires, donde Emilio Monzó quedó absolutamente al margen de la definición de candidatos.
Además de estas dos coaliciones que parecen atraer toda la atención, se presentan otros siete binomios presidenciales. La fórmula que integran el exministro Roberto Lavagna y el gobernador salteño Juan Manuel Urtubey busca romper la polarización y seducir a los desencantados del macrismo y del kirchnerismo para intentar colarse en un balotaje.
El Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT-Unidad) lleva para presidente y vice a Nicolás Del Caño y Romina del Plá. Su apuesta central es ampliar la representación parlamentaria. También dentro del espectro de la izquierda se encuentra Nuevo Más que postula a Manuela Castiñeira y Eduardo Mulhall. Mientras que la boleta del Partido Autonomista Nacional estará encabezada por José Romero Feris. La derecha más conservadora irá dividida en tres espacios: Despertar presenta al economista liberal José Luis Espert y a Luis Rosales; Nos nomina al exmilitar y exfuncionario de Cambiemos José Gómez Centurión, y a la exdiputada PRO Cynthia Hotton; y Patriota, al ultraderechista Alejandro Biondini y al exmilitar Enrique Venturino. Este último y Gómez Centurión tienen un común denominador: su vínculo con el movimiento carapintada.

Territorios
Estas fuerzas de derecha podrían erosionar el caudal de votos de Juntos por el Cambio, de allí las tratativas del oficialismo por intentar bajar esas nóminas. Por lo pronto, para llegar a octubre estos partidos deberán acumular más del 1,5% de los votos válidamente emitidos en las PASO. Si alguna lo logra podría transformarse en un dolor de cabeza para el Poder Ejecutivo.
En estas elecciones Cambiemos pone en juego no solo la presidencia sino también la Ciudad y la provincia de Buenos Aires, donde gobiernan dos de sus figuras centrales, Rodríguez Larreta y Vidal. El territorio bonaerense es clave para la definición del comicio. No es para menos: allí radica el 38% del padrón electoral del país y además de presidente y gobernador se eligen 35 diputados nacionales, 46 diputados provinciales, 23 senadores y 135 intendentes con sus respectivos concejales.
Habrá seis fórmulas que le disputarán la gobernación a Vidal. El Frente de Todos, que tiene el apoyo de la inmensa mayoría de los intendentes pejotistas, buscará que el peronismo retome el ejecutivo provincial con la dupla que conforman Axel Kicillof y la jefa comunal de La Matanza, Verónica Magario. Consenso Federal podría entorpecer esa estrategia ya que también lleva a un peronista en la boleta, Eduardo Bucca, intendente de Bolívar. Como primera candidata a diputada por ese espacio se anotó la ex Frente Renovador, Graciela Camaño, quien relegó a Margarita Stolbizer del espacio lavagnista. En Buenos Aires no hay balotaje, por lo que la gobernación se define en octubre.  
En la Ciudad de Buenos Aires, el PRO, que buscará la reelección en el ejecutivo porteño con Rodríguez Larreta y Diego Santili, tejió una alianza que incluye a Martín Lousteau como primer candidato a senador y hasta al socialista Roy Cortina. La novedad en el distrito capitalino es que el peronismo presenta una fórmula a jefe de Gobierno integrada por el presidente de San Lorenzo, Matías Lammens, y la periodista Gisela Marziotta. Una apuesta con dos outsiders que pretende llegar al balotaje para dar la sorpresa que casi dio Lousteau cuatro años atrás.  
Ante la presunción de un resultado adverso en agosto y que no hay disputas internas entre fórmulas presidenciales, desde Juntos por el Cambio salieron a instalar la idea de que deberían suspenderse las PASO, ya que implican un supuesto gasto desmesurado que asciende a 4.300 millones de pesos. En tal sentido ingresaron dos proyectos en el Congreso, ambos impulsados por la UCR. No obstante, fuentes parlamentarias y hasta de la propia Casa Rosada coinciden en que no cuentan con los votos necesarios para aprobar las iniciativas. En ese contexto solo se abriría la posibilidad de un decreto. Pero modificar las reglas electorales con el cronograma ya avanzado podría motivar un rechazo por parte de la Justicia. Desde el PJ, en tanto, sospechan que detrás de esta estrategia se oculta una disputa más discursiva que real. Y ponen sobre la mesa que de los 24 distritos hay PASO en 13, «y la mayoría son de Cambiemos».

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