Política | ARMADOS PREELECTORALES

Por las calles del centro

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Daniel Vilá

Dirigentes de la denominada «oposición amigable» aún no fagocitados por el oficialismo, debaten estrategias de confluencia. Macristas, peronistas, radicales, en busca de romper la polarización.  

Diálogo. Schiaretti, Randazzo y Pichetto: negociaciones en marcha.

Foto: @RandazzoF

Cada vez que en el escenario político se visualiza una polarización que enfrenta a dos modelos distintos de país, aparecen quienes proponen transitar por «la ancha avenida del medio» que, una vez contados los votos, termina por convertirse en una estrecha callejuela. Se trata de una búsqueda vaga que puede ser, en algunos casos, una argucia oportunista y en otros una ingenua visión basada en el «justo medio» aristotélico. Tal postura no posee una clara definición política, sino que está sometida a redefiniciones de sectores que en otro tiempo histórico eran considerados como parte de la derecha conservadora.

Hoy, la anodina formulación seduce a organizaciones políticas e individuos que pretenden escapar a lo que interpretan como un excluyente enfrentamiento mileísmo versus kirchnerismo y que, sin embargo, han respaldado los aspectos más retardatarios del proyecto liberal-libertario. Esa repentina pretensión de tomar distancia de las desmesuras presidenciales se verifica en el contexto de una fragmentación evidente.

El espacio que se reivindica como «peronismo republicano» conducido por el exgobernador de Córdoba, Juan Schiaretti y el devaluado exministro del Interior, Florencio Randazzo, sostiene avanzadas conversaciones con el diputado Miguel Ángel Pichetto (que también tiene ambiciones presidenciales), con el exmacrista Nicolás Massot y con Graciela Camaño. Todos ellos comparten posturas comunes en el Congreso. A este variopinto conglomerado podrían integrarse grupos justicialistas disidentes de varias provincias y de la Unión Cívica Radical, dividida en –por lo menos– tres fracciones. Todo indica que al oficialismo le será más fácil acordar con el sector que lidera Maximiliano Abad, ya que es previsible que Rodrigo de Loredo y sus seguidores terminen incorporándose a La Libertad Avanza (LLA), cuya jefa, Karina Milei, no tiene la menor intención de conformar frentes electorales y aspira a que los compañeros de ruta vayan al pie, como ya se lo ha hecho saber a Mauricio Macri.

Se da por descontado que la Coalición Cívica de Lilita Carrió y la siempre ubicua Margarita Stolbizer, que capitanea lo poco que ha quedado del Partido GEN, serían parte de la entente centrista.

Misterio
Una incógnita a despejar es si el titular de la UCR, Martín Lousteau y su circunstancial aliado, Facundo Manes, están dispuestos a integrarse a esta posible alianza o reverdecen la utopía de regresar al ruedo con la histórica lista 3, algo que los observadores consideran improbable. Otra, consiste en dilucidar qué hará Mauricio Macri si Milei continúa ninguneándolo y negándole la posibilidad de compartir listas. Algunos conocedores de los entresijos del partido amarillo aseguran que intentará refundar Cambiemos con la expectativa de retener las bancas que el PRO debe poner en juego este año, un objetivo que, dada su debilidad actual parece una quimera.

Utopía. El exjefe de Gobierno porteño vuelve al ruedo tras su derrota en las presidenciales del año pasado.

Foto: NA

En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el panorama se complica aún más con la reaparición política del exjefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, luego de un transitorio ostracismo. Aunque formalmente sigue perteneciendo al PRO, el derrotado precandidato a la presidencia no participa de las discusiones de este espacio y ya ha sentado las bases para una construcción que le permita competir en el distrito porteño, con alguna de las marcas que sobreviven allí. Se estima que no incursionará en el ámbito nacional debido a que son contados con los dedos de una mano los dirigentes del interior que estarían dispuestos a acompañarlo. Por lo pronto, acaba de presentar en sociedad el Movimiento al Desarrollo. Larreta apunta a diferenciarse fuertemente de la ultraderecha mileísta a partir de la reivindicación de la educación como motor del progreso, de la universidad pública –una bandera fundamental para muchos de quienes lo catapultaron a la jefatura de la Ciudad– y de la convivencia democrática, sin agresiones. El legislador Emmanuel Ferrario, estrechamente vinculado con el empresariado más concentrado, opera como su jefe de campaña y lo secundan su colega, Guadalupe Tagliaferri, quien fue ministro de Cultura de Macri, Pablo Avelluto, que ha fustigado con inusual dureza al presidente y su séquito, y el último ministro de Economía del Gobierno del PRO, Sebastián Lacunza, que funge como su asesor en la materia.

Si la participación electoral de este espacio se confirmara, la derecha presentaría por lo menos tres opciones en la Ciudad, una dispersión que les provoca dolores de cabeza a los armadores porteños de La Libertad Avanza que pretenden enfrentar al actual jefe de Gobierno, Jorge Macri, con perspectivas favorables. A esta dificultad se suma el rol que podría jugar Ramiro Marra, recientemente expulsado de LLA, que tiene fuerte incidencia en un segmento importante del electorado libertario.

Pero todas las conversaciones y roscas políticas que en el orden nacional apuntan hacia el centro están condicionadas en gran medida por la eventual suspensión de las PASO y por lo que se decida en los principales distritos respecto del desdoblamiento de las elecciones.

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