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Renovación en medio de la crisis

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Daniel Vilá

Mientras circulan críticas por su inacción y con una conflictividad social creciente como telón de fondo, la CGT elige nuevas autoridades. La reforma laboral en ciernes en el centro del debate.

9 de mayo.  El consejo directivo de la CGT reunido el día de la última jornada nacional de protesta.

Foto: NA

Como producto del virtual congelamiento salarial y el deterioro del consumo popular, la conflictividad laboral ha alcanzado su punto más alto desde el inicio de la gestión del presidente Javier Milei. A la crisis aguda de la industria textil, que tiene paralizados la mayoría de los talleres con la consecuente pérdida de puestos de trabajo, se sumaron los despidos y suspensiones en la metalurgia y la siderurgia. En la planta de Acindar de Villa Constitución 500 operarios fueron suspendidos de su actividad, debido al reemplazo de la producción por importaciones que efectúa la propia empresa. En Rosario, Electrolux implementó suspensiones rotativas por la misma razón, mientras la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) local denunció la pérdida de 2.000 empleos solamente en este año. En tanto, en el sur santafesino se produjo el despido de 47 trabajadores en el frigorífico Euro.

También la industria láctea padece serios problemas. La Suipachense, una empresa histórica, podría cerrar definitivamente su planta en los próximos días, con lo cual dejaría en la calle a más de 150 trabajadores y Sancor, que adeuda cinco meses de sueldos, ha presentado un «plan de crisis» que incluye nuevos despidos y fue rechazado por los afiliados a la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (Atilra) que reclaman un pedido de quiebra con continuidad.

La crisis se extiende a las pymes de Vaca Muerta donde casi el 16% de las empresas reportó despidos y suspensiones. En Tucumán la sucursal del supermercado Vea postergó su cierre, mientras negocia un acuerdo con el Sindicato de Comercio con el fin de preservar los puestos de trabajo.

Se supo además que la firma Nissan dejará de fabricar automóviles en la Argentina. Ya se produjo la última pick-up Frontier y 300 trabajadores podrían perder sus empleos. En tanto la sueca SKF dejó de producir en el país y se desprendió de 150 operarios y se aguarda asimismo una ola de suspensiones en toda la industria automotriz.

Uno de los conflictos más graves que está en pleno desarrollo es el de la ceramista Ilva, de Pilar, que no solo despidió a 300 asalariados sino que posteriormente publicó un aviso de búsqueda laboral, una clara demostración de que su pretensión era eliminar las conquistas obreras.

A lo expuesto se suman los reclamos de los docentes y los profesores universitarios, los médicos de los hospitales públicos y el conjunto de los trabajadores estatales que tienen prácticamente congelados sus salarios desde hace más de un año y medio. Basta un solo dato para ilustrar la gravedad de la crisis: casi 300.000 personas solicitaron el seguro de desempleo desde que asumió el presidente Javier Milei.


Vientos de fronda
En este contexto resulta clara la inoperancia del triunvirato cegetista que se ha centrado en lo declarativo sin adoptar medidas de fuerza ni movilizaciones que pudiesen preocupar al Gobierno. Al respecto, el aceitero Daniel Yofra, en una entrevista con Tiempo Argentino, señaló: «Ellos consideran que no hay motivo para hacer una huelga. Están en una situación de confort que les impide ver la realidad que tienen sus trabajadores (…) Entiendo que los creyentes pidan a San Cayetano, pero en la tierra los que están son los dirigentes».

No obstante, la inercia está a punto de romperse dado el complejo panorama interno de la central obrera que puede exponerse a una ruptura en el congreso convocado para el próximo 5 de noviembre, en el que se elegirá un nuevo Consejo Directivo y se definirá la improbable continuidad de la figura del triunvirato –Héctor Daer ya anunció su retiro y el barrionuevista Carlos Acuña insinuó que también abandonaría su cargo– o la designación de un solo secretario general. El anunciado avance del Gobierno con su proyecto de reforma laboral motivó la tardía reacción de la central que en una reunión de mesa chica ampliada, realizada la semana pasada, dejó entrever la posibilidad de preparar medidas de acción directa en rechazo de la iniciativa. Pero eso se verá recién después del 5.

La puja será dura entre una cincuentena de gremios pequeños y medianos, entre los que se cuentan la Unión Ferroviaria, Luz y Fuerza, Plásticos, Carne y Ceramistas, apadrinados por Gerardo Martínez (Uocra) y Andrés Rodríguez (UPCN), eternos referentes del dialoguismo, que proponen incorporar como triunviro o postular para la secretaría general al representante del sindicato del vidrio, Cristian Jerónimo, un exaliado de Pablo Moyano. El argumento que esgrimen es la necesidad de designar a un articulador con una visión moderna que opere como una suerte de síntesis de las distintas corrientes. Empero, sus oponentes, entre ellos pesos pesados como Daer y los integrantes del Frente de Lucha por la Soberanía, el Trabajo y el Salario, Moyano, Sergio Palazzo de la Bancaria, Abel Furlán de la UOM y el exmiembro del triunvirato de la CGT y actual secretario general de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), Juan Carlos Schmid, entre otros, sostienen que la secretaría general debe quedar en manos de algún representante de los grandes gremios industriales, del transporte o de servicios e insinúan que se está urdiendo una maniobra para negociar con el mileísmo, después de su buena elección de medio término que le permitiría insistir con la reforma laboral. Esa corriente plantea además una serie de puntos confrontativos que recogen lo mejor de los históricos programas cegetistas.

Por su parte, el veterano Armando Cavalieri, del gremio de Comercio, que posee la mayor cantidad de congresales, comparte la opinión de que la conducción les correspondería a los gremios más representativos, lo que –dada su proverbial moderación y búsqueda de consensos– demostraría que muchos de los posicionamientos cegetistas no suelen responder a férreas convicciones sino a provisorios alineamientos. Se especula, incluso, que Cavalieri podría cambiar su postura si las circunstancias lo aconsejaran. A su vez, el inefable José Luis Barrionuevo, que ha perdido sus principales apoyaturas tiene su propio candidato: Gerardo Martínez. También, en distintos círculos, se menciona como probable alternativa unitaria a Jorge Sola, del Sindicato del Seguro.

A la hora de ensayar un pronóstico, Schmid, en diálogo con Radio Gráfica, manifestó: «Si hay tres vertientes, estaremos juntos, pero no unidos», y cuestionó los ocho años del triunvirato que «no lograron consolidar un liderazgo fuerte».

Soplan vientos de fronda en el viejo edificio de la calle Azopardo. Sin embargo, como suelen gestarse acuerdos de último momento, es muy probable que la sangre no llegue al río.

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