15 de abril de 2025
El gobernador Pullaro se impuso, pero evidencia señales de desgaste en su caudal de votos. El peronismo comprobó que fragmentado es menos competitivo y los libertarios encuentran límites a su proyección en las provincias.

Gobernador. Pullaro celebra junto con la vicegobernadora, Gisela Scaglia, y el diputado Joaquín Blanco.
Foto: Juan José García
Santa Fe fue la bandera de largada para el año electoral con unas convencionales constituyentes que dejaron mucha tela para cortar y en la que hubo celebraciones y señales de advertencia varias. En primer lugar, el gobernador Maximiliano Pullaro pudo mostrar una fortaleza que le permitiría aspirar a la reelección, que es uno de los principales aspectos que esboza la reforma de la Carta Magna que propone. Por otro lado, se consolida el liderazgo dentro del espacio opositor del referente social Juan Monteverde, segundo en el conteo final, superando al candidato de La Libertad Avanza Nicolás Mayoraz y dejando atrás en una interna abierta del peronismo a Marcelo Lewandoswski y Juan Suckerman. Pero quizás la primera consecuencia del resultado en Santa Fe haya sido en el distrito más grande del país, con la decisión de Cristina Fernández de apostar por la unidad con el gobernador bonaerense Axel Kicillof y poner en pausa la lucha interna en el ámbito provincial.
En el desglose de lo ocurrido el domingo 13 cabe puntualizar que Pullaro ganó con relativa comodidad su primera pulseada electoral desde que asumió su mandato. Pero el 34,6 % que mostró el escrutinio tiene algunos indicadores que señalan que no debe dormirse en los laureles. Por caso, quedó bastante lejos del 58% con el que fue ungido gobernador hace dos años. Además, la participación de la ciudadanía fue la menor desde la recuperación de la democracia, un 55%. Lo que, según aporta el investigador del CONICET Rodrigo Quiroga –que tuvo gran difusión en la pandemia al analizar científicamente los datos que dejaba el COVID–, implica que Pullaro obtuvo el aval del 17% de los ciudadanos, que el «13% votó alguna lista peronista, 13% votó a (la diputada Amalia) Granata o LLA y el 5% en blanco o nulo». En estos últimos guarismos figura el 2,2% de Deiana Carla, del Frente De Izquierda Y De Trabajadores-Unidad.
Agendas cruzadas
Los votos con que Pullaro (UCR) llegó a la Casa Gris siguen estando ahí, solo que esta vez le avisaron al mandatario que no los tiene comprados. Y eso que el eje de la reforma que propone no está tan lejos de lo que el paleolibertarismo defiende. Como lo declara en la siguiente entrevista, en la que, tras fustigar puntualmente a los planteos jurídicos del exjuez de la Corte Raúl Zaffaroni, señala: «Necesitamos una reforma que esté del lado de los santafesinos, que defienda el orden, la justicia y termine con el garantismo que tanto daño nos hizo. La Constitución de Santa Fe no puede seguir hablando solamente de los derechos de los delincuentes».
La nueva Carta Magna, se ilusiona Pullaro, establecerá entre otros ítems, la Ficha Limpia, para que no queden dudas de dónde se ubica en el arco ideológico. Esa parte del electorado que prefirió esta vez no acompañarlo podría haber estado unido, pero la hermana del presidente Javier Milei, Karina, quiso mostrar hasta dónde llegaba el impulso de LLA. Pero se descuenta que todos ellos aprobarán con las dos manos la nueva ley marco santafecina, que difícilmente no salga como pretende Pullaro, que sumó 33 convencionales, dos menos que la mayoría absoluta de la futura Convención de 69 integrantes.
Dentro del peronismo, el resultado alienta el crecimiento de Monteverde, que desde Ciudad Futura viene construyendo alternativas no solo políticas sino también productivas en Rosario. De allí su llamado a la unidad.
«En Rosario le ganamos al presidente, al gobernador y al intendente. En la provincia, en la elección de constituyentes, quedamos segundos: la opción más votada después del gobernador. Porque cuando nos unimos para armar una alternativa que verdaderamente demuestra que las cosas pueden ser de otra manera, la gente la elige», dice, y es cierto. Este domingo, en la principal ciudad de Santa Fe, había primarias para el Consejo Deliberante y el alcalde Pablo Javkin fue el gran derrotado, ya que su candidata quedó relegada al tercer lugar, detrás del sello de Monteverde (Mas Para Santa Fe), segundo detrás del periodista Pedro Aleart, de LLA.
Quizás haya sido a la vista de estos resultados que Cristina Fernández optó por bajar un cambio en la lucha interna que se había desatado con Kicillof por los comicios bonaerenses. Como se sabe, el mandatario provincial, luego de varios chisporroteos con La Cámpora y aliados, anunció hace una semana que mediante un decreto las elecciones en el distrito más populoso del país serían el 7 de setiembre, 49 días antes de los comicios de medio término nacionales.
Este 14 de abril, la expresidenta y titular del Partido Justicialista publicó un mensaje en su cuenta de la red social X donde esgrime extensamente sus argumentos sobre lo que considera el error de romper con la tradición bonaerense de votar en una sola fecha. Sin embargo, en aras de sumar fuerzas para derrotar el proyecto mileísta de endeudamiento perpetuo con el FMI, dice: «Les solicité (a los jefes de los bloques parlamentarios) que transmitan a los compañeros y compañeras de ambas bancadas, QUE ACOMPAÑEN, EN LA PARTE PERTINENTE, EL PROYECTO DE LEY DEL COMPAÑERO GOBERNADOR que fuera firmado por la oposición (UCR, LLA y el PRO)». Las mayúsculas son del original.
Ante la proximidad de otro round electoral de fuste en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde se elegirán legisladores porteños el 18 de mayo, el diputado Leandro Santoro, quien también apuesta por lograr consolidar un frente filoperonista a nivel local, lanzó el viernes pasado su campaña electoral con un acto en el club Saber, de Parque Chas, y con un spot fuertemente crítico de la gestión del jefe de Gobierno Jorge Macri.
El primo del expresidente de la Nación tiene un amplio arco de opositores a los que enfrentar, entre los que figura también LLA, que puso a Manuel Adorni como cabeza de lista. Bonaerense como él, su carta de triunfo es la diputada Silvia Lospennato. El vocero presidencial es la jugada de Milei para desplazar al PRO de su reducto en la capital argentina, que gobierna desde 2007. Es una maniobra arriesgada ya que, al mismo tiempo, para derrotar a Kicillof y al peronismo bonaerense, el PRO y LLA necesitan ir juntos del otro lado de la avenida General Paz. El resultado en Santa Fe marca que los próximos pasos y alianzas que se irán gestando para posicionarse lo mejor posible en el contexto de fragmentación que domina la escena pueden ser más propios del espanto que del amor.