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Supremo conflicto

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Franco Mizrahi

Con paridad en la correlación de fuerzas en el organismo y entre recursos y reclamos cruzados, la Corte quedó al frente del Consejo de la Magistratura.

Rosatti. El exintendente de la ciudad de Santa Fe encabeza el máximo tribunal y el cuerpo colegiado que designa y remueve jueces.

TÉLAM

Esta semana fue clave para consolidar el ingreso de la Corte Suprema de Justicia al Consejo de la Magistratura. El lunes pasado, con la firma de los ministros supremos Carlos Rosenkrantz, Juan Carlos Maqueda y Horacio Rosatti, el Alto Tribunal ordenó que entre en funciones el Consejo de 20 integrantes, que será presidido por el titular de la Corte, es decir, el propio Rosatti. Dos días más tarde, los jueces del máximo tribunal le tomaron juramento a las cuatro consejeras electas y el Congreso Nacional nombró a sus dos representantes.
La discusión, ahora, gira en torno a la legitimidad de los dos consejeros que envió el Parlamento. La presidencia de Diputados nombró a Roxana Reyes, diputada por la UCR, y la del Senado a Martín Doñate, senador de Unidad Ciudadana, el flamante bloque que nació al calor de la «fractura coordinada» del Frente de Todos en la Cámara Alta. Juntos por el Cambio realizó este jueves una presentación judicial para intentar frenar la asunción de Doñate. En una maniobra espejo, el titular del bloque del FdT en la Cámara Baja, Germán Martínez, presentó un recurso judicial pidiendo la nulidad de la designación de Reyes.
Los supremos Rosenkrantz, Maqueda y el propio Rosatti suscribieron el lunes una resolución en la que dejaron en claro que asumían formalmente el mando del órgano de selección y sanción de jueces: «A partir del dictado de la presente decisión, el Consejo de la Magistratura de la Nación deberá continuar funcionando de manera inmediata y de pleno derecho según las pautas fijadas por el Tribunal en su sentencia firme del 16 de diciembre de 2021, de modo que será presidido por el presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación», indicaron. El cortesano Ricardo Lorenzetti no firmó porque se encontraba en el exterior.
En la sentencia del 16 de diciembre a la que hacen referencia, habían determinado que la integración de 13 miembros del Consejo, que estaba vigente desde 2006, era inconstitucional. A la vez, ordenaron que si no se sancionaba una nueva ley de reforma en 120 días se debía revivir la antigua estructura de 20, que le da la presidencia a la Corte. El Ejecutivo envió un proyecto de reforma que logró media sanción en la Cámara Alta pero quedó trabado en Diputados por falta de acuerdo con la oposición.
Este miércoles, la Corte completó la maniobra que comenzó en diciembre: les tomó juramento a las consejeras recientemente electas, quienes ya están en condiciones de asumir. Se trata de las abogadas Jimena de la Torre (exintegrante de la AFIP y UIF macristas) y María Vázquez (decana de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora); la jueza Agustina Díaz Cordero (exasesora del ministro de Justicia de Macri, Germán Garavano); y la académica Pamela Tolosa (decana de Derecho de la Universidad Nacional del Sur).
¿Cómo se conforma el nuevo Consejo? Con los trece consejeros de la estructura disuelta, Rosatti, las cuatro nuevas consejeras y los dos representantes del Congreso cuyos nombramientos están siendo cuestionados.
En la relación de fuerzas interna habrá paridad. Se estima que quedarán conformados para la mayoría de las votaciones dos grandes bloques de diez integrantes, uno por la oposición (que se vislumbra más homogéneo) y otro por el oficialismo. Por lo que se espera, en el corto plazo, una paralización de hecho y la continuidad del statu quo.

Gambito de dama
En la resolución de este lunes, la Corte aclaró que no había forma de frenar la entrada en vigencia del Consejo de 20 en lo inmediato, tal como pretendía el Gobierno, que retrasaba la designación de los legisladores con la expectativa de forzar la promulgación de una nueva ley de reforma: «Resultaría inadmisible que la demora o el incumplimiento de ese deber legal por parte de alguno de los estamentos –cualquiera fuera el motivo– pudiera retrasar, frustrar o paralizar el funcionamiento de un órgano de rango constitucional», indicaron los supremos. A la par, anularon la «precautelar» que había dictado un juez federal de Paraná, que le había ordenado al Congreso que no designara a sus representantes.
Cuando parecía arrinconada, el martes por la noche Cristina Fernández concretó una jugada ajedrecística en la Cámara Alta para que el representante del Senado pertenezca a su espacio político. ¿Qué hizo? Coordinó la partición del bloque del Frente de Todos. Se conformaron dos espacios, el Frente Nacional y Popular, de 21 miembros, y Unidad Ciudadana, de 14 senadores. De esta forma, logró que el cargo por la segunda minoría, que es el que estaba en disputa, quede para Unidad Ciudadana (la primera minoría es la UCR con 18 senadores). En la resolución en la que designó a Doñate, Cristina criticó con dureza a la Corte.
La acción de la vicepresidenta fue judicializada por Cambiemos y abrió un nuevo capítulo en esta historia. 

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