24 de octubre de 2023
La distribución de bancas registra la irrupción de los libertarios, el peronismo como primera fuerza y un fuerte retroceso de Juntos por el Cambio.
Después del 10 de Diciembre. La nueva composición obliga a negociar cada proyecto para obtener los votos necesarios para una aprobación.
Foto: NA
Fue una sorpresa pocas veces vista. Desde que se aprobó la nueva ley electoral en 2009, siempre hubo cambios entre las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias y las generales. En 2015, por ejemplo, Daniel Scioli había ganado las PASO con el 38%. En segundo lugar había quedado Cambiemos, que con la suma de sus tres candidatos había rozado los 30 puntos. En la primera vuelta la ecuación cambió. Mauricio Macri creció y el resultado fue de 37 puntos para Scioli y 35 para el fundador del PRO. Lo que ocurrió luego ya se sabe.
En las presidenciales de este 2023 la regla se repitió. En las PASO, el candidato de ultraderecha Javier Milei conquistó el primer puesto con el 29,8%; la suma de Juntos por el Cambio (JxC) salió segunda, con 28,4%, consagrando a Patricia Bullrich como candidata; y Unión por la Patria quedó tercera con 27,5%. Sergio Massa fue el ganador de esa interna.
La primera vuelta de este domingo 22 de octubre volvió a ser una sorpresa, pero bastante más llamativa que las veces anteriores. Massa tuvo una remontada notable. Creció casi 10 puntos y quedó en 36,68%; Bullrich cayó 5, con el 23,8% y Milei se quedó estático en 29,9%.
El resultado de la ultraderecha muestra que la decisión de abandonar los manuales básicos de marketing electoral, es decir, correrse al centro para buscar nuevos votantes, no fue gratis.
El próximo presidente se conocerá en el balotaje del 19 de noviembre, pero el Congreso Nacional con el que deberá gobernar ya quedó definido. ¿Qué relaciones de fuerza habrá en el nuevo Parlamento?
Diputados en perspectiva
En estas elecciones se renovaba la mitad de la Cámara de Diputados, 130 escaños, y un tercio del Senado, 24 bancas. En el caso de los diputados son las bancas conquistadas hace cuatro años, en 2019. La sorpresa de la primera vuelta fue el repunte de Massa, pero la novedad en el sistema político argentino fue la aparición de una tercera fuerza de extrema derecha.
En 2019 casi el 90% de los votos se distribuyó entre JxC y el entonces Frente de Todos. Lo mismo ocurrió con las bancas de Diputados. Ahora el escenario de tres patas modificará el mapa.
La coalición que más escaños ponía en juego, por su triunfo de hace cuatro años, era el actual oficialismo. Sobre los 118 diputados que tiene actualmente hay 68 que finalizan su mandato. Con el resultado del domingo, Unión por la Patria retendrá 57, es decir que perderá 11. El bloque quedaría con 107. En la política, como en la vida, todo es una cuestión de contrastes. Aunque haya una merma en las bancas del panperonismo, la comparación con lo que podría haber sido al mirar las PASO transforman esa reducción en una victoria.
Juntos por el Cambio es la más golpeada de las dos grandes coaliciones que habían competido en 2019. Su bloque también tiene 118 escaños y puso en juego 56 en total. La merma en el caudal electoral implica que retiene solo 32. El bloque se reducirá en 24 bancas y quedará en 93.
Para la extrema derecha emergente, en el caso del Parlamento, es todo ganancia. La Libertad Avanza tiene tres diputados, entre ellos Javier Milei, con mandato hasta el 2025. No ponía nada en juego. El resultado de la primera vuelta implica que sumará 35 y alcanzará 38 en total.
Por fuera de los tres sectores con más votos, la bancada que responde al gobernador cordobés Juan Schiaretti logró tablas. Tienen ocho diputados. Ponían cuatro en juego y los renovaron todos.
En tanto, el Frente de Izquierda Unidad sumará un escaño. De las cuatro bancas con las que cuenta, no ponía ninguna en juego y logró sumar una en la provincia de Buenos Aires.
El Senado
La Cámara Alta tiene un sistema de renovación diferente al de Diputados. Los senadores duran seis años y en cada elección se renueva un tercio de los 72 miembros que componen el cuerpo. Además, la cantidad de representantes no es proporcional a la cantidad de habitantes de cada provincia. Todos los distritos tienen tres senadores, dos son para la fuerza que sale primera en la elección y uno para la segunda.
Las ocho provincias que habían elegido en 2017 y renovaban senadores eran: Buenos Aires, Formosa, Jujuy, La Rioja, Misiones, San Juan, San Luis y Santa Cruz.
El panperonismo ponía en juego 10 bancas de las 32 que tiene. Conquistó 13, es decir, que sumará dos y quedará con 34. Esto se explica porque se llevó dos en las provincias de Buenos Aires, Formosa, La Rioja, San Juan y Misiones. Y uno en Jujuy, Santa Cruz y San Luis.
Al igual que en Diputados, la fuerza más golpeada en la Cámara Alta fue JxC. Tiene 33 bancas; puso 11 en juego y sólo retuvo dos. El bloque quedará con 24. Las únicas provincias en las que pudieron renovar senadores los cambiemitas fueron Buenos Aires y Misiones, uno por distrito, por haber salido segundos en ambos.
Para La Libertad Avanza, otra vez, todo fue sumar. La fuerza que lidera Javier Milei no tenía senadores. A partir del 10 de diciembre contará con siete. Salió primera en San Luis y Jujuy. Allí conquistó cuatro. Sumó los otros tres al salir segundo en San Juan, Formosa y La Rioja.
El escenario parlamentario muestra una mayor fragmentación, o si se quiere, para ponerlo con palabras más positivas, un aumento de la diversidad. Es un mapa que demandará altos niveles de negociación para legislar. Será necesaria una hábil muñeca política. Es otra de las características que debería tener el próximo presidente para gobernar.