Política | PRIMEROS PASOS DE LA CAUSA

Un espía en el banquillo

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Franco Mizrahi

Comenzó el juicio del «falso abogado» Marcelo D’Alessio, imputado por asociación ilícita, extorsión y lavado de dinero. Un caso de alto impacto en la política.

Imputado. D’Alessio en la audiencia del 12 de septiembre en Comodoro Py.

Foto: Télam

Sentado en el banquillo de los acusados en la sala Amia de los tribunales federales de Comodoro Py, con la mirada apagada y en silencio, Marcelo Sebastián D’Alessio no parece ni la sombra de lo que fue. Atrás quedaron su locuacidad y sus vínculos con fiscales y jueces federales, su relación con periodistas, dirigentes políticos y agentes orgánicos de la AFI. Es decir, su impunidad, aquella que le permitió ser el actor principal de una organización paraestatal dedicada al espionaje ilegal durante el macrismo y sostener que era abogado y trabajaba para la embajada de los Estados Unidos o la DEA. Desde el 12 de septiembre, este espía ilegal afronta un juicio junto a otras ocho personas por ser parte de una asociación ilícita dedicada a la extorsión, la manipulación de procesos judiciales y el lavado de activos.
El «D’Alessiogate» estalló en febrero de 2019 y fue el primer caso judicial que abordó el espionaje ilegal durante el macrismo. La causa se sustanció en el juzgado federal de Dolores cuando estaba a cargo del magistrado Alejo Ramos Padilla (el juez actualmente se encuentra en el juzgado federal de La Plata). El disparador fue una denuncia del empresario Pedro Etchebest, que dijo haber sido extorsionado por D’Alessio y el fiscal Carlos Stornelli para no ser involucrado en la causa Cuadernos. Esto dio pie a una investigación judicial que creció hasta revelar una gran red dedicada a tareas de inteligencia ilegal, con terminales políticas, judiciales y en los servicios de inteligencia, que tuvo varias decenas de víctimas. Cuando la pesquisa ya estaba muy avanzada, el expediente pasó a los tribunales federales de la Ciudad de Buenos Aires por un conflicto de competencia, por eso el debate oral se lleva adelante en Comodoro Py.
El juicio –que fue elevado parcialmente– está a cargo del Tribunal Oral Federal Nº 8, integrado por las juezas Sabrina Namer y Gabriela López Iñíguez y el juez Nicolás Toselli, y tuvo este 26 de septiembre su segunda audiencia.
Tal como surge del expediente, D’Alessio –detenido desde hace cuatro años– fue protagonista de extorsiones a empresarios, armado de causas contra dirigentes políticos, operaciones de prensa y políticas y se lo vincula a la venta de armas y el lavado de dinero por cifras millonarias.
En el juicio, cuyas audiencias se realizan todos los martes, están acusados D’Alessio, los exagentes de inteligencia Ricardo Bogoliuk y Rolando Barreiro, el expolicía Norberto Degastaldi, Mariano Díaz, que hacía de custodio de D’Alessio, y Franco Leandro Pini. A ellos se les suman Aldo Eduardo Sánchez, Pablo Bloise y Marcelo Patricio Gonzalez Carthy de Gorriti, quienes protagonizan con D’Alessio y Bogoliuk la pata financiera del caso.
La banda contaba con el apoyo del entonces fiscal general de Mercedes, Juan Ignacio Bidone, quien está procesado y continúa siendo investigado en instrucción, en la parte que no fue elevada a debate. Bidone le proporcionaba a la organización material al que solo se podía acceder con pedidos judiciales, como listados de llamadas o de salidas del país de las víctimas, que luego se usaban para las extorsiones.
D’Alessio también tenía relación con el fiscal federal Carlos Stornelli y el periodista Daniel Santoro, quienes estuvieron procesados en el marco de este proceso, pero tras una serie de revisiones se les quitó la responsabilidad achacada en los hechos adjudicados. No obstante, el periodista de Clarín, por ejemplo, continúa imputado y aún en instrucción hay medidas de prueba que lo involucran.

Testigos de peso
El martes 26 de septiembre se realizó la segunda audiencia del juicio contra D’Alessio y su banda, en la que se leyó el segundo requerimiento de la fiscalía y los de las querellas. D’Alessio estuvo presente en la sala.
La audiencia se dio luego de que la Cámara de Casación confirmase el 20 de septiembre pasado la prisión preventiva de D’Alessio y pidiera celeridad en el juicio. El día previo, se había suspendido la que iba a ser la segunda audiencia del debate porque Mariano Díaz se había quedado sin abogado.
Finalmente, el proceso se reanudó. El pasado martes 3 se abordaron las cuestiones preliminares. En las jornadas siguientes comenzarían las indagatorias. Si eso sucede, D’Alessio podría declarar.
Durante el proceso se espera que presten testimonio más de 200 testigos. Entre los 148 ya confirmados se encuentran las decenas de víctimas de esta banda, como José Ubeira (ahora abogado de Cristina Fernández); los empresarios Pedro Etchebest y Mario Cifuentes; el directivo de PDVSA Gonzalo Brusa Dovat; Jorge Castañón, ex de la pareja del fiscal Carlos Stornelli; el conductor televisivo Alejandro Fantino; y Gabriel Bouzat, exsocio del supremo Carlos Rosenkrantz. A ellos se suman otros nombres de mucha relevancia en el ambiente político y de la inteligencia como Antonio «Jaime» Stiuso, exhombre fuerte de la Secretaría de Inteligencia; Mario Montoto, empresario vinculado con el negocio de la Seguridad, que preside la Cámara de Comercio Argentino-Israelí y mantenía una conversación bastante fluida con D’Alessio; Dov Kilinksy, empresario israelí, representante de firmas proveedoras de equipos de seguridad e inteligencia de última tecnología, que mantuvo varios encuentros con D’Alessio, incluso uno en un despacho del Congreso de la Nación para venderle equipos a un senador nacional; el gobernador de Formosa Gildo Insfrán; los periodistas Rolando Graña y Eduardo Feinmann, quienes tenían trato con el falso abogado; el Permio Nobel de la Paz y titular de la Comisión Provincial por la Memoria, Adolfo Pérez Esquivel, y otros.
Además, hay más de 60 testigos cuya citación se evaluará según el desarrollo del debate. En este segundo listado se encuentran la candidata a presidente por Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, que tenía relación con D’Alessio e intercambió mensajes con él cuando era ministra de Seguridad de la Nación; la referente de la Coalición Cívica y cofundadora de Cambiemos, Elisa Carrió, quien también mantuvo encuentros con D’Alessio; las diputadas de la Coalición Cívica Mariana Zuvic y Paula Oliveto (la segunda intercambió mensajes con el espía ilegal. Por ejemplo, apenas cayó en desgracia, D’Alessio le envió un audio de voz); y los jueces Marcelo Aguinsky y Claudio Gutiérrez de la Cárcova, que también mantuvieron reuniones con él.
El tenor de los testigos da cuenta del volumen político que tiene este caso, cuyo debate oral y público recién da sus primeros pasos.

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