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Zona de quiebre

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Demian Verduga

Desde el discurso de Davos, al que se suma el impacto de la criptoestafa, retrocede el apoyo a Milei y al Gobierno. Hablan especialistas en opinión pública. Dudas sobre el efecto electoral.

En Expoagro. El presidente habló el viernes y reivindicó la represión a la marcha de los jubilados. 

Foto: NA

Es como la ruptura del idilio en una pareja. Durante un tiempo ambas personas ven al otro como un personaje salido de un cuento de hadas, un ser luminoso, hasta que en algún momento –quizás inesperado– algo se quiebra y emergen zonas que permanecían ocultas. Esto mismo sucede con las figuras políticas y su relación con la sociedad. En el caso del presidente Javier Milei, el escándalo por la estafa con la criptomoneda Libra parece haber sido el piedrazo que resquebrajó el cristal de su relación con parte de la sociedad.

Millones de argentinos votaron a Milei en 2023, entre otras cosas, porque se presentó como un fenómeno nuevo. Era el outsider que, se decía, estaba libre de los vicios que supuestamente anidan en los políticos del sistema. Milei, el puro. Ese es el idilio que se rompió. 

«El caso cripto tiene una repercusión muy alta. El 80% de los encuestados conoce el tema y le provocó al presidente una caída en su imagen de cinco puntos de un mes al otro», expresa, consultado por Acción, Santiago Giorgieta, director de la consultora Proyección. «Solo habíamos visto una caída de esa magnitud en agosto-septiembre del año pasado, luego del tarifazo. Hoy la imagen negativa de Milei roza el 50%, con un 45 que tiene una mirada muy negativa».

Giorgieta remarca que la mayoría de la población no cree en el argumento creado por el Gobierno para explicar lo que sucedió. «Una de las preguntas que hicimos respecto del tema es por qué se creía que Milei había hecho lo que hizo. Solo un 30% dijo que el presidente no sabía lo que hacía. Un 45% sostuvo que lo hizo en beneficio propio y el resto no se definió. Dentro de ese 25% indefinido, la mayoría respondió que confía menos que antes en Milei».

El consultor sostiene que es un escándalo que tiene un impacto particular para la Libertad Avanza (LLA). «Estamos ante una gestión cuyo respaldo está muy anclado en las expectativas. Tiene abundancia de respaldos por cuestiones simbólicas y pocos por resultados materiales. Lo de Libra hace mella en el núcleo del respaldo, que es la esperanza de que la situación económica va a mejorar. ¿Si no pudieron hacer funcionar de modo exitoso una criptomoneda, por qué funcionaría el plan económico?».

La socióloga Analía del Franco tiene una visión más matizada. «Podría haber pasado de modo más fugaz si no hubiese tenido tanta repercusión internacional –dice–. Impactó más fuerte en el segmento de votantes que apoyan, pero tienen críticas. En el núcleo duro de Milei, que ronda los 30 puntos, no tuvo mayor efecto. De todos modos, no creo que sea una bisagra para el Gobierno, aunque sí lo erosiona».

Mirada sobre los votos
La imagen de un presidente puede sufrir subas y bajas, pero esto no siempre tiene una traducción electoral. Sobran los ejemplos en la historia reciente en los que las encuestas mostraban una imagen negativa alta, le ocurrió a Cristina Fernández durante su gestión, y luego las urnas arrojaban un resultado muy distinto.

Para Giorgieta, el escándalo Libra tiene una potencial traducción en las urnas. «Me parece que ya no está tan clara la posibilidad de un triunfo del oficialismo a nivel nacional ni en la provincia de Buenos Aires ni en la Capital. En parte, los votantes del PRO encuentran con este escándalo un motivo para quedarse en su partido y no migrar a LLA».

«Entre los votantes de Milei –agrega Giorgieta– hay una diferencia entre los que lo respaldaron en la primera vuelta y los que se sumaron en el balotaje, que venían de votar a Patricia Bullrich. Puede resultar paradójico, pero el votante original es el que comenzó a perder la confianza en el presidente. En el Conurbano bonaerense es donde más cayó. Perdió uno de cada cuatro votantes. Libra quebró la credibilidad del presidente en esos votantes. Hace seis meses el 45% decía que era creíble, un 45% decía lo contrario y el resto no sabía. A partir de Libra, más del 50% dice que no es creíble y solo el 38% dice que sí lo es». 

Del Franco plantea una visión distinta. Sostiene que «lo que más mueve la aguja en el terreno electoral es lo que pasa en tu metro cuadrado. El tema cripto no se mete en la casa de la gente. No creo que tenga impacto electoral determinante. Si la situación económica mejora, que es la principal demanda de la población en este momento, el escándalo quedará en una anécdota».

La caída del apoyo al oficialismo no implica automáticamente el crecimiento de la oposición. Giorgieta señala que «es importante aclarar que lo más probable es que los votantes desencantados con Milei directamente no vayan a votar. La oposición no capitaliza por ahora la caída de Milei».

Por su parte, Del Franco destaca: «No hay que descartar que quienes apoyan de modo crítico puedan votar a un candidato no peronista pero que no sea del oficialismo. Un voto de mayor control en el Congreso».

La represión
Esta semana el Gobierno nacional desplegó la represión más violenta desde que asumió. Lo hizo contra los jubilados que marchan todos los miércoles para exigir mejoras en sus haberes y que en esta ocasión habían recibido el respaldo de hinchas de distintos clubes de fútbol. El resultado de la violencia estatal fue: casi 120 detenidos, decenas de heridos, y un fotógrafo, Pablo Grillo, herido con una granada de gas lacrimógeno que lo dejó en terapia intensiva y con pronóstico reservado.

La incógnita: ¿le suma o le resta al presidente Milei lo ocurrido?
«Esto viene en el marco de una serie de eventos que empezaron con la criptoestafa», explica el politólogo Hilario Moreno, director de la consultora Dicen. «Excepto por el primer mes de su gestión, Milei siempre osciló entre un piso de 40% de respaldo y un techo del 50%. Estos eventos todavía no hacen que perfore ese piso del 40. Está cerca, pero no lo perfora».

«Por ejemplo –añade Moreno–, con Alberto Fernández el piso se rompió después de la foto de Olivos. A Macri le pasó con la devaluación de mayo de 2018. Ahí se rompió el piso de respaldo que tenía y no se pudo recuperar. A Milei esto todavía no le pasa».

«Lo de la represión, de todos modos, no le suma –destaca Moreno–. A los oficialismos el quilombo en la calle les resta. Y la persistencia de un problema va horadando a un Gobierno. La represión de esta semana los lleva a jugar en un terreno de desgaste lento, pero sistemático».

Para Giorgieta el costo es más alto. A su juicio, «la represión fue también el intento de correr la agenda. Milei venía trastabillando desde Davos (Suiza). La represión fue un acto planificado. La sociedad argentina pedía en la campaña electoral del año pasado orden económico, estabilidad. El orden que busca es económico, no represivo. Las imágenes de la represión, a mi criterio, generan desconcierto: un Gobierno debilitado que para contener el descontento social solo puede reprimir. La principal preocupación hoy de la población es que la plata no alcanza».

Escándalo Libra, represión salvaje en la marcha de los jubilados y el paso del tiempo. No es fácil medir el humor social, pero hay algo que cambió. 

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