Señales

Ajuste pesado

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Por los recortes presupuestarios en el sector de generación energética, la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP) de la localidad neuquina de Arroyito paralizó su producción a fines de mayo del año pasado. La planta había prometido iniciar un plan de obras  a 18 años, pero no está claro cuándo retomará la actividad; mientras, paga los sueldos en cuotas y los trabajadores temen por sus fuentes laborales. PIAP es controlada por la Empresa Neuquina de Servicios de Ingeniería (ENSI), una sociedad entre la provincia de Neuquén (51%) y la Comisión Nacional de Energía Atómica (49%). Allí se produce el agua pesada que modera y refrigera la reacción nuclear en centrales atómicas que utilizan uranio natural. El gobierno pretende que el sector nuclear reduzca sus costos y el ministro de Energía amenazó que si PIAP no mejora sus precios podría importar el agua pesada de Rumania o la India. Durante el gobierno anterior, Nucleoléctrica y PIAP eran tomadas como un conjunto a efectos de cumplir el proyecto de puesta en marcha de Atucha II. Por lo tanto, Nucleoeléctrica le debía proveer la energía eléctrica a PIAP de su propia generación a un precio subsidiado. Ahora, en cambio, PIAP se la debe comprar a Cammesa a precio de mercado, convalidando los tarifazos de los últimos dos años.

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