11 de julio de 2014
Por primera vez en la historia un vicepresidente de la Nación fue procesado por la Justicia. Si bien no se puede soslayar que aún rige el principio de inocencia, Amado Boudou está procesado por los delitos de cohecho y negociaciones incompatibles con la función pública en la causa Ciccone, presuntamente cometidos cuando era ministro de Economía. La medida del juez Ariel Lijo, titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 4, difundida el viernes 27 de junio después de las diez de la noche, comprende también al empresario José María Núñez Carmona; el titular de The Old Fund, Alejandro Vandenbroele; el ex funcionario de la Administración Federal de Ingresos Públicos, Rafael Resnick Brenner; Nicolás Ciccone, cofundador de la empresa y su yerno Guillermo Reinwick. Las bancadas opositoras reclamaron el juicio político contra Amado Boudou, iniciativa que fue rechazada por la comisión respectiva con los votos de la mayoría kirchnerista. La Justicia, ya se ha dicho, no es un espacio aséptico y neutral, se dirimen en ella fuerzas e intencionalidades políticas que, en este caso, están a la vista. De todos modos, lo más saludable para las instituciones sería que el tribunal actúe sin presiones, que sus determinaciones se basen en pruebas y fundamentos sólidos y que los acusados tengas todas las garantías necesarias para su defensa. De eso se trata la justicia.
