Señales

Burda burla

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«Por mi cargo y jerarquía me tocó matar, pero no sé cuánta gente», dijo Miguel Osvaldo Etchecolatz, ex jefe de Investigaciones de la Policía Bonaerense durante la dictadura cívico-militar, en el proceso oral y público por los crímenes cometidos en el campo de exterminio La Cacha, de la ciudad de La Plata. «Tuvimos que dejar la vida para restablecer el orden», agregó el represor. Y añadió que le causa risa «estar procesado por homicidio», ya que todo lo que hizo durante la dictadura «fue en el marco de la legalidad, con autoridades legítimas». Luego de admitir que mató, adujo que «no fueron homicidios; defendimos a la patria y fueron muertos en enfrentamientos ocasionados por los terroristas, en defensa del hombre civilizado y del derecho a la familia». Como cierre dijo que «lo haría de nuevo» y que «sólo este sistema perverso que me juzga desconoce nuestra batalla».
No es la primera vez que el genocida condenado arremete durante los procesos judiciales. «Etchecolatz siempre habla, siempre miente. Durante el juicio por los crímenes en el circuito Camps, daba diferentes versiones sobre la apropiación de la nieta de Chicha Mariani, haciendo una manipulación perversa», dijo a la prensa Guadalupe Godoy, una de las abogadas querellantes. «Estas situaciones son un motivo más para unificar los juicios porque este tipo de imputados, que ya suman dos o tres condenas a perpetua, aprovechan los juicios para esto: deslegitimar los procesos, burlarse del tribunal, denostar a las partes y armar provocaciones», apuntó Godoy.

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