En un contexto de crisis económica, inflación y devaluación, la tradición del viaje de egresados se está convirtiendo en un lujo para pocos. Opciones «low cost» y destinos alternativos, la oferta para una clase media cada vez más empobrecida.
11 de septiembre de 2019
En baja. Se calcula que este año viajarán a la ciudad rionegrina 89.000 estudiantes. (Télam)
Con picos históricos que registraron la llegada de hasta 160.000 jóvenes, Bariloche se fue convirtiendo, desde la década del 50, en la meca indiscutida del turismo estudiantil. Si bien hace unos años la oferta de destinos internacionales como las playas de Brasil, Cuba o México opacó, en sectores medio-altos, la hegemonía de esta ciudad rionegrina, lo cierto es que nunca perdió su lugar. Sin embargo, los vaivenes de la economía golpean de manera directa a este sector que hoy atraviesa, como tantos otros, una profunda caída en las ventas.
En los últimos años, en un contexto de alta inflación y sucesivas devaluaciones, el precio del viaje sufrió un marcado aumento. El paquete turístico pasó de un valor de alrededor de 50.000 pesos para los egresados 2019 a 70.000 para quienes este año cerraron contrato para 2020. En tanto, para la promoción 2021 se anticipa un precio superior a los los 115.000 pesos, lo que se aproxima a diez salarios mínimos. Las empresas ofrecen una financiación de 24 cuotas o más. No obstante, para la inmensa mayoría de las familias, se trata de un gasto muy difícil de afrontar. Aunque los sectores populares siempre estuvieron excluidos de esta tradición estudiantil, hoy queda afuera también una franja creciente de las clases medias. En muchas escuelas, incluso de gestión privada, en las que históricamente viajaba la mayoría del curso, hoy lo hace la mitad o menos.
Inferior calidad
Adrián Manzotti, responsable del área de turismo estudiantil de la Federación Argentina de Asociaciones de Empresas de Viajes y Turismo (FAEVYT), asegura que la caída en las ventas en relación al año pasado es de un 15%. «En este contexto de crisis económica, esta es una situación que se viene trabajando desde las empresas que ofrecen destinos alternativos o con servicios “low cost” para lograr que el mercado acceda a este tipo de viajes». Entre las opciones que cuentan con propuestas más accesibles se encuentran las ciudades de Villa Carlos Paz, Colón o algunas de la costa atlántica. En cuanto a los servicios que las empresas denominan «low cost», se ofrecen estadías más cortas, menor cantidad de excursiones y alojamientos de inferior calidad.
A la hora de decidir si sus hijos podrán o no hacer el viaje, las familias se plantean otras cuestiones además de los números. El antecedente de la empresa Snow Travel, que en agosto de 2018 se declaró en quiebra y perjudicó a miles de chicos en todo el país, suma otra preocupación. En este sentido, desde las defensorías del Pueblo y asociaciones de consumidores aconsejan que los padres estén atentos al cumplimiento de la Ley Nacional de Turismo Estudiantil, que contempla tanto los viajes de egresados como los de estudio.