7 de julio de 2021
Un estudio con monos contagiados de COVID-19 realizado en Estados Unidos pone en primer plano la importancia de la transmisión aérea de la enfermedad, un factor sobre el cual científicos de todo el mundo vienen insistiendo desde los primeros meses de la pandemia. La investigación, publicada en la revista Emerging Infectious Diseases, editada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los EE.UU., revela que las partículas pequeñas, de tamaño menor a los 4,7 micrones, son las que predominan entre las gotas que expelen al respirar los enfermos de COVID-19. El dato no es menor, ya que del tamaño de estas partículas depende la forma de transmisión del virus. Mientras las gotas más grandes (de más de 4,7 micrones) solo pueden «viajar» distancias limitadas, las partículas más chicas son capaces de permanecer en el aire durante más tiempo y alcanzar distancias mayores. Los resultados del estudio sugieren que la transmisión por aereosoles es la vía principal de propagación del coronavirus. Además, subraya que las etapas tempranas de la infección son las más contagiosas ya que, en el caso de los monos estudiados, las emisión de aerosoles infectados decreció significativamente a partir del sexto día.