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La prevalencia de enfermedades de transmisión sexual se multiplicó en los últimos años. La iniciación temprana, la falta de educación y la disminución del uso de preservativo, entre las principales causas. El impacto positivo de la vacuna contra el vph.

(Foto: Shutterstock)

Desde hace varios años los especialistas vienen advirtiendo sobre el aumento de enfermedades de transmisión sexual que, lejos de ser erradicadas, reaparecen, a contramano de todos los esfuerzos y campañas de prevención que otrora posicionaban al país como uno de los más avanzados en la materia. Basta con recordar la incorporación de la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) en 2011, destinada a las niñas nacidas a partir de 2000, y más acá en el tiempo, en 2017, para los varones nacidos a partir de 2006. No obstante, los números hablan de otra cosa ya que, de acuerdo con los datos oficiales, el 98% de las personas que se infectan con el virus del VIH-sida lo hacen a través de relaciones sexuales en las que no utilizan preservativo. A su vez, esta situación se da en un contexto donde hay un considerable aumento de las infecciones de transmisión sexual (ITS). Tomando solo el ejemplo de la sífilis se observa que la tasa de casos reportados en varones y mujeres jóvenes y adultos pasó de 11,7 a 35,2 cada 100.000 entre 2013 y 2017 y la proporción de positividad en las pruebas de rutina que se les realizan a las mujeres embarazadas pasó del 2% al 3,2% en el mismo lapso. Asimismo, la cantidad de casos de niños y niñas con sífilis congénita está aumentando año tras año: mientras en 2013 era de 1 caso cada 1.000 nacidos vivos, en 2017 había trepado a 1,7 casos.
La gran pregunta que surge al ver los números es por qué las personas, aun existiendo información respecto de cómo prevenir las infecciones de transmisión sexual, siguen enfermándose. Encontrar la respuesta tal vez merezca la realización de algún estudio de corte cualitativo. Por el momento los especialistas arriesgan posibles variables que hablan de la situación y que van desde la falta de educación sexual hasta el consumo de drogas de diseño.
«En los últimos años se observó una tendencia al aumento de la sífilis, así como de otras infecciones de transmisión sexual en la población joven. Las razones que explicarían este hecho incluyen: el inicio más temprano de las relaciones sexuales, la falta de educación sexual, el uso de drogas de diseño y cambios en las conductas sexuales, principalmente la disminución en el uso de preservativo. A su vez, estas tendencias coinciden con la mejoría en el pronóstico de las personas con VIH tras la introducción del tratamiento antirretroviral de gran actividad (TARV), que parece haber llevado a una cierta “relajación” en las medidas de prevención», sostiene en diálogo con Acción Luciana Spadaccini, infectóloga de la Fundación Huésped.
Quien también ve con preocupación el aumento de las ITS es Asunta Melgar, jefa del Programa de Enfermedades de Transmisión Sexual (PETS) del Hospital de Clínicas José de San Martín, quien día a día recibe entre 20 y 30 pacientes con alguna de estas enfermedades, entra las cuales se encuentran el VPH, las clamidias, la gonorrea y últimamente el linfogranuloma venéreo.

Falsa seguridad
«En 2018 atendimos unos 3.217 pacientes de los cuales 757 tenían sífilis. Lo que vemos, estadísticamente, es que son personas muy jóvenes, de hecho el porcentaje más alto de ETS se registra entre los 17 y los 28 años, con un pico entre los 21 y 24 años. Creo que los jóvenes si bien le tienen miedo al HIV no les preocupa ni la sífilis ni la gonorrea. Recién cuando ven que tiene una lesión o supuraciones se preocupan y acuden al médico. Lo que no tienen en cuenta es que sin el uso de preservativo se exponen a un combo, no saben qué enfermedades pueden contagiarse», señala Melgar. El hecho de que infecciones como la sífilis o la gonorrea se traten de manera sencilla genera en las personas la falsa seguridad de que su salud no se verá gravemente afectada. «Es verdad que tratadas en tiempo y forma estas infecciones no dejan secuelas, son enfermedades bacterianas, lo que ocurre es que teniendo mucha sífilis o mucha gonorrea la inmunidad también se ve disminuida; hay pacientes que vienen varias veces con sífilis. Por otra parte, dentro de los pacientes que vemos, la mayoría son hombres gay y por mi experiencia veo que no les gusta usar preservativo, de hecho el sexo oral no lo ven como una situación de riesgo, este no es un dato menor, porque también hay una cantidad alta de pacientes con VPH. En el caso de los varones gay pueden tener los virus oncogénicos (serotipos 16, 18, 31 y 33) en la zona anal, es donde más comúnmente se ve, o en la garganta», indica Melgar.
Otra de las infecciones de transmisión sexual que aumentó en los últimos años es la clamidia, considerada una de las causas más frecuentes de ITS a escala mundial. En el país, de acuerdo con los datos disponibles por notificaciones través del Sistema de Vigilancia Laboratoria (SIVILA), en 2017 había una positividad diagnóstica del 8% para las mujeres, mientras que para los hombres era del 12%.
«La clamidia es una bacteria que trae dolor y vemos que aumentó en los varones. A su vez, en el PETS atendemos a muchos pacientes que son trabajadoras y trabajadores sexuales, ellos manifiestan que a los clientes no les gustan los preservativos, muchas veces por más que les aconsejemos su uso ya entran a jugar otras cuestiones, como la económica», sostiene Melgar.
Cuando los pacientes llegan al PETS derivados o porque se enteran del programa por internet, se los examina mediante análisis de sangre, hisopados, para detectar sífilis, HIV y las hepatitis, también gonorrea, clamidia y linfogranuloma venéreo, una infección de transmisión sexual causada por cepas de Chlamydia trachomatis de los genotipos L1, L2 y L3 y de la cual no se habían registrado casos en el país hasta 2017. Desde septiembre de 2017 hasta mediados de 2018, se detectaron 33 casos.
Tener presentes las variables que entran en juego al momento de prevenir las ITS resulta fundamental para comprender el por qué de su aumento y de esta manera poder acompañar a los pacientes desde lo médico y también desde lo social y educativo.
«Para todas las ITS se hacen estudios en forma gratuita en el Hospital. Es importante que cuando se diagnostica a una persona con sífilis esta traiga a la o las parejas para que también realicen el tratamiento –concluye la especialista del Clínicas–. En el Programa vemos que hay embarazadas que llegan derivadas porque tienen el VDRL positivo (prueba serológica para sífilis) y no saben qué es la sífilis, no tienen noción, falta información y sobre todo educación».