Sociedad | Desastre ambiental

Entre el fuego y el ajuste

Tiempo de lectura: ...
María Soledad Iparraguirre

El año empezó con incendios forestales en un contexto de alta precarización para los brigadistas. El Gobierno traspasa competencias a Seguridad desconociendo la relevancia del problema.

Parque Nacional Nahuel Huapi. Las llamas llevan consumidas más de 3.500 hectáreas. Las altas temperaturas dificultan la tarea de los profesionales.

Foto: NA

El incendio iniciado el 27 de diciembre pasado en el sur argentino en el Parque Nacional Nahuel Huapi, que aún mantiene focos activos, expuso la precariedad laboral de los brigadistas, que son quienes están en las primeras líneas de combate del fuego. Ellos son quienes acuden al llamado de urgencia, aún cuando desconocen si su situación laboral continuará precarizada, si les confirmarán los contratos por tres meses más o si figurarán en las listas de despedidos. Esta situación deja entrever la nula capacidad en el manejo de la cuestión ambiental de parte del Gobierno de Javier Milei, cuya gestión se aleja, claramente, de respuestas integrales a tono con las demandas de bomberos, brigadistas y estudiosos del cambio climático.

La decisión del Ejecutivo de traspasar el Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF) –el organismo encargado de luchar contra los desastres ambientales– a la cartera de Seguridad que comanda Patricia Bullrich con el decreto nacional 1136/24 del día 30 de diciembre es una clara muestra de ello; pero implica, además, una lectura negacionista de la crisis climática. Esta línea, sin embargo, mantiene absoluta coherencia con otras medidas regresivas respecto de la cuestión medioambiental tomadas por el Gobierno, como la degradación del Ministerio de Ambiente a Subsecretaría, la vigencia del Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) que profundiza prácticas extractivistas o el nombramiento al frente del Servicio Meteorológico Nacional del militar retirado Antonio José Mauad.

2025 arrancó con nuevos focos de incendios, con vastas áreas prendidas fuego en el Nahuel Huapi, en las zonas de Los Manzanos y Los Rápidos, en la provincia de Río Negro. En territorio santafesino, a su vez, ardían las islas de los Mástiles ubicadas en el Delta del Paraná. Y esta semana se sumó un foco en localidad chubutense de Epuyén, donde alcanzó viviendas en la zona de La Rinconada. El año se inició, también, con el reclamo férreo de los brigadistas dependientes del SNMF y de la Administración de Parques Nacionales (APN), ya que, desde que asumió la gestión de La Libertad Avanza (LLA), el personal es recontratado cada tres meses, en un contexto de incertidumbre laboral y ajuste de las partidas presupuestarias destinadas a las áreas correspondientes. Mientras, solo en el Nahuel Huapi, las llamas llevan consumidas más de 3.500 hectáreas.

Despidos, incertidumbre y vaciamiento
Al cierre de esta nota, desde la Coordinación Nacional de ATE Parques Nacionales (ATE PN) denunciaban que una nueva camada de treinta trabajadores fue despedida en los últimos días de enero, cifra que se suma a los 100 cesanteados desde el inicio de gestión de La Libertad Avanza. A través de un comunicado, ATE PN señala que los perfiles corresponden a profesionales, administrativos y brigadistas de incendios forestales con una antigüedad laboral que va de los 3 a los 24 años de experiencia. Por otra parte, responsabilizan a las autoridades del directorio de Parques Nacionales, con Cristian Larsen (presidente) y Marcelo Forgione (vicepresidente) a la cabeza, por los sucesivos despidos y el desguace del organismo. Brigadistas y guardaparques sufren, además, censura.

«En Parques Nacionales está prohibido hablar de cambio climático. Hay una persecución muy clara, una suerte de oscurantismo, de negación de lo que puede proveerse desde la ciencia. Los brigadistas no pueden ni salir a decir nada de esto», señala Hernán Mondino, brigadista del Parque Nacional Los Alerces y delegado de ATE PN. El caso de la brigadista Andrea Torres generó un rechazo unánime: tras 14 años de servicio, Horacio Peloso, intendente del Parque Nacional Los Glaciares, en Santa Cruz, le anunció en los albores del año nuevo que quedaba despedida por los contenidos que publicaba en su cuenta personal de Instagram.

Malas señales. El traspaso del Servicio Nacional de Manejo del Fuego a Seguridad evidencia una gestión en contra de las demandas del sector.

Foto: Argentina.gob.ar

«Los afectados somos alrededor de cuatrocientos brigadistas en Parques Nacionales. La última tanda de despidos llegó a fin de año, todavía no tenemos la firma de los contratos y la única certeza es que serán de tres meses. El total en todo el país es un estimado de 550, 600 brigadistas, todos contratados que dependemos de Nación. Hoy, en la zona centro del país, una zona difícil, el número inicial de los brigadistas es de 470.000 pesos en mano. Nos vemos obligados a tener que buscar changas, pero se hace muy difícil sobre todo en el invierno en la zona de la Patagonia y muchos terminan renunciando. Estamos volviendo a pelear por cosas que conseguimos en los últimos quince años, es un bajón para muchos, sobre todo para los más viejos, que han puesto el cuerpo en la pelea contra el fuego y no somos bien remunerados ni tenemos siquiera reconocimiento. No hay, tampoco, claridad en el rumbo que se va a seguir, los brigadistas que fueron a trabajar en los incendios de Bariloche, en los Cipreses y el Lanín son los nacionales y no sabemos si habrá por temporada o qué. Por las lecturas que hacemos, estimamos lo peor de aquí en adelante», precisó Mondino.

Ante la oleada de reclamos de parte de profesionales, técnicos, brigadistas y guardaparques, la respuesta del directorio de Parques Nacionales fue levantar la mesa de diálogo y acusarlos de operar mediáticamente, luego de que salieran a la luz los onerosos gastos de Larsen en su visita a Bariloche en el marco del incendio del Nahuel Huapi. La administración nacional propone, en lo que se asemeja a una arremetida contra los trabajadores, llegar a 600 despidos más, lo que equivaldría al desguace del área destinada a la prevención y el combate de nuevos incendios.

En medio de un panorama incierto y desalentador, con eventos climáticos extremos en un escenario global del que Argentina, claramente, no se queda afuera, es altamente probable que el territorio nacional sufra, cada vez con mayor frecuencia y dramatismo, nuevas y más frecuentes catástrofes ambientales.  

Estás leyendo:

Sociedad Desastre ambiental

Entre el fuego y el ajuste

Dejar un comentario

Tenés que estar identificado para dejar un comentario.