Sociedad | Viruela símica

¿La epidemia que viene?

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María José Ralli

El aumento de casos de mpox en África encendió las alarmas y la OMS declaró la «emergencia de salud pública internacional». Cómo es la situación en el país y cuáles son las vías de contagio.

Laboratorio. Imagen microscópica de partículas del virus dentro de una célula infectada.

Foto: Getty Images

Con la declaración de emergencia de salud pública internacional por el reciente aumento de casos de viruela símica, conocida como mpox, la Organización Mundial de la Salud puso al mundo en alerta. Con epicentro en África, la alta posibilidad de propagación representa un problema de salud pública mundial. 

Esta enfermedad viral de origen zoonótico, es decir, transmitida de animales a humanos, fue documentada por primera vez en 1970 en la República Democrática del Congo y por más de cinco décadas permaneció endémica en varias regiones de África Occidental y Central, hasta que fue noticia en 2022, cuando se registró un brote que se propagó por el mundo, que fue considerado bajo control en 2023 tras la disminución sostenida de casos. 

Hoy vuelven a encenderse las alarmas frente a un nuevo brote impulsado por una variante del virus llamada Clado Ib, en apariencia más transmisible y virulento. En lo que va de este año, en 12 países de África se llevan reportados alrededor de 15.000 casos y 461 muertes. 

La globalización y los viajes internacionales facilitan la propagación de la enfermedad: comenzó en África, llegó a Europa y luego a las Américas, con casos también reportados en nuestro país: según datos del Ministerio de Salud de la Nación, son ocho los registrados en lo que va de 2024, sin fallecidos.

Medidas de control 
«El virus de la viruela símica tiene dos variantes. Hasta 2018 esta enfermedad estaba localizada en África, con casos muy aislados, pero a partir de 2019, el Clado II comenzó a expandirse, dejando de ser una enfermedad transmitida principalmente por el contacto con animales como los monos, para convertirse en una enfermedad que podríamos clasificar como de transmisión sexual, con más del 90% de los pacientes a nivel mundial con antecedentes de contacto sexual, con lesiones en las zonas de contacto sexual», explica Juan Carlos Cisneros, subdirector del Hospital Muñiz, establecimiento de referencia en enfermedades infecciosas. En diálogo con Acción recuerda que «tuvimos un pico importante entre 2022 y 2023 en nuestro país, el año pasado hubo 1.950 casos en Argentina con más de 650 en la capital, pero este año la situación ha mejorado considerablemente».

Sin embargo, advierte Cisneros, la preocupación actual radica en que la nueva variante que comenzó a circular «tiene una mortalidad superior al 5%, lo que llevó a la OMS a emitir una alerta internacional y a implementar un cerco sanitario en la región afectada para evitar la propagación a otros países». 

Para el director médico, las medidas tienen que estar enfocadas en el control epidemiológico: «La idea es estar atentos y listos para diagnosticar rápidamente y aplicar medidas de aislamiento si es necesario», sostiene. Ante la pregunta sobre la situación en el país, apunta: «Por el momento no es un problema en Argentina, pero las autoridades sanitarias deben estar en alerta».

Transmisión y características
Consultada por Acción, Viviana Leiro, jefa del Servicio de Dermatología del Muñiz, señala que aún no se sabe con certeza qué variante es la que circula hoy en el país. «El jueves pasado tuvimos un paciente con mpox que diagnosticamos como positivo, pero estamos esperando el resultado del Instituto Malbrán para determinar cuál de las variantes es. Si se trata de la variante de África, debemos considerar que es un virus más virulento y transmisible, aunque las vías de transmisión seguirían siendo las mismas: a través de la piel, las mucosas y por contacto prolongado cara a cara», explica. La profesional también señala que, «dado que se producen muchas lesiones en la zona anogenital, la transmisión sexual es una vía importante».

En el brote de 2022, la infección se comportó principalmente como una infección de transmisión sexual, especialmente a través de mucosas anogenitales. «La mayoría de los casos que vimos fueron en hombres que tienen sexo con hombres, aunque también hubo casos en mujeres cis y trans. Es crucial destacar que no es la orientación sexual lo que aumenta el riesgo, sino las prácticas sexuales de riesgo», advierte la médica especialista.

La recomendación de Leiro es no alarmarse, pero sí estar en alerta, al tiempo que considera que, ante la primera sospecha, «es importante consultar y aislarse para evitar la transmisión, cubriendo las infecciones de piel y evitando relaciones sexuales si hay lesiones anogenitales, hasta que el proceso haya terminado».

En el Muñiz, frente a la posibilidad de una escalada de casos, está en marcha el protocolo implementado en 2022, que incluye un trabajo interdisciplinario y articulado con el Hospital de Día para tomar muestras y enviar los resultados lo más rápido posible. 

«Las lesiones características de la mpox incluyen vesículas que evolucionan a pústulas, luego se umbilican, se ulceran y finalmente forman una costra», sintetiza Leiro, explica que «todo este proceso dura entre dos y cuatro semanas» e insiste en que «las lesiones pueden aparecer en la piel, la boca, la mucosa oral, la zona anogenital y pueden causar inflamación de los ganglios». Como además es una enfermedad que puede confundirse con la varicela o el herpes, para un diagnóstico más preciso es crucial observar el patrón de las lesiones y los síntomas como fiebre, dolor de cabeza y ganglios inflamados, que puede ayudar a orientar la consulta médica.

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