Sociedad | SALUD

Un problema de cuidado

Tiempo de lectura: ...
María José Ralli

Las infecciones de transmisión sexual registran un aumento de nivel pandémico. La situación en Argentina: prevención, diagnósticos y tratamientos oportunos.

Imagen: Shutterstock

Tan antiguas como el placer, las infecciones de transmisión sexual (ITS) registran un preocupante aumento a nivel global, pero también local. 
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, cada día más de un millón de personas contrae una ITS, lo que significa que anualmente unos 376 millones de personas adquieren infecciones por clamidia, gonorrea, tricomoniasis y sífilis, entre otras patologías que parecen de otro siglo, pero son bien actuales.
Las ITS son infecciones que se transmiten de una persona a otra durante una relación sexual, pueden ser producto de virus, bacterias y parásitos y las más frecuentes son las mencionadas, pero también lo son el Virus del Papiloma Humano (VPH), el Herpes genital, la Hepatitis B y C y el VIH. El aumento progresivo de su incidencia hizo que se pusiera el foco en lo que las autoridades sanitarias consideran un problema de salud pública que no distingue edad, sexo, grupo económico-cultural ni orientación sexual.
En Argentina, la tasa de casos de sífilis reportados en varones y mujeres se cuadruplicó entre 2013 y 2018 (creció un 330%: pasó de 11,7 a 50,4 cada 100.000 habitantes), con un pico en el grupo de los jóvenes de 15 a 24 años, tal como lo señala la Sociedad Argentina de Dermatología (SAP), que resalta que año tras año crecen los casos de sífilis congénita, aquella transmitida de madre a hijo durante el embarazo.
El informe de la SAP detalla que la proporción de positividad en las pruebas que se les realizan a las mujeres embarazadas se duplicó de 2013 a 2018 (pasó del 2% al 3,8%).
«Tuvimos un aumento muy pronunciado en la cantidad de casos en 2019; en 2020, con la pandemia, se notificaron menos y a partir de 2021 comenzamos a ver un nuevo aumento; particularmente mucha sífilis, pero también clamidia, gonorrea, tricomonas, herpes y HPV; desde julio de 2022 de viruela Mpox, que es también infección de transmisión sexual», sintetiza Viviana Leiro, jefa del Servicio de Dermatología del Hospital de Enfermedades Infecciosas Francisco J. Muñiz. 

Zona de riesgo
«Se usa poco preservativo y prácticamente no se utiliza para sexo oral, cuando todas las infecciones de transmisión sexual se pueden transmitir de esta manera», atribuye Leiro a una de las principales causas de estos registros, que crecen a la par del aumento de prácticas de riesgo.
«El uso de las aplicaciones para encuentros sexuales donde hay alguien disponible de forma cercana» también propicia el incremento –sostiene Leiro– y destaca que «hay un grupo de personas que nunca usó preservativo y a los mayores de 50 años es muy difícil convencerlos de usarlos».
Otra de las causas que influye en la suba importante de casos de ITS es, según la especialista, «el uso de drogas legales e ilegales como el alcohol y otros estupefacientes y la práctica del ChemSex, el uso de drogas psicoactivas para tener sexo durante varios días y con varias personas, muy conocida en Europa que llegó a nuestro país y provocó un aumento», agrega. 
El relajamiento de los cuidados y la baja percepción del riesgo en combinación con campañas que no se sostienen en el tiempo y la implementación de la Educación Sexual Integral (ESI) en forma dispar dinamitan cualquier esfuerzo por revertir esta situación. «La ESI es fundamental, se puede sostener y es necesaria para garantizar el derecho a la información de la población», agrega la médica, e insiste en que la falta de información sobre salud sexual y reproductiva es una constante en las consultas que reciben los equipos de salud. 
Desde la SAP advierten que, además de la reducción de las medidas de protección en las relaciones sexuales, hubo un cambio en los comportamientos de cuidados «que coinciden con la mejoría en el pronóstico de las personas con VIH tras la introducción del tratamiento antirretroviral de gran actividad (TARGA), que parece haber llevado a una cierta “relajación” en las medidas de prevención». 
«Hoy un paciente con VIH, después de seis meses de carga viral indetectable no transmite el virus», explica Leiro y dice que con la simplificación de los antirretrovirales y los pocos efectos adversos, los pacientes empiezan el tratamiento y rápidamente negativizan la carga. «Es algo muy bueno, pero sin duda hace que se relajen los cuidados», recalca. 

Disfrutar con protección
Se habla de infecciones y no de enfermedades de transmisión sexual porque pueden no presentar síntomas, siendo las mujeres las más vulnerables, ya que por lo general cursan las ITS de manera asintomática. La mayoría de estas infecciones –que en algún momento de su evolución desarrollarán manifestaciones dermatológicas– son tratables y muchas pueden curarse si se detectan a tiempo. En el Hospital Muñiz, sin orden médica y por demanda espontánea se realizan desde test de VIH a estudios para sífilis y hepatitis y se controlan que estén las vacunas aplicadas. «Las ITS no pueden esperar, por eso se atiende en el momento y si el diagnóstico es clínico se trata en el mismo día», asevera Leiro. 
«El mensaje es que no hay que dejar de disfrutar, pero es mejor con cuidados», sintetiza, y recuerda que hay muchas herramientas además del preservativo –como la PrEp y la PEP, profilaxis pre y post-exposición para prevenir el VIH– que están disponibles de forma gratuita en hospitales públicos y deben ser cubiertos por la seguridad social y las empresas de medicina prepaga, como todo lo relacionado con la salud sexual y reproductiva. Viviana Leiro enfatiza: «La mayoría de las ITS se pueden prevenir usando preservativo o campo de látex desde el comienzo y durante toda la relación sexual y en todas las relaciones sexuales». La estrategia de promoción, prevención y detección precoz de las ITS tiene que estar focalizada en el acceso al diagnóstico y al tratamiento oportuno, teniendo en cuenta sus consecuencias de «alta morbilidad», que abarcan desde sífilis congénita a infertilidad y serias complicaciones de salud, como problemas oculares y neurológicos o predisposición al cáncer en el caso del HPV.
«Detectar una ITS siempre es una oportunidad para indagar sobre cobertura de vacunación y formas de cuidados, explicar la importancia de la prevención y promover los testeos y autotesteos», redondea Leiro, y concluye: «Hay que estar abiertos a escuchar y hablar; el sexo no deber ser tabú».

Estás leyendo:

Sociedad SALUD

Un problema de cuidado

Dejar un comentario

Tenés que estar identificado para dejar un comentario.