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Vacunación en picada

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María José Ralli

En 2023 ninguna de las coberturas de inmunización superó el 90% de la población objetivo. Por qué es urgente implementar estrategias para revertir este escenario. Hablan especialistas.

Propósito. Llegar al 95% con las 14 vacunas obligatorias y gratuitas del Calendario Nacional.

Foto: Shutterstock

Un informe de Unicef y la OMS reveló que durante 2023, en todo el mundo, la cobertura de vacunas en las infancias se estancó, en tanto que no se logran aún recuperar los indicadores previos a la pandemia de covid. 

El relevamiento advierte que «3 de cada 4 lactantes viven en países donde la baja cobertura de vacunación ya está provocando brotes de sarampión» y estima que «habrá 2,7 millones más de niños y niñas sin vacunar o sin recibir la totalidad de las vacunas en comparación con los niveles de 2019». 

Las vacunas, que junto con el agua potable constituyen las medidas sanitarias que proporcionan mayor beneficio para la humanidad, brindan una protección vital que hoy está en riesgo. «Las últimas tendencias demuestran que en muchos países hay demasiados niños sin vacunar», advirtió la directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russel, y manifestó que los números reflejan que «la cobertura mundial de inmunización se ha mantenido prácticamente sin cambios desde 2022 y, lo que es más alarmante, todavía no ha vuelto a los niveles de 2019».

En nuestro país, algunos datos son inquietantes: de las 14 vacunas relevadas, 6 tienen coberturas entre el 64% y 69%, como la que previene la Hepatitis B y la BCG, y en el caso de la segunda dosis de la vacuna contra el sarampión, la cobertura alcanza solo al 54%.

Multifactorial
En diálogo con Acción, la consultora nacional en Enfermedades Inmunoprevenibles de la OPS/OMS en Argentina, Florencia Bruggesser, señala que «la situación en el país no es nueva y en la región de las Américas tampoco, y ya previo a la pandemia advertimos un descenso de las coberturas». Bruggesser recalca que «el objetivo es llegar a una cobertura mayor al 95%» en las 14 vacunas obligatorias y gratuitas que conforman el Calendario Nacional, que están disponibles en los centros de inmunización de todo el país y no requieren prescripción médica. 

Para la representante del organismo internacional «las causas del descenso de los niveles de cobertura es multifactorial: el impacto de la pandemia es una de ellas, pero también los niveles de comunicación y la confianza en las vacunas». 

En 2023 Argentina hizo una transición al registro electrónico de la aplicación de vacunas, que puede en parte explicar que la información de las distintas provincias no esté completa, con dosis que sí se aplicaron, pero no figuran en el sistema. «Hay un salto de calidad en el registro, pero al ser un país federal, cada jurisdicción tiene su propio sistema y el desfasaje puede generar un subregistro». Más allá de que es probable que aún haya información pendiente de impacto, lo cierto es que, a menor cobertura, mayor es la población susceptible de enfermarse. 

Vacunación escasa. En algunos países la baja cobertura está provocando brotes de sarampión en niños.

Foto: Shutterstock

«La vacunación oportuna contribuye a la cobertura, por eso hay que llegar a la población que no completó los esquemas, que están registrados con nombre y apellido», agrega la médica y señala con preocupación que hay un número importante de población «con vacunación cero, es decir, que nunca recibieron una vacuna y están totalmente desprotegidos». En tanto, hay un 14% que aún no completa el esquema de la pentavalente, que previene la difteria, el tétanos, la tos convulsa o coqueluche, la infección por la bacteria Haemophilus influenzae tipo b y la hepatitis B.

Zona de riesgo 
Mientras que desde la OMS advierten que en el mundo se están registrando, por esta causa, brotes de sarampión, en Argentina la cobertura de la triple viral –que protege además de sarampión, rubéola y paperas– registra un descenso de casi 40 puntos. «Es una enfermedad muy contagiosa y un niño no vacunado está en riesgo», repara Bruggesser y llama a poner nuevamente en relevancia la importancia de las vacunas. «Si no nos vacunamos las enfermedades vuelven», sintetiza y considera que existe una baja percepción de la vulnerabilidad que implica no estar protegidos. «No tenemos casos de polio ni de sarampión gracias a las vacunas», dice contundente.
Otro dato que preocupa: Argentina está catalogado como país de alto riesgo por la Comisión Regional para la Certificación de la Erradicación de la Poliomielitis, porque las coberturas son bajas y no hay buena vigilancia epidemiológica. «La única enfermedad erradicada en el mundo es la viruela y hasta que eso no suceda con las otras enfermedades, hay que seguir vacunándose», subraya la especialista y señala que es importante generar estrategias para mejorar el acceso. Desde la OPS hay un acompañamiento en el mejoramiento de la nominalización, el registro y la calidad del dato de coberturas de vacunación, «pero hay que profundizar el trabajo para que llegue toda la información, tener mejores coberturas y cada vez menos niños y niñas sin vacunación para no volver a tener brotes de enfermedades absolutamente prevenibles», agrega.

Campañas
Para Pablo Yedlin, presidente de la Comisión de Acción Social y Salud Pública de la Cámara de Diputados de la Nación, «definitivamente la baja de coberturas de vacunas del Calendario Nacional es una preocupación» y coincide en que «es un tema que viene empeorando en los últimos años y tiene múltiples motivos».

Consultado por Acción, el diputado hace hincapié en que la Argentina «tiene una gran fortaleza con una Ley de Vacunas que facilita que sean gratuitas, obligatorias y de acceso público», pero reconoce que en los números «seguramente la pandemia tuvo que ver, y es posible que la vacunación de covid haya hecho que otras quedaran relajadas por la misma población».

Yedlin entiende además que «la distribución de vacunas a las provincias es normal» y considera que es necesario «generar campañas de vacunación general y en vistas de atrasos en ciertas coberturas, algunas en forma puntual».

En este sentido, apunta contra el Gobierno nacional que «no ha sido muy adepto a ninguna campaña, porque hay una especie de idea de que hacerlas es perder dinero, y eso es un error» y añade que el estado de situación se complejiza porque «el mismo Gobierno decidió que las políticas parlamentarias las tienen que encarar las provincias en forma aislada, y son ellas quienes tienen que hacer sus propias campañas, algo difícil cuando la gran cantidad de medios que se consumen en el país son nacionales y no locales». 

Finalmente, el legislador insistió que «es importante entender que estamos frente a un enorme problema, porque las enfermedades que prevenimos por las vacunas siguen existiendo en el mundo».

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