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Construcción de conocimiento

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El dirigente cooperativista explica los alcances de un nuevo proyecto del movimiento solidario: el Instituto Universitario de la Cooperación. Formación de grado, educación y capacitación cimentados en principios y valores humanistas y una visión transformadora de la sociedad.


El movimiento cooperativo nucleado en el Instituto Movilizador concretó un nuevo paso de gigante hacia la profundización de la batalla cultural, preconizada por el recordado Floreal Gorini: el pasado 14 de junio se publicó en el Boletín Oficial el decreto presidencial 420/17 que culmina los pasos previstos en la Ley de Educación Superior para la constitución del Instituto Universitario de la Cooperación. «La creación de IUCOOP forma parte de una estrategia que está en el ADN de este movimiento, no es una idea coyuntural, sino que forma parte de las herramientas clave para nuestra visión transformadora de la sociedad», explica Ángel Petriella, presidente de IDELCOOP, la fundación educativa del IMFC, y uno de los mentores de la iniciativa. «El decreto salió publicado el día del nacimiento del Che, para nuestro orgullo», añade.
El proceso de elaboración y aprobación del proyecto fue arduo, congregó a más de 50 profesionales, la mayoría proveniente de los grupos de trabajo de la entidad cooperativa, y la presentación final estuvo a cargo de IDELCOOP. «En la elaboración tuvimos en cuenta las expectativas y capacidades propias, así como las condiciones de posibilidad en estos procesos de evaluación. Nos asesoramos para hacer propuestas aceptables para las pautas que tiene hoy el sistema universitario, aun poniendo límites a nuestras expectativas, al menos para el inicio», relata Petriella.
El movimiento cooperativo hace, piensa y dice. Además de su rica historia de realizaciones en materia de servicios y productos, de creación de espacios económicos gestionados con eficiencia y democracia, desde siempre se ha abocado a la construcción de una cultura solidaria y humanista. El Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini, en la porteña avenida Corrientes, es un símbolo de esa actitud comprometida con una sociedad mejor. El IUCOOP llega para sumarse a esa batalla que se libra en la conciencia de los ciudadanos, aportando una herramienta de formación enfocada en los principios y valores que inspiran la acción cotidiana del cooperativismo.
–¿Cómo surge el proyecto de IUCOOP?
–El proyecto del Instituto Universitario de la Cooperación nace como parte del desarrollo de la política de nuestro movimiento cooperativo de crédito, orientada a fomentar la educación y la investigación como aporte en la batalla cultural para reconfigurar la estructura económica y social del país y del sistema-mundo moderno. Desde los años 70, el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos constituyó la Fundación IDELCOOP, un espacio para la formación y la investigación, que ha trabajado ininterrumpidamente durante 42 años generando producciones académicas desde y para el movimiento cooperativo, manteniendo de forma constante una revista de difusión teórico-práctica como centro de actividad práctica que ayuda en la construcción de pensamiento para la formación del movimiento cooperativo. Experiencia educativa y pedagógica que se potenció con la creación del Centro Cultural de la Cooperación hace ya 18 años: un espacio artístico, intelectual, con un ambiente colmado de investigadores que ha realizado sendos aportes al debate de ideas y a la creación artística del país. Con este acervo es que asumimos la responsabilidad de ampliar el conocimiento sobre las cooperativas y la economía social, para resolver sus problemáticas, formalizar prácticas de gran valor y eficacia y ampliar sus capacidades. Tanto investigadores como miembros del sector señalan con insistencia que uno de los problemas cruciales en el desempeño de las empresas, organizaciones y asociaciones, es la falta de formación específica en niveles cualitativamente superiores para sus dirigentes y profesionales. Quienes cuentan con experiencia en la gestión de organizaciones en el sector de la economía social y el cooperativismo demandan una formación del más alto nivel universitario, y quienes tienen dicha formación, suelen no estar suficientemente preparados en el campo de la economía social y el cooperativismo. Queremos aportar con nuestros equipos a fortalecer las organizaciones del sector, queremos incidir en otros sectores y poner en diálogo saberes y capacidades existentes en equipos de trabajo del propio sistema universitario, que promueven la economía social y el cooperativismo con alcances acotados.


–¿Por qué una institución universitaria?
–Es una forma de institucionalizar aún más las acciones que viene desarrollando nuestro movimiento en el plano político, cultural y educativo, en el marco del actual momento histórico de disputa con el orden neoliberal conservador, tiempos de búsquedas y luchas por su superación. Y hablamos de Instituto Universitario porque es una distinción hecha en la Ley de Educación Superior entre las instituciones que se abocan a una única área disciplinar (institutos universitarios) y aquellas que lo hacen en más de un área (las universidades tienen desarrollos en áreas diferentes como puede ser la ingeniería y las ciencias sociales). Es la única diferencia que tiene para quienes cursan. Los títulos que se ofrecen tienen la misma validez y se llevan a cabo todas las funciones de las instituciones universitarias.
–¿Cuáles son las características del proyecto aprobado?
–La propuesta académica del IUCOOP está pensada para desarrollarse a partir de los principios rectores de la cooperación, la democracia, el humanismo, la solidaridad, la equidad, la justicia social y la soberanía popular. No puede ser de otra manera porque entendemos que estos proyectos son la concreción de una nueva institucionalidad para un acervo acumulado, continuidad del enfoque filosófico, ético y político del movimiento cooperativo de crédito en sus más de 100 años de historia. Cumplirá su actividad desarrollando las funciones de toda institución universitaria: docencia de pregrado, grado y posgrado; investigación; extensión y transferencia en torno a problemas y temáticas fundamentales para la consolidación del área disciplinar del cooperativismo y la economía social que proyecten las alternativas de organización, gestión económica, desarrollo social, políticas públicas locales, nacionales e internacionales, relaciones entre gobiernos y organizaciones en el sistema-mundo, entre otras, y como herramientas para la profundización de la democracia y su transformación política.
–¿Cómo se implementará la oferta formativa del Instituto?
–Vamos a arrancar con tres carreras para el primer año: una en economía social y cooperativismo y dos para la gestión de organizaciones sociales. Para el segundo año tenemos prevista dos carreras de Comunicación, además de iniciar las carreras de posgrado. Habrá especializaciones y maestrías que se irán abriendo a lo largo de los primeros cuatro años, siempre alrededor de la gestión, el gobierno, la educación y la comunicación de las organizaciones cooperativas y de la economía social. En este momento, no estamos habilitados aún para publicitar las carreras con sus nombres propios por los trámites internos en el Ministerio, pero seguramente en breve estaremos dando más detalles. Sí podemos adelantar que las propuestas de formación están diseñadas a través del desarrollo de núcleos temáticos y de núcleos de problemas articulados entre sí. En los núcleos de problemas se incluye un análisis de la realidad como aspecto inaplazable para determinar qué problemas para el conocimiento adquieren pertinencia desde la disciplina, con una visión trans e interdisciplinar, los agentes, sus intereses, posibilidades y las distintas dinámicas locales, nacionales y globales. Sin olvidar, por supuesto, que dichas decisiones son apuestas fundamentales por determinados idearios de desarrollo, de sujeto y de sociedad. Por su parte, los núcleos temáticos son de naturaleza conceptual. Surgen como referentes, categorías de análisis, ejes, temas envolventes, categorías que facilitan una aproximación conceptual a los problemas situados en los núcleos de problemas. Los núcleos de problemas y los núcleos temáticos resultan, entonces, los organizadores de un desarrollo curricular flexible, pertinente, situado y orientado a la praxis, para la oferta formativa de IUCOOP. Todas las carreras prevén la inserción a la actividad práctica desde el inicio, con niveles crecientes de complejidad para el acercamiento e intervención en el campo profesional y académico. Así como para las cooperativas y demás empresas de la economía social es importante la práctica, entendemos que en la formación de conocimiento es vital, por necesidad, consolidar un conjunto de habilidades –que caracterizarán a los egresados– como el liderazgo de procesos sociales, el conocimiento para la resolución de problemas de las empresas cooperativas, las capacidades para investigar, entre otras cuestiones relevantes.
–¿Qué va a aportar el IUCOOP al sistema universitario?
–Será por excelencia un espacio de encuentro de saberes y de proyección de pensamiento crítico para el fortalecimiento de la economía social y solidaria. Nos incorporamos a un sistema universitario prestigioso y con una trayectoria histórica de calidad reconocida en el mundo; estamos para hacer nuestro aporte a este sistema, incluir nuevos sectores y ampliar los horizontes de pensamiento y de acción.


–¿De qué modo influye en la perspectiva del IUCOOP el escenario económico y político de la Argentina?
–Cuando elaboramos este proyecto en 2014, el contexto social, político y económico de la Argentina era diferente al actual. La economía estaba en expansión, con las dificultades propias de la crisis global del capital, pero con síntomas favorables para los trabajadores y los mismos empresarios y cooperativistas. Han cambiado las cosas. Es alarmante el deterioro en todas las esferas y la represión con que se acallan las voces; pero también reflota el acumulado del movimiento social y cooperativo adquirido en las intensas batallas de los últimos años y de décadas pasadas. El proyecto del IUCOOP asume, hoy, una inusitada relevancia. Al modelo neoliberal con sus desgastadas frases y acciones se lo debe controvertir y transformar con un proyecto de país, pensado y forjado con alternativas de una nueva economía, reglas del juego distintas en la política para que se profundicen la democracia y la participación ciudadana, y en estos propósitos, todas las instituciones universitarias seguro sumarán ideas y argumentos. Mucho mejor si el movimiento cooperativo tiene su espacio desde donde aportar al inicio de un nuevo ciclo de cambios con mayores y mejores propuestas, con argumentos sólidos y alternativas sustentables. El escenario nacional y el regional se han modificado. Estamos viviendo una restauración neoconservadora, que está tratando de tomar el control de la gestión estatal de todos los países de la región, oscureciendo la acción en la política, orientando las recetas más nefastas de la política económica y utilizando los instrumentos mediáticos para controlar el sentido común. Lo venían haciendo desde la oposición, aunque ahora lo hacen usando el aparato estatal, a través de medios de comunicación, de control de universidades, de fundaciones, de editoriales, de redes sociales, de publicaciones, a través del conjunto de formas de constitución de sentido común contemporáneas. Coincidimos con Álvaro García Linera cuando dice que estamos en un momento de inflexión histórica, que nos pone ante el desafío de incidir en varios planos: lo público-estatal, en la integración regional y en la disputa del sentido común de nuestras sociedades. Por ello, asumimos como movimiento cooperativo de crédito el compromiso de diseñar una institución universitaria con el convencimiento de que este formato permitirá la construcción de conocimiento, la ampliación de acciones con la comunidad y la transferencia de saberes que potencia las líneas de trabajo en materia política y cultural necesarias para la disputa.

 

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