28 de mayo de 2021

Atenta a todos los procesos sociales y políticos que se están dando en la región en los últimos años, Anny Ocoró analiza el avance de proyectos autoritarios y los relaciona con una matriz de tipo racista en su ensayo El racismo estructural y la expansión de las fronteras del autoritarismo en Latinoamérica. Allí distingue «cuatro fronteras» que se están corriendo: «La primera frontera de la exclusión: que tiene que ver con lo étnico racial. En la región los pueblos más postergados en el acceso a los derechos son los indígenas y los afrodescendientes. Esto se está viendo fuertemente con el COVID. En Estados Unidos gran parte de los afectados pertenecen a la población negra y migrante que no tienen acceso a salud. La segunda exclusión la genera el racismo. El racismo genera jerarquización entre inferiores y superiores, quienes tienen capacidad moral y quienes no. La tercera tiene que ver con la expulsión de los pueblos indígenas de sus territorios y de su cultura. Y la última es la expansión del autoritarismo. Entonces, creo que en la región se está viviendo un clima de autoritarismo que se nutre del racismo y la xenofobia. Para justificar los privilegios de ciertos sectores y garantizar la expulsión de otros». De esta manera la investigadora, oriunda de Cali, destaca a Brasil como uno de los principales focos de alarma: «Allí este discurso es alimentado por sectores empresarios, mediáticos y ultraconservadores religiosos. Son los que plantean una escuela sin ideologías, censurando la enseñanza de la filosofía o la sociología». Pero tampoco deja afuera a nuestro país de este análisis: «Aquí también hay sectores que niegan derechos a algunas poblaciones, disfrazados en un discurso liberal, pero que se nutren del odio, como se vio en las últimas marchas opositoras. Son muy peligrosos porque además plantean que solo un grupo es la república y solo un grupo es superior. Y quienes representan a esos grupos son blancos, de ojos celestes, y quieren a “la negrada” bien lejos».c