6 de agosto de 2022
La periodista salteña, docente de la Facultad de Periodismo de La Plata, reflexiona sobre identidades, lengua y derechos de los pueblos originarios.
Zulema Enriquez, directora de la Dirección de Pueblos Originarios «Emilia Uscamayta Curi» de la Facultad de Periodismo y Ciencias Sociales de la Universidad de La Plata (FP y CS UNLP), luce orgullosa su herencia indígena. Hija de bolivianos, nació en la provincia de Salta si bien desde muy pequeña vive en Buenos Aires.
Periodista, licenciada en Comunicación Social, docente en la actualidad en la FP y CS UNLP, pronta a finalizar su maestría en «Comunicación y derechos humanos» y trabajadora en el Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires, Enriquez sostiene que la llegada de los españoles a América lejos estuvo de ser un descubrimiento: «Sabemos que nada se descubrió y que fue un proceso de colonización que llevó adelante masacres, provocando un genocidio de los pueblos originarios».
Enriquez recibió a Acción en la oficina de Derechos Humanos de la FP y CS UNLP, y con la wiphala como marco, charló sobre identidades, lengua y reivindicaciones de los pueblos originarios.
–En los últimos años se está realizando un trabajo intenso destinado a la reivindicación de las identidades de los pueblos aborígenes. ¿Qué observás que se hizo a favor y qué nos falta todavía?
–Hay un avance importante respecto a revalorizar la identidad. Los 500 años del mal llamado descubrimiento de América marcó un hito histórico. Del año 1992 en adelante en Latinoamérica se comienzan a reconocer muchos derechos y reivindicaciones. Uno de los hechos más importantes fue la Reforma de la Constitución Nacional en 1994 que incorpora los derechos de los pueblos originarios. Asimismo, la llegada de algunos gobiernos populares marcó otro proceso histórico y, en este sentido, fue muy importante el rol de Bolivia. Que quien presida el país sea un indígena y que dejara de ser república para convertirse en un Estado plurinacional fue fundamental, porque cambió el mapa de cómo se entendía lo indígena en la propia historia política de los Estados. En la Argentina se tradujo en los Gobiernos de Néstor y de Cristina, y uno de los actos más importantes fue cambiar el nombre del Día de la Raza por el Día del Respeto a la Diversidad Cultural.
–¿Qué rol cumple, en este sentido, la Ley Nacional de Educación 26.206 del año 2006?
–Esa ley fue importante porque incorpora esta mirada de la que venimos hablando, pero desde la educación. En la provincia de Buenos Aires existe el programa de Educación Intercultural Bilingüe; en otras provincias es más que un programa, tienen direcciones a cargo. Por ejemplo, en las provincias de Chaco y Formosa hay docentes interculturales bilingües y en los territorios donde la población indígena es importante como la qom, hay docentes bilingües. Esos son avances importantísimos: pensar los espacios de formación desde la educación intercultural.
Zulema Enriquez. Identidad, pueblos originarios y plurinacionalidad.
La periodista salteña, docente de la Facultad de Periodismo de La Plata, reflexiona sobre identidades, lengua y derechos de los pueblos originarios.
–Hay una investigación realizada por la Universidad Pedagógica Nacional del año 2019 que dice que 9 de cada 10 niños indígenas no aprenden en su lengua, ¿esto continúa siendo así o a partir de lo que acabás de explicar se modificó?
–En la provincia de Buenos Aires sigue siendo muy difícil; de hecho, hay una pérdida de la lengua originaria, aunque en La Plata, por ejemplo, está la comunidad mocoví de Berisso que hace un enorme trabajo por enseñar a niños y niñas el rescate de la lengua. En cambio, en el barrio Malvinas la comunidad qom, que es la comunidad más grande perteneciente a ese pueblo en la zona de La Plata, tienen profundos problemas al respecto, ya que les niñes van con sus idiomas originarios y son corregidos por les docentes. Tenemos muchos desafíos aún y ¿esto qué significa? Que al niño o la niña no le dé vergüenza hablar como habla y, en todo caso, le dé orgullo, ponga en valor esa identidad y no la oculte, no importa de dónde venga.
–Que en el último censo nos hayan preguntado sobre nuestro origen, ¿va en esa línea?
–Son avances importantísimos porque por primera vez un censo nacional pregunta sobre tu identidad. En 2010 hubo una encuesta complementaria solo en algunas zonas donde el Estado creía que estaba la población indígena, lo cual era totalmente arbitrario. Las identidades y las poblaciones son absolutamente movibles, en ese sentido preguntar por el origen en el censo fue el resultado de las luchas de muchos años de las distintas identidades, los pueblos originarios, las afrodescendientes tan invisibilizados o las migrantes. Que puedan mencionarse en la palabra, en el dato y existir.
–¿Cómo se los denomina? ¿Pueblos originarios, indígenas o aborígenes?
–Respecto al concepto del aborigen, la «a» es una preposición, si bien algunos dicen que significa «sin», sin origen, también significa «desde», desde el origen. Los conceptos de aborigen, pueblos originarios, indígenas, son conceptos que hay que reivindicar. Quizás hay algún sector, el más duro o arraigado al indigenismo que le sigue molestando, pero en general se ha entendido más que estos conceptos dan cuenta de procesos históricos.
–En términos de identidad, ¿qué significa la wiphala?
–Hace pocos días atrás, estuvo de visita en La Plata David Choquehuanca, vicepresidente de Bolivia, y dio una clase magistral de lo que significaba la wiphala. Más allá de un emblema, decía, es el arcoíris de las identidades. Este concepto es muy aimara, esos colores representan diversidad y su forma escalonada, la cosmogonía respecto al tiempo, la vida y la muerte, el mundo y el submundo. Los mapuches también tienen su emblema, así como los tehuelches o los hermanos guaraníes, los que se traducen en significados de la vida y de la madre naturaleza.
–¿Pluriculturalidad o interculturalidad?
–Nosotros militamos la necesidad de pensarnos como una Argentina plurinacional, de una Buenos Aires pluricultural y plurinacional, para eso trabajamos muchas identidades. La hegemonía de la identidad nacional está construida en el marco de racismo, del genocidio, de la exclusión, de la discriminación, por eso cuando hablamos de plurinacionalidad, hablamos de una Argentina y de una Buenos Aires pensadas desde la igualdad de la relación entre las identidades. Es importante destacar esto porque a la Argentina le queda un camino largo por recorrer.