19 de agosto de 2021

En términos generales, el concepto de pobreza energética se refiere a la situación en la que un hogar es incapaz de acceder a la energía suficiente para satisfacer sus necesidades de confort mínimas o sus necesidades domésticas y tiene que destinar un excesivo porcentaje de los ingresos para afrontar el pago de los costos de la energía, como la factura de gas o electricidad. Según los datos del Censo 2010, en la Argentina el 98% de los hogares tiene acceso a energía eléctrica y el 97% a gas de red o envasado. Sin embargo, existen desigualdades en torno a las características de este acceso. El tema está instalándose tanto en la órbita de la industria energética como en la de la gestión pública. Desde diferentes ámbitos se impulsa el desarrollo de estudios que partan de indicadores multidimensionales, ya que entienden que es insuficiente considerar únicamente el factor de los ingresos y es necesario incorporar indicadores que aborden las particularidades propias de cada territorio, por ejemplo, que incorporen un enfoque de desigualdad social o de género entre otros. «El consumo de energía en los hogares está vinculado directamente con las tareas del cuidado, que suelen recaer en las mujeres. Hemos realizado algunos trabajos en Ibarlucea y hemos visto el tiempo que ahorra una mujer con posibilidades de tener buen acceso a la energía, afrontar sus costos y tener artefactos modernos que le permiten realizar las tareas de cuidado en relación con una mujer que no. Es una diferencia brutal», dice Wild. Y pone un ejemplo del sentido común: en los hogares donde no hay lavarropas habitualmente se destina un día o dos de la semana únicamente a lavar ropa. «Y eso influye en el acceso al mercado de trabajo: si tenés que dedicar muchas horas de tu día a desarrollar estas actividades, son menos horas disponibles para hacer actividades productivas o remuneradas». También menciona el rol productivo de la energía: «Muchas familias buscaron en el marco de la pandemia estrategias de subsistencia económica que muchas veces tiene que ver con el trabajo en la casa, la costura, la preparación de alimentos. Todo eso, si no tenés un buen acceso a la energía o estás en un barrio que está por fuera del sistema o tomando la energía de manera irregular, es limitado. Todo termina siendo definido por el acceso a la energía».