26 de septiembre de 2018
«Es casi un clásico argentino, un orgullo nacional», describió el diario Clarín al informar que ya no será obligatorio que las viviendas y hoteles que se construyan en la ciudad de Buenos aires dispongan de bidet en el baño. El dato dio lugar a titulares ingeniosos. Sin embargo, es tan solo un aspecto de la reforma al Código de Edificación que el oficialismo impulsa en la Legislatura porteña, que ya fue aprobada en primera lectura y propone, entre otras cosas, la reducción de la superficie mínima de las unidades habitacionales de 27 a tan solo 18 metros cuadrados. Asambleas y organizaciones vecinales consideran que la medida desatiende «la calidad de vida de la ciudadanía». En el mismo sentido se expresó el legislador Javier Andrade, vicepresidente de la Comisión de Planeamiento Urbano. «Solo tuvieron en cuenta los intereses de los grandes desarrolladores inmobiliarios», dijo.