Al servicio del pueblo

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En la pequeña localidad del área metropolitana de Rosario nacía, en 1962, una de las cientos de cajas creadas a partir del impulso del Instituto Movilizador, fundado cuatro años antes.

 

Festival solidario. Espectáculo de música para recaudar fondos para una escuela local, una de las tantas actividades organizadas por la Caja.

A partir de la necesidad de tener una entidad financiera con la que no contaba el pueblo, se trató de hacer una caja de crédito que siempre fue apoyada por el imfc y que se fundó en 1962». Así contaba el dirigente Reynaldo Luis Ronchi al Archivo Histórico del Cooperativismo de Crédito los motivos de la creación de la Caja de Créditos Pérez.
Ubicada en el área metropolitana de la ciudad de Rosario, lugar de nacimiento del Instituto Movilizador en 1958, Pérez se hizo eco rápidamente del crecimiento del movimiento cooperativo de crédito, que cobró gran impulso a partir de la fundación del imfc. «Primero funcionó en un local alquilado, cuando era Apoyo Financiero, institución previa que luego se transformó en la caja. Pero después compramos un lote e hicimos la sucursal. Nos resultó chico. Luego compramos un lote al lado e hicimos lo que hoy es  la sucursal 292 de Credicoop», explicaba Ronchi sobre el avance de la entidad ubicada actualmente en la avenida San Martín 1846.
Como toda iniciativa nacida del cooperativismo, no solo se trataba de ofrecer un servicio, sino además de cumplir una función social dentro la comunidad. La Caja de Créditos Pérez no falló a ese compromiso y durante su trayectoria colaboró con obras públicas como pavimentación, además de brindar ayuda a clubes deportivos y escuelas de la zona, entre otros proyectos. Consultado por ese rol social, Ronchi explicaba en una entrevista ofrecida a Acción: «La caja tenía una función de apoyo a los sectores necesitados, acá había muchos agricultores y horticultores, a todos ellos se los ayudaba. Aparte, uno los conocía a todos, esto era un pueblo (…) Siempre había un trato familiar y de mucho compromiso. Nos reuníamos todos los días para tratar los créditos. Al mismo tiempo, se visitaban pequeñas y medianas empresas, invitándolas a asociarse a nuestra entidad y de esa manera tener más posibilidades de ayudar a quienes más lo necesitaban. Entre los asociados había jubilados ferroviarios, también floricultores, horticultores, diarieros y pequeños comerciantes como yo».
Emplazada 12 kilómetros al oeste de Rosario, sobre la ruta nacional 33, Pérez tenía, al momento del nacimiento de la caja, alma de pueblo: fue declarada ciudad recién en 1971. El cultivo de flores y los talleres ferroviarios son dos actividades que identifican hasta hoy a la localidad. De hecho, Pérez debe su nacimiento al paso de una línea férrea, el ferrocarril Oeste Santafesino, que uní a la actual colonia La Candelaria (hoy Casialda) con el puerto de la ciudad de Rosario.

 

Compromiso y trabajo
El trabajo en la caja formó a dirigentes cooperativos y con el tiempo se consolidó gracias al compromiso y labor de cada uno de los asociados. José González, presidente de la caja y floricultor, y el tesorero Eduardo Pambini fueron algunos de los hombres que participaron de la experiencia de una cooperativa de crédito que, como sucedió con todas la entidades del sector nucleadas en el Instituto Movilizador, sufrió los ataques de las dictaduras militares de 1966 y 1976, embestidas que incluyeron detenciones a miembros del Instituto Movilizador y numerosas restricciones operativas por parte de organismos estatales que buscaban retraer la posición central que tenía el cooperativismo en la escena económica nacional. La caja de Pérez pudo reponerse de esas afrentas y sumarse a un proceso que culminó con la fusión de las entidades solidarias para conformar bancos cooperativos. «Todos estaban como nosotros, con la esperanza de que esto reverdeciera y al mismo tiempo fuera una solución», explicaba Ronchi en la entrevista del Archivo Histórico. «La astucia de las cajas de crédito fue la de unirse y hacer bancos que llegaran a cumplir con los encajes mínimos que nos exigían», explicaba el dirigente sobre la transformación de las cajas de la zona. La unión se realizó entre cajas de localidades vecinas, entre ellas Soldini, Villa Mugueta, Bombal, Casilda, Granadero Baigorria, Firmat e Iberlucea, para transformarse en banco Aliancoop. «Al principio fue bastante arduo porque había intereses contrapuestos y tuvimos que hacer muchas reuniones por toda la zona para ponernos de acuerdo y conformar el banco y para seguir con la esencia cooperativa, que era nuestro objetivo. Lo cierto es que quienes se apartaron de la senda cooperativa terminaron desapareciendo del sistema financiero», afirmaba el dirigente de Pérez. Luego de transformarse en banco cooperativo, a mediados de la década del 90 se produjo un nuevo cambio, orientado a preservar la presencia cooperativa en el sistema financiero: el Banco Aliancoop se fusionó con otros cinco bancos para crear el Banco Argencoop  en 1995, que, a su vez, se integró a Credicoop en 1997. De esta forma, la Caja de Créditos Pérez pasó a constituirse como la filial que el Banco Credicoop posee actualmente en la localidad. «Yo creo que lo fundamental del cooperativismo es ser solidario, en el sentido de que no se le niega a nadie una mano, tratando de solucionarle los problemas a la gente», resumía Ronchi al hablar del ideal que dio origen a las antiguas cajas y que hoy sigue vigente en el único banco cooperativo del país.

Maximiliano Senkiw