11 de junio de 2020
La Amazonia brasileña vive una hecatombe tras la irrupción del COVID-19 en el norte brasileño. La tasa de mortalidad por cada 100.000 habitantes es de 116. Y, de ese modo, se ubica entre las peores estadísticas del país gobernado por Jair Bosonaro. La curva epidemiológica sigue subiendo en todo el territorio nacional y el pico recién está previsto para las próximas semanas. Brasil es uno de los países donde más estragos hizo la pandemia, el segundo del planeta en número de contagios, con cerca de 740.000 casos, y el tercero en muertos, con más de 38.400, según el ministerio de Salud. La ciudad de Manacapuru, en el centro de la Amazonia, sufrió la pérdida de Rangel, de 42 años, médico de atención primaria muy querido por la comunidad. En el cementerio Campo da Saudade fue despedido por una multitud de familiares y amigos. Además, 113 vecinos ya fallecieron por el coronavirus y cuentan unos 2.700 casos confirmados desde el inicio de la crisis.
