Alternativa saludable

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El almacén cooperativo del barrio porteño de Barracas comercializa frutas y verduras agroecológicas, buscando un precio justo para todos los eslabones de la cadena productiva. En tiempos de COVID-19, tienen una demanda creciente.


Río Limay 1233. Con todas las precauciones sanitarias, el local sigue abierto. (@Jaz_Mendi)

Las hojas secas del otoño crujen al caminar por el barrio porteño de Barracas. En la calle Río Limay 1233 se habla de la pandemia, como en todos lados, pero en otro idioma. Ahí, en el almacén agroecológico cooperativo Iriarte Verde, desde que el Gobierno nacional decretó aislamiento social, obligatorio y preventivo, crecieron las ventas. Ahora, por la situación excepcional, sus asociados atienden detrás de un gran mostrador de acero pegado a la vereda. El ir y venir de vecinos se explica a partir de varias aristas, que van desde la cuestión económica hasta la nueva configuración del tiempo social que trajo aparejado el coronavirus.
«Nosotros no especulamos durante esta situación de pandemia, mientras que los precios del mercado convencional se dispararon. También pasó que la gente tiene un poco más de tiempo para investigar y conocer las alternativas sobre la calidad de nuestros productos que tienen esa calidad diferenciada, ya que es producida por pequeños productores familiares y sin químicos. Y nos ayudó que, al quedarse en casa, la gente aprovechó el servicio de entrega a domicilio», expresa Agustín Bottesi, uno de los diez asociados de Iriarte Verde. Según él, más allá de que sean precios económicos, «buscamos que sean precios justos, en los que valoramos al productor, al consumidor, y nuestro trabajo también».

Soberanía alimentaria
Sobre la calle está estacionada la camioneta que lleva el logo del almacén, cargada de canastos repletos de mieles, yerbas, salsas, dulces y, por supuesto, los productos del «Bolsón Soberano», marca insigne de las verduras agroecológicas. El almacén se instaló en Barracas en el año 2010. «Queríamos buscar condiciones justas y enriquecedoras: un ingreso económico pero también tener un desarrollo personal, social. Nos pusimos a trabajar en la difusión de la producción agroecológica y la alimentación sana, la soberanía alimentaria. Arrancamos con entregas a domicilio, y fuimos creciendo. Conociendo familias, productores de distintos puntos del país, viajando por todos lados, armando talleres, proyecciones de películas, y hasta abrimos un pequeño bar-comedor en nuestra sede», enumera Bottesi.
La llegada del COVID-19 abrió un nuevo desafío: organizarse según los parámetros establecidos para las actividades esenciales dentro del rubro alimentos. Con el agregado de hacerle frente a una abultada demanda, no solo de los vecinos más próximos sino de otros barrios de la Ciudad y el AMBA. «Los recaudos que tuvimos que tomar fueron los de todos: los permisos por ser actividad esencial y, por supuesto, la higiene de los repartos con alcohol en gel, barbijos y lavado de manos constante. Y después, hacer la cuarentena cuando no estamos trabajando».
Más allá del distanciamiento social recomendado por el Gobierno nacional, en el almacén se respira una atmósfera comunitaria. Son varios los vecinos que, ante la compra de un producto, requieren información sobre la forma de cocción o procedencia. «Tenemos una relación estrecha a propósito. Le dedicamos mucho tiempo al nexo activo entre el consumidor y el productor. El productor también quiere saber qué recibimientos tienen sus mercaderías, por eso le hacemos llegar el agradecimiento de los consumidores, pero también las quejas. Es una diferencia que tenemos con el mercado convencional», indica Bottesi. El trabajo directo con los mismos productores desde hace mucho tiempo permite que los costos y aumentos de precios sean consensuados entre todos. «Tuvimos dificultades de muchos cambios de precios en transporte, algunos costos los fuimos absorbiendo, y ahora nos tocó a nosotros tener que darle una actualización. Siempre tratamos de que el aumento sea mínimo –concluye Botessi–. La gente está atravesando las complicaciones que trae esta pandemia: por ejemplo, no poder salir a laburar. Queremos que no tengan problemas para acceder a nuestros productos».

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