Arte y revolución

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Mesa. Pérez, Giudici, Cardinale, González, Noé y Villafañe, en la sala Tuñón del CCC.

Bofetada al gusto. Un recorrido por la vanguardia ruso-soviética de 1912 a 1930, compilado por Alberto Giudici y Juan Pablo Pérez, integrantes del Departamento de Artes Visuales del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini, fue presentado en la sala Raúl González Tuñón. Participaron en la mesa de lanzamiento, junto a los compiladores, Hernán Cardinale (editor y diseñador de la obra), Valeria González (historiadora de arte), Luis Felipe Noé (artista plástico) y Juano Villafañe, director artístico de CCC y autor del prólogo.
Impreso en la Cooperativa Gráfica Chilavert, el libro recopila material de la Agencia Telegráfica Rusa, de las agencias TASS y Novosti y del Museo Histórico de la Revolución, distribuido en el país por la Distribuidora Argentina de Noticias y preservado por Giudici, quien fue su jefe de redacción.
«El interés era pensar el cruce entre el arte y la política, hacer un camino del arte a la revolución y de la revolución al arte», señaló Pérez sobre los documentos y textos que tienen su punto de inicio en el primer manifiesto de los futuristas rusos de 1912, liderado por el poeta Vladimir Mayakovski y que tuvo que ver con esa «bofetada al gusto del público ruso»; con el Manifiesto Suprematista del pintor Kazimir Malévich y otros escritos programáticos previos a la revolución. En este sentido, Giudici destacó que «es también una ruptura muy grande con la cultura del pasado: hay una actitud soberbia, como diciendo “nosotros somos el tiempo presente y lo otro es el pasado”, y el pasado ahí son Dostoyevski, Gógol, Pushkin, Tolstoi». Y, entre otros temas, subrayó el compromiso de las vanguardias artísticas con la revolución y, a la vez, el apoyo material de esta hacia aquellas.
Villafañe, por su parte, destacó la aparición de una publicación que recoja la historia de estas manifestaciones, «aquel extraordinario encuentro entre vanguardias artísticas y vanguardias políticas que fue, sin duda, una maravillosa experiencia poética colectiva».

Pasado y presente
Cardinale destacó la importancia de la impresión en la cooperativa recuperada por sus trabajadores en 2002. «Todo es político y al mismo tiempo, todo es poético y ese fue un poco el lugar que nos mantuvo vivos durante la edición», señaló. «El libro se nos presenta como una invitación a considerar el estado de lectura actual del arte revolucionario ruso, pero también el estado de la lectura del arte revolucionario actual», reflexionó, por su parte, González. «Está destinado –agregó la especialista– a un pensamiento sobre la relación entre arte y política en la Argentina actual».
Noé, en tanto, cerró el panel haciendo alusión a la frase de Floreal Gorini ubicada en el hall principal del Centro Cultural de la Cooperación. Dijo: «Aquí se ve claramente que un camino hacia una utopía se comenzó a formular en la conciencia cultural». 

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