Artistas todos los días

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Sala 88 es uno de los espacios teatrales más emblemáticos y concurridos de la ciudad de Resistencia. Nacida en 1985, su impronta autogestiva e independiente se refleja tanto en las propuestas de su cartelera como en su trabajo cotidiano.


Encontrarle la vuelta. Con espectáculos de humor, la cooperativa logró consolidarse.

Cuando el Instituto de Teatro, único espacio teatral que por ese entonces tenía la ciudad de Resistencia, Chaco, cerró sus puertas, el actor y director local Ramón Coco Barreda convocó a un grupo de artistas para reflotar la sala. Y a partir de ese impulso, en julio de 1985, Sala 88 comenzó a dar sus primeros pasos como Cooperativa de Provisión de Servicios Artísticos, Culturales y Educativos. «En esos años constituir una cooperativa era lo más cercano a hacer la revolución», recuerda Hugo Blotta, actor, director y presidente de la entidad.
Con trabajo y pasión, el grupo logró sobrevivir y mantenerse. Recién en el año 2000 consiguieron tener un espacio propio, con la ayuda del Instituto Nacional del Teatro. «La cooperativa es una marca impuesta en la comunidad –afirma Blotta–, y esto es producto de la perseverancia y el convencimiento de que la tarea artística es cosa de todos los días, lo que nos permitió consolidarnos». La permanencia del colectivo asociativo en la escena teatral de la capital chaqueña también es producto de la constante búsqueda de nuevas propuestas. Con impronta innovadora y poniendo el acento en la producción local, a lo largo de los años Sala 88 fue incursionando en diferentes géneros y, desde el año 2006, decidió apostar al humor. «Al principio lo que más nos identificaba eran los espectáculos infantiles, luego el humor copó la parada –comenta Blotta–. En el verano chaqueño, donde se registran temperaturas de más de 40 grados, se decía que no pasaba nada en Resistencia en cuanto a lo artístico, y nosotros nos dimos cuenta de que teníamos que ofrecer algo distinto para que pasara algo. Entonces, en el patio de la cooperativa, comenzamos un ciclo en el que se mezclaba el humor con la música». La gran afluencia de público que generó esta propuesta le dio al colectivo mayor reconocimiento artístico y comunitario y también contribuyó a la estabilidad laboral y a la continuidad de las actividades a lo largo del año.

Participación
Sala 88 es un complejo cultural de casi 1.000 metros cuadrados. Cuenta con dos espacios escénicos cubiertos, patio al aire libre y una cantina. También dispone de camarines, depósitos y todo lo que requiere la actividad artística. Allí se presentan espectáculos y se dictan talleres, entre otras propuestas. Además de las producciones propias, los escenarios de la cooperativa están equipados y preparados para recibir a elencos de la región y del país.
Sus 14 asociados, que junto con otros colaboradores externos dan vida al teatro chaqueño, se toman muy en serio el hecho de ser cooperativistas. «Cada uno cumple una función determinada de acuerdo a su oficio o profesión, además de participar activamente en la gestión y la administración de la sala. Si bien nosotros no queremos adoctrinar a nadie, muchos de los que vienen a trabajar aquí y no conocen el modelo cooperativo se interesen por él y, en algunos casos, lo implementen en sus proyectos», cuenta Blotta.
En los últimos tiempos el teatro infantil cobró nuevo impulso en Sala 88. Obras propias y de elencos de diferentes puntos del país se suben a las tablas todos los fines de semana. También, en algunas oportunidades, las obras de la cooperativa se presentan en las escuelas. «Nos pone muy contentos cuando un papá trae a su hijo a ver una obra y nos dice: “yo vine con el jardín y ahora traigo a mi nene”».
El objetivo principal de la cooperativa es difundir y promover a dramaturgos, actores y diferentes profesionales del teatro de la región. Pero cuando los autores y los textos están en consonancia con la propuesta artística de la entidad, sus asociados no dudan en sumarlos a su cartelera.

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