Autocrítica sueca por la estrategia ante COVID-19

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«Si nos topáramos otra vez con esta enfermedad sabiendo lo que sabemos ahora, creo que nos habríamos situado en un punto intermedio entre lo que hemos hecho nosotros y lo que ha hecho el resto del mundo», dijo Anders Tegnell, titular de la lucha antipandemia en Suecia, que ya tiene 4.468 muertes por COVID-19. De ese modo, fallecieron en Suecia 443 personas por millón de habitantes, casi el 80% de todas las víctimas mortales en los países nórdicos pese a que cuenta con solo el 37,5% de su población. Los decesos superan ampliamente a los de sus vecinos Dinamarca y Finlandia, Noruega e Islandia. Crecen las críticas al epidemiólogo jefe, que tuvieron un punto alto cuando su antecesora en el puesto, Annika Linde, manifestó que no pensaba que la estrategia sueca fuese a dar los mejores resultados a largo plazo, precisamente lo que se venía repitiendo con insistencia desde la Agencia de Salud Pública (FHM). «Deberíamos haber hecho más tests (Suecia es con mucha diferencia el país nórdico que menos tests realizados), y nuestras residencias de mayores, que es donde se ha registrado casi la mitad de todos los fallecimientos, no han estado en absoluto preparadas para enfrentarse a una pandemia», dijo Linde. Y agregó: «Se subestimó el problema, lo cual ha sido un claro error».

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