Bayer, la ética inexpugnable

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El periodista, escritor, historiador y novelista, Osvaldo Bayer, falleció este lunes en Buenos Aires a los 91 años y dejó una extensa obra en la que da cuenta de sus convicciones como anarquista  y defensor de los derechos humanos. En su casa del barrio de Belgrano, nombrada «El tugurio» por su amigo Osvaldo Soriano, vivió hasta sus últimos días. Textos como «Los Vengadores de la Patagonia Trágica» y «Severino Di Giovanni, el idealista de la violencia» se destacan entre sus investigaciones. Bayer sufrió la persecución de la Triple A y de la dictadura cívico-militar.  Aún desde el exilio alemán las denunció frontalmente. Una dimensión en la que descolló fue en la polemista. Así, hizo trizas a Álvaro Abós cuando este intelectual cuestionó la violencia insurgente de los 70. También arrasó a Mempo Giardinelli quien le impugnó la idea de «Matar al tirano». Y demolió a Ernesto Sabato, una y otra vez, impulsor de la «teoría de los dos demonios». Pasó un tiempo y fue extraño que cesaran las críticas de Bayer al autor de «El túnel»: «Ya está viejo, no puede defenderse», dijo entonces, cuando él contaba con 82 años. Bayer partió, es cierto, pero su ética inexpugnable sigue viva. Había nacido en Santa Fe el 18 de febrero de 1927.

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