Belleza y compromiso

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En la filial Litoral del Instituto Movilizador, el espacio brinda propuestas culturales con una marcada impronta local. Al igual que su par de Buenos Aires, apuesta a fomentar el arte como una de las formas de alcanzar un mundo más justo y solidario.

Al ritmo del tango. El cuarteto Vieja Viola, uno de los grupos que pasó por el CCC en 2019.

En tiempos difíciles, el arte ha sido siempre un refugio y una bandera de lucha. El cine, la música, la literatura, las artes plásticas, la fotografía, el teatro, suelen tomar partido y hacer de la belleza artística un hecho político sensible y comprometido: no son ni han sido indiferentes a los avatares de su tiempo. En esa tradición se apoyan las actividades que lleva adelante el Centro Cultural de Cooperación de la ciudad de Rosario, que funciona en la filial Litoral del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos. Tal como subraya Iván Pérez, jefe de la filial, «nuestra propuesta se entrelaza con un proyecto transformador. Por lo tanto, empujar la democratización del acceso a las prácticas culturales y sostener los principios solidarios del movimiento cooperativo forman parte del mismo proyecto común». En ese marco, la agenda cultural del CCC Rosario se nutre de talleres, seminarios, conciertos, presentaciones de libros, películas y exposiciones que buscan dar visibilidad a la producción de los artistas locales y generar alternativas para la difusión de experiencias que no encuentran espacios en el circuito comercial.
Conrado Cardile, actual coordinador del CCC Rosario, pone de relieve la heterogeneidad de miradas que convergen en este espacio cultural, conformado por artistas jóvenes, trabajadores de la cultura y profesionales interesados en potenciar este proyecto colectivo. Para eso cuenta  con el aporte fundamental del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini, que constituye desde hace más de dos décadas una referencia fundamental a la hora de mixturar la producción intelectual, el compromiso cooperativo y la realización artística. Al respecto, Cardile destaca que «es muy importante saber que nos podemos apoyar en la trayectoria del Gorini, pero sin dejar de incorporar una agenda propia y dinámica que brinde actividades de formación artística y abra debates sobre temas que atraviesan la coyuntura actual».

Abanico variado   
Entre las actividades más salientes de los últimos tiempos, se destacan las realizadas junto al Grupo de Estudios sobre Malvinas, de la Universidad Nacional de Rosario, ciclo de charlas que cerró con presentación del libro Malvinas y las luchas por la soberanía en Latinoamérica, de Daniel Filmus. Por otra parte, con profesores e investigadores del Grupo de Estudio sobre Migraciones y el Instituto de Cooperación Latinoamericana, se realizaron actividades que pusieron en debate la ardua historia y el presente de América Latina. Una clínica de Escritura Creativa, a cargo de la escritora Van Cez (Vanesa Gómez) y un seminario de cine bajo la coordinación de Jorgelina Giménez también se sumaron a la agenda.  
Otros lanzamientos literarios llevados adelante en el CCC Rosario fueron: Yo bastardo: Derek Walcott, literatura y decolonialidad, de Nadia Isasa; Súmmum Sampler. En clave electoral, de Santiago Grandi; y Matria. Prevenciones para la libertad, de Miguel Catalá.
Cardile destaca la articulación con colectivos sociales e instituciones con las que han llevado adelante varias de las actividades realizadas en los últimos años: «Para nosotros es muy importante el vínculo que hemos tejido con otras instituciones, entre ellas la Universidad Nacional de Rosario, ya que nos permite avanzar en el desarrollo de actividades de divulgación académica y discutir temas que nos interpelan».
La proyección del largometraje Milagro, la película, luego debatido con la periodista Cynthia García y su director, Martín Adorno, y del documental Rodolfo Walsh, reconstrucción de un hombre, de Luciano Zitto, fueron otras de las convocatorias del CCC Rosario. Otras proyecciones destacadas fueron las de Los Indalos: una familia revolucionaria, dirigida por Roberto Persano y Represente: El futuro está acá, documental que visibiliza la grave situación que vive la Argentina luego de cuatro años de neoliberalismo. Una conferencia sobre la historia y actualidad de la revolución haitiana a cargo de Mackenson Beauvais y Juan Francisco Matínez Peria, coordinador del departamento de Historia del CCC Floreal Gorini, fue otra de las convocatorias del año 2019.

Heterogeneidad. Desde la coordinación, formada por jóvenes de diversas disciplinas, se busca brindar propuestas diferentes y de alta calidad.

Los conciertos realizados con los Músicos Tangueros Rosarinos (MUTAR) también convocaron a un nutrido público. En el ámbito de la música se realizó además  la presentación de los discos Red, de Magali Medrano y Flor Crocci; y Oscilador, del músico rosarino Leandro Bondi.
Las muestras del ilustrador Chachi Verona y del taller El Puente fueron algunos de los destacados en el rubro artes plásticas. Por otra parte, se llevó adelante el Taller de Autocultivo de Cannabis Terapéutico, actividad realizada junto con la Asociación de Usuarios y Profesionales para el Abordaje del Cannabis (AUPAC). Durante 2019, el equipo del CCC Rosario continuó también participando de las reuniones iniciadas en 2018, destinadas a la conformación de la Ley Federal de las Culturas.

Recuperar la memoria
Lorena Pontelli, licenciada en Ciencia Política e integrante del equipo del CCC Rosario, afirma que el espacio tuvo un momento de inflexión: «Fue cuando colocamos una placa en homenaje a Carlos Blasetti, quien fue un trabajador del Instituto y militante de la Juventud Peronista asesinado durante la última dictadura militar. Ese hecho, dentro en un ciclo de actividades sobre el pasado reciente, implicó mucho trabajo de archivo y la recuperación de memorias orales que nos marcaron y nos mostraron la responsabilidad del proyecto que estamos llevando adelante». La placa homenaje, que se descubrió en un acto al que asistieron familiares y allegados de Blasetti,  se encuentra en el hall principal de la filial Litoral del Instituto.
La realización de actividades tiene una impronta multidisciplinaria. «Somos un grupo heterogéneo, con distintas formaciones y trayectorias profesionales variadas
–concluye Pontelli–, pero todos tenemos la misma convicción de pensar que la práctica artística o el cooperativismo no son un fin en sí mismo, sino una herramienta de transformación y diálogo con la sociedad».

Fotos: Julieta Pisano

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