14 de febrero de 2019
El gobierno de Jair Bolsonaro tiene su primer enfrentamiento con el Vaticano. Desde Roma sostienen que hicieron espionaje contra activistas católicos que organizaban el Sínodo Pan Amazónico convocado por el papa Francisco. El general Augusto Heleno, ministro de Gabinete de Seguridad Institucional, teme el impulso de una «agenda de izquierda» por parte del «clero progresista» vinculado a movimientos sociales, en un Iglesia católica que desde la llegada del papa Francisco dio cabida a demandas ambientalistas. Por su parte, el obispo Evaristo Pascoal Spengler, planteó que «la Iglesia no es neutra. La Iglesia está del lado de los más débiles, los más pobres, los ribereños» en oposición al modelo de desarrollo «predatorio que extrae la riqueza de la floresta».