Humor

Boni y las Fiestas

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Tarde de diciembre, calurosa. Boni, de vacaciones. Aunque su cabeza sigue tan curiosa como siempre. Mientras el padre se toma un mate, nuestro púber de cabecera se acerca y, casi de sorpresa, le espeta.
–Pa, ¿a vos no te ponen nervioso las Fiestas?
–Bueno, en verdad, un poco sí –le dice el padre–, en estos días todo está un poco más loco. Hay como un balance por el fin del año. La gente se reúne para pasar las Fiestas con sus seres queridos, o al menos para pasarlas. Se hacen regalos «porque corresponde», se comen cosas que no tienen nada que ver con nuestro clima sino con el de Europa. Tiran cohetes. El tránsito se enloquece un poco. Muchos se van a pasarlas a otra parte. Otros se ponen tristes añorando a los que ya no están; y otros por tener que pasarlas con quienes no quieren. Pero, a la vez, es un momento de encuentro, de amor, de familia, de amigos, de deseos, de proyectos.
–Pa, ¡lo conseguiste! Hace un momento tenía ciertas dudas, pero ahora, gracias a lo que me dijiste, tengo certezas. ¡No entiendo nada, pero nada, de las Fiestas! ¿Por qué creen que cada año es como si se reseteara la vida? ¿No saben que las personas no somos computadoras? ¿Por qué se reúnen con quienes no quieren? ¿Por qué se dicen «si no nos vemos, Felices Fiestas», que es como si se dijeran «si nos vemos, no»? ¿Por qué comen como si hiciera frio cuando hace calor? ¡Estuve buscando en la compu y no encontré respuesta, pa! Mis amigos me decían que le mande una carta a Papá Noel o a los Reyes Magos. ¡Mirá si les voy a mandar una carta llena de preguntas!
–Boni, no se trata de entender. Es una serie de tradiciones que la gente sigue por años y años, sin preguntarse demasiado por qué. En todo caso, lo hace para recordar su infancia, porque también lo hacían sus padres o sus abuelos, para trasmitirles la costumbre a sus hijos, como una manera de mantener la identidad.
–¡O sea que vos tampoco entendés nada de las Fiestas, eh, pa!
Para variar, Boni tenía razón.
¡Felicidades!
Rudy