Consumir conciencia

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Análisis sobre discursos dominantes en torno a la comida y la relación entre soberanía alimentaria y economía social y solidaria. Los especialistas instaron a incorporar las temáticas al debate nacional.

 

Advertencia. Estrategias publicitarias para incentivar la demanda. (Sonia Suárez)

Organizada por el departamento de Cooperativismo del CCC Floreal Gorini, se desarrolló, en la sala Meyer Dubrovsky, la charla debate «Comunicar y consumir para transformar. Retos del cooperativismo». A cargo de la coordinación estuvieron los investigadores del departamento e integrantes de la cooperativa Colectivo Solidario Leonardo Chiesa y Montserrat Miño, quienes explicaron los ejes centrales del encuentro. Los acompañaron en la mesa Rodrigo Fernández Miranda, integrante del Centro de Estudios de la Economía Social de la Universidad Nacional de Tres de Febrero; Carlos Carballo, coordinador de la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria de la Facultad de Agronomía de la UBA y Patricia Aguirre, antropóloga, investigadora del Instituto de Salud Colectiva de la Universidad Nacional de Lanús.
Al inicio, Fernández reflexionó en torno a la ideología del modelo consumista en las sociedades globalizadas, impulsada por el «aparato publicitario». «Desde el aparato de comunicación comercial se tiende a construir conciencia colectiva en la cual se presenta al consumismo como un acto estrictamente privado e individual y en el cual se invisibilizan todo tipo de impactos sociales, medioambientales», señaló Fernández. «Una característica definitoria de este espectro es la desinformación. Es decir, se soslaya qué es lo que me están vendiendo, cómo está compuesto, cómo se ha producido, de dónde viene, cómo se usa, para qué sirve. Ese tipo de cuestiones queda totalmente fuera del discurso publicitario y son reemplazadas por apelaciones del orden emocional y sentimental», dijo. Fernández destacó además la capacidad de comunicación que tiene la economía social para promover un consumo transformador y colectivo.
«No es el consumismo lo que nos da felicidad», señaló Aguirre sobre el accionar de los medios de comunicación que ofrecen patrones falaces de consumo masivo. La antropóloga afirmó que «detrás del televisor» hay 250 holdings (grupos empresarios) que necesitan crear una demanda adecuada a la oferta pero, por el contrario, «sostienen que es la demanda la que modifica la oferta». «La publicidad de las industrias de ultra procesados
–disparó Aguirre– va creando nichos de mercado, crea conceptos y representaciones culturales que van llenando de sentidos productos que no tienen nada que ver con los artículos que publicitan: bebidas gaseosas se  asocian con la juventud y la alegría, yogures a inmunidad, jugos artificiales a naturaleza salvaje», ejemplificó.
«Hace muy pocos años empezamos a hablar de soberanía alimentaria tratando de incorporar al debate nacional una temática que fue omitida y que sigue ausente en la agenda pública», subrayó Carballo, al tiempo que repasó la problemática alimentaria nacional desde principios de siglo XX hasta la actualidad, recordando que en plena crisis social de 2001 «el país batió records de exportación de alimentos». «No es un problema de falta de alimentos, recursos o capacidades –indicó el especialista en soberanía alimentaria–, es un problema socio económico y político que solo puede ser abordado y superado desde esa óptica».