Consumo organizado

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En el barrio porteño de Villa Crespo, un grupo de vecinos conformó una entidad que hace frente a los costos crecientes de los alimentos. Allí, y con muy buen resultado, se promueven el comercio justo y los productos de la economía social.

Sin intermediarios. Pequeños productores y recuperadas son los principales proveedores. (Guido Piotrkowski)

 

Hacer frente al incremento de los precios de los alimentos y eliminar las intermediaciones entre productores y consumidores: este fue el objetivo de un grupo de vecinos del barrio porteño de Villa Crespo al fundar, en 2014, la cooperativa de consumo La Yumba. «La mayoría de los asociados somos integrantes de la Asamblea Vecinal de Corrientes y Juan B. Justo que desde 2001 nos juntamos para dar respuesta a numerosas necesidades del barrio. En este caso, preocupados por el aumento desmedido de precios, comenzamos a organizar charlas para analizar la cadena de valor de los productos; nos preguntábamos por qué en la góndola costaba tanto un tomate mientras que el productor recibía tan poco por su trabajo», cuenta Mini Pérez, presidenta de La Yumba. Así fueron interiorizándose acerca del poder de formación de precios que tienen las grandes cadenas de supermercados. En este escenario, la Yumba se plantea como una organización en defensa de los ingresos de sus asociados y de control de las medidas y acuerdos que favorecen a los consumidores, como el programa de Precios Cuidados y los convenios de la Red Comprar. También se propone como «una forma alternativa de comerciar, producir y distribuir riqueza con equidad mediante la participación de todos».
Para lograr estos objetivos, la entidad se relaciona con movimientos sociales, federaciones y organizaciones de emprendedores y productores, además de participar en encuentros y ferias. «Luego de los primeros pasos nos dimos cuenta de que, además de hacer valer nuestros derechos como consumidores, era fundamental elegir a quién comprarle y, como somos parte de la economía social y solidaria, elegimos comprarles a empresas recuperadas, cooperativas y pequeños emprendedores», dice la síndica, Ester Chaia. Así, la actividad también crea conciencia sobre el comercio justo y el consumo responsable. «Actualmente estamos en un momento completamente diferente. Si en aquel febrero de 2014 salimos a pelear contra la inflación, hoy más que nunca debemos dar esa batalla, porque la estampida de precios es tremenda y no hay políticas públicas al respecto –se lamenta Chaia–. El programa Precios Cuidados quedó con pocos productos, la apertura de mercados de proximidad, como iba a ser el de Colegiales, trunco, con lo cual es necesario fortalecer y profundizar nuestro proyecto».

Sede. La entidad funciona en la Asamblea Vecinal de Juan B. Justo y Corrientes. (Guido Piotrkowski)

 

La iniciativa pronto registró un notable crecimiento. «Empezamos con 100 miembros y hoy ya somos casi 900; el paraguas que contiene a La Yumba son muchas organizaciones barriales con doce bocas de expendio, donde los asociados retiran, se informan y participan en esto de comprar sin intermediarios y consumir conscientemente», cuenta Chaia. «También tenemos un espacio en Radio Asamblea (fm 94.1) con sintonía en toda la zona», dice, por su parte, la presidenta de La Yumba y conductora del programa, llamado Con mirada propia.
«En uno de los últimos plenarios preguntamos por qué las personas se acercaban a la cooperativa, y para nuestra sorpresa –comenta Pérez–, más que el precio del tomate, la mayoría manifestó que le interesaba participar en un espacio que propone gestar otro tipo de economía y otra forma de consumir». «Nuestro objetivo –concluye Chaia– es llegar a todos los puntos posibles de la Ciudad y también del Gran Buenos Aires de la mano de todas las organizaciones populares para pregonar que otra forma de consumir es posible y, en ese marco, organizarnos colectivamente para avanzar hacia una sociedad más justa».

 

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