Contar la resistencia

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Nacida en 2013, la cooperativa de comunicación es parte del grupo de medios independientes dedicados a cubrir las marchas, actos y demás instancias vinculadas con el movimiento feminista y la lucha por la ampliación de derechos de ese y otros colectivos.


Otra mirada. Manifiesta y su trabajo en las calles (foto tomada antes del aislamiento). (Gentileza Manifiesta)

El Encuentro Nacional de Mujeres de 2013 fue el punto de partida. Participantes activas del movimiento feminista y de derechos humanos de la Argentina tenían en común la imperiosa necesidad de ejercer su derecho a una comunicación no sexista y sin discriminación. «Somos mujeres, lesbianas, bisexuales, realizadoras, periodistas, artistas, diseñadoras, parte de las voces ausentes de los medios», dice la presentación en la página web de la organización. Amanda Alma, presidenta de la cooperativa, añade: «Somos mujeres que venimos de distintas experiencias comunicacionales. Nos unimos en un momento en que no había en los medios un espacio para las demandas feministas».
Conformada por 11 asociadas, se abocan a la producción de contenidos audiovisuales como herramienta de transformación social. A través de su sitio web manifiesta.com.ar y de sus redes sociales –donde tienen miles de seguidoras y seguidores– la cooperativa está presente con sus coberturas, crónicas audiovisuales y transmisiones en vivo en diversos eventos y manifestaciones del movimiento de mujeres, lesbianas, travestis y trans y otras actividades relacionadas con las luchas por los derechos humanos. «Trabajamos para aportar discursos propios y militamos para construir un feminismo diferente porque no queremos ni creemos en un relato heterosexual del mundo», dice la presidenta de Manifiesta. Como parte de los servicios que brinda la cooperativa se destacan la realización audiovisual con perspectiva de género, gráfica, publicidad no sexista, campañas fotográficas, programas radiales y la producción de contenidos de investigación periodística para radio, televisión y cine.

Cambios profundos
El año 2015 marcó cambios profundos para la cooperativa. Por un lado, el primer Ni Una Menos en Argentina significó un quiebre en la lucha feminista a nivel mundial y, por el otro, Mauricio Macri asumió la presidencia. «La llegada del macrismo al poder hizo que tuviéramos que articular nuestras producciones sin financiamiento, fue una etapa de subsistencia en la que nos tocó resistir ocupando las calles sin perder el objetivo político de dar la batalla comunicacional», dice Amanda, que está abocada a la producción periodística y la asistencia de cámara.
Sin embargo, siguieron adelante con propuestas, algunas muy innovadoras como los talleres de autodefensa feminista, dictados por Victoria Beytia y Andrea García. Estos se encuentran entre las capacitaciones más requeridas y están dirigidos a quienes desean aprender herramientas físicas y psicológicas de defensa personal y desarrollar la capacidad de respuesta. «Surge por la necesidad impostergable de la defensa de las mujeres a falta de políticas públicas que las protejan de todo tipo de violencia, siendo el objetivo principal del taller la seguridad personal», explican las profesoras a través de la página web. En el canal de YouTube de la cooperativa, en tanto, se comparten informes, entrevistas en profundidad y llevan adelante un ciclo de lecturas colectivas al que bautizaron «Libros sin patrones».
Con la pandemia, las movilizaciones y las marchas han quedado restringidas pero el espíritu de lucha de la cooperativa se mantiene intacto a través de sus redes sociales. «Ponemos el cuerpo de manera diferente y sentimos que no estamos solas. Construimos una mirada lésbica de la vida tras haber sido desacreditadas en nuestras profesiones y oficios por el solo hecho de ser lesbianas. La cooperativa es parte de mi construcción subjetiva», asegura Amanda Alma.