Crecer juntos

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A 187 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, la localidad ha experimentado en los últimos años un notable progreso económico y social, con un fuerte protagonismo de la economía solidaria.

 

Unidos. Integrantes de cooperativas, empresas y del municipio conformaron el movimiento que fomenta el desarrollo florense.

Ubicada en el centro-este de la provincia de Buenos Aires, a unos 187 kilómetros de la Capital Federal, Las Flores es una localidad que combina desarrollo rural e industrial y que en los últimos años ha experimentado un notable crecimiento económico y social. Según los relevamientos realizados por el municipio, en el año 2003 la ciudad tenía un índice de desocupación del 35%. Para 2013, este porcentaje había descendido al 7%. Semejante reducción del índice de desocupación se dio, según referentes locales, gracias a la implementación de programas estatales que propiciaron la generación de puestos de trabajo y, también, debido al fuerte involucramiento de diferentes actores sociales, entre los que se encuentran las cooperativas de la zona.
La interacción de las instituciones florenses llevó a la constitución de diversas asociaciones a lo largo de más de una década. La primera se dio en 2004, con la conformación de la Asociación de Confeccionistas Textiles de Las Flores. «La idea fue enfrentar juntos las dificultades que se fueron presentando a partir del cierre de las grandes empresas que fabricaban ropa e indumentaria deportiva», explica Claudio Decundo, presidente de la Cooperativa de Trabajo Textil CONTEX y secretario de la Federación de Cooperativas de Trabajo de la República Argentina (FECOOTRA). La filial local del Banco Credicoop y la Federación fueron los principales impulsores de esta iniciativa, a la que luego se integró la cooperativa de electricidad local. «La propuesta –dice Decundo– fue simple: tenemos que empezar a hacer cosas entre todos; si no, nos hundimos». La alianza estratégica, la experiencia y el apoyo de gobierno municipal permitieron que la propuesta creciera y acompañara a la recuperación del empleo industrial. «Esta asociación se creó cuando miles de confeccionistas nos quedamos sin trabajo o pasamos a la informalidad –cuenta su coordinador, Pablo Rocco–. El municipio nos dio un espacio en el que hacemos compras conjuntas de insumos. Además, alquilamos maquinarias e instalamos una escuela de capacitación permanente», detalla el dirigente de la agrupación que nuclea a una treintena de cooperativas, talleres y pymes textiles de la zona.
Los dirigentes del banco cooperativo subrayan el rol que, en aquéllos años difíciles, jugaron Credicoop y el Instituto Movilizador. «En el 2002, el Instituto Movilizador sacaba la Propuesta para refundar la Nación, y hoy, en buena parte, esa etapa está superada. Falta mucho, pero estamos avanzando», manifiesta al respecto el presidente de la comisión de asociados de la filial local, Eduardo Sandez, quien destaca la integración sectorial de la localidad bonaerense. En ese momento, el  banco cooperativo lanzó la iniciativa Credicoop y la Comunidad. «Fue una propuesta innovadora para una entidad bancaria que surgió con la idea de dar una respuesta rápida y solidaria a las problemáticas económicas y sociales del momento», recuerda el gerente de la filial florense, Maximiliano Pita.

Impulso. La filial local de Credicoop brinda su apoyo a la propuesta asociativa.

 

Aliados estratégicos
El gobierno local tuvo un rol fundamental en el proceso que llevó al próspero presente de Las Flores. En este sentido, Ariel Repetto, secretario de Desarrollo Local y Educación del distrito, señala: «El municipio busca el bienestar de la comunidad, y el movimiento cooperativo cumplió y cumple un rol preponderante en la contención y en la apertura de posibilidades. Por eso se convirtió en un aliado estratégico del cooperativismo y de toda iniciativa que apunte a mejorar la calidad de vida de los habitantes de Las Flores. La idea es incluir a todos y que todos colaboren con el desarrollo local». El funcionario anuncia, además, la intención de crear más cooperativas de trabajo orientadas a la producción rural. «Las entidades asociativas son herramientas dinámicas que implican un gran desafío y que otorgan, al mismo tiempo, enormes oportunidades para ingresar al trabajo formal; facilitan el acceso al financiamiento y proponen alternativas viables de crecimiento», subraya.
Los años de trabajo invertidos en lograr la sinergia entre las entidades locales dieron sus frutos: la conformación del Movimiento Cooperativo de Las Flores, un espacio integrado por la Cooperativa de Electricidad local (COOPELF), la Asociación de Confeccionistas Textiles, la comisión de asociados de la filial florense de Credicoop, la filial regional de la Subsecretaría de Acción Cooperativa de la provincia de Buenos Aires y FECOOTRA. Esta iniciativa, que cuenta con el apoyo de la Confederación Cooperativa de la República Argentina (COOPERAR) y el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), surgió con el objetivo de promover el cooperativismo en la comunidad. «En 2011 nos juntamos con la intención de organizar actividades para conmemorar el Día Internacional de las Cooperativas y, a partir de ahí, empezamos a impulsar acciones de difusión de los principios y valores de la cooperación», cuenta Javier Guidini, integrante de la Secretaría de Educación de la comisión de asociados del banco y referente territorial de la Subsecretaría de Acción Cooperativa. Lo primero que hizo el movimiento fue lanzar un concurso de preguntas y respuestas para alumnos de escuelas secundarias. «Además de indagar sobre historia, doctrina y legislación cooperativa, los alumnos tienen que responder sobre el cooperativismo local. Por eso damos charlas en los establecimientos educativos e invitamos a los chicos y chicas a visitar nuestras cooperativas. De ese modo se genera un vínculo más estrecho con los jóvenes, que aprenden tanto con la teoría como con la práctica», agrega Guidini. «Creemos que esta es una buena forma de difundir el cooperativismo en las aulas, darles espacio a las nuevas generaciones y estimularlas a participar –explica la gerenta de la COOPELF, Laura Risso–. El éxito de esta iniciativa nos alentó a conformar un centro juvenil y a sumarnos al Programa de Jóvenes Solidarios de la Federación Argentina de Cooperativas de Electricidad».

Manos laboriosas. Trabajadoras de CONTEX, otra de las cooperativas locales.

El recambio generacional buscado por los consejos directivos de buena parte de las entidades solidarias argentinas encuentra en esta iniciativa una manera de difundir los valores de la cooperación a los jóvenes. «Estas acciones tienen que ver, también, con nuestra historia, que viene de las antiguas cajas de crédito, entidades que, desde su creación, fomentaron la educación y la preocupación por la comunidad. Nuestra comisión es muy activa y en los últimos tiempos está experimentando la incorporación de nuevos miembros, entre ellos varios jóvenes», dice Víctor Peverelli, secretario de Actas y consejero suplente de la filial de Credicoop.  «También en nuestra entidad se está produciendo un significativo cambio generacional, y la educación y la capacitación nos van a ayudar a formar nuevos dirigentes», añade Risso. Según Repetto, a la hora de formar una cooperativa, hay un preocupante desconocimiento sobre cómo funcionan las entidades de esta naturaleza. «Les cuesta entender los compromisos y las responsabilidades que esto implica y los beneficios que otorga a quienes las integran. Para tratar de cambiar esto, apoyamos todas las propuestas que fortalezcan al sector», dice el secretario de Educación.
La difusión tanto de la identidad cooperativa como del sentido de pertenencia a las entidades son dos de los desafíos que tiene el movimiento, a nivel local y regional. «Cuando voy a algunos pueblos a dar charlas, hay personas  que me preguntan si es nuevo “eso del cooperativismo”. Esto ocurre porque no hay educación cooperativa en las escuelas, y nosotros queremos estimular a los chicos y a los docentes para que adopten el cooperativismo como modo de vida y también para que las nuevas generaciones, cuando salgan de la escuela, lo tomen como una opción viable y concreta de organización», remarca Guidini.

Energía. La cooperativa eléctrica florense también integra la agrupación.

Según el presidente del Comité Central de Juventud de FECOOTRA, Damián Luján, el movimiento tiene intenciones de replicar en otras localidades, a través de la federación y otras organizaciones, la experiencia asociativa florense y también la iniciativa del concurso. «En la primera edición participaron más de 250 alumnos y la Escuela de Educación Media Nº 1 recibió un premio de 15.000 pesos que otorgó COOPERAR. Fue destinado a un viaje temático para los alumnos y a la compra de equipamiento para el establecimiento. Ya lanzamos la tercera edición –dice entusiasmado Decundo–, pero nuestro sueño es poder organizar un gran concurso cooperativo nacional». Seguir sembrando la semilla solidaria es la prioridad para la agrupación que, gracias a una intensa labor colectiva, se ha constituido en uno de los principales motores del desarrollo local.

Silvia Porritelli
Fotos: Eduardo Dubor

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