Cuestión de principios

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Las cooperativas de servicios públicos cumplen un rol esencial en localidades y pueblos de esa provincia, mediante una amplia gama de prestaciones que tienden a mejorar la calidad de vida.

 

COSERIA. La cooperativa implementó una red privada de telefonía que facilita las comunicaciones en distintas regiones de La Pampa. (Rodrigo Pérez Bongiovanni)

El emblema del cooperativismo es la imagen de dos pinos, juntos representan la vida, la hermandad, la unión, la solidaridad y la necesidad de un trabajo conjunto. Si bien el caldén es el árbol característico de La Pampa, en ese territorio también crecen pinos, los pinos de la organización cooperativa.
Desde hace casi cien años, las cooperativas de servicios públicos se constituyeron en el puntal fundamental para el desarrollo urbano y rural de gran parte del territorio del país. Con su presencia, estas entidades posibilitan que un sinnúmero de pueblos, que no resultan atractivos para grandes prestadoras, por su escasa densidad demográfica y su menor potencial económico, y a los que el Estado tampoco llegó en su momento, cuenten con servicios esenciales.
En La Pampa, el nacimiento de la Cooperativa Popular de Electricidad, Obras y Servicios Públicos de Santa Rosa (CPE), hace 83 años, se produjo en respuesta al monopolio que ejercía la compañía estadounidense Sudamericana S.A., proveedora del servicio de energía, que aplicaba tarifas abusivas equivalentes a diez veces el valor real del servicio. Luego esta experiencia de la capital provincial se replicó en otras localidades pampeanas, donde las entidades solidarias lograron resolver mancomunadamente las necesidades de sus pobladores. Estas cooperativas, que originalmente posibilitaron el abastecimiento de energía, con el correr de los años fueron sumando nuevos servicios para mejorar la calidad de vida de sus comunidades.
Según el último relevamiento realizado por el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), en la Argentina operan más de 1.200 cooperativas de servicios públicos, que atienden principalmente necesidades como telefonía, electricidad, agua potable y saneamiento urbano. Si bien en toda la geografía nacional hay entidades solidarias que resuelven los requerimientos esenciales de sus comunidades, el 81% de las cooperativas de servicios públicos se concentran en cuatro regiones. Particularmente, la región pampeana ostenta el 11,4% de ese total.
En lo que hace al sector energético, el cooperativismo argentino atiende al 16% de los usuarios del país. Pero si se recorta el universo y se analiza sólo el sector del campo, las áreas productivas fuera de los centros urbanos, las cooperativas conectan al 57% de los usuarios rurales. De tal modo que las cooperativas hacen posible el servicio eléctrico en lugares donde para conectar a un usuario puede hacer falta tender kilómetros de línea.
Recientemente el ministro de la Producción de la provincia, Abelardo Ferrán, informó que «La Pampa tiene un importante movimiento cooperativo, de la mano de los servicios públicos esenciales para las localidades; y en lo que se refiere a la electricidad, la cobertura alcanza al 100% del territorio». Es decir que cuando un pampeano en cualquier lugar de la provincia, prende la luz, enchufa una heladera o pone en marcha una máquina, una cooperativa es la que se encarga de que el fluido eléctrico llegue de manera eficaz hasta su casa o lugar de trabajo.

 

Respuesta colectiva
En la localidad de General Pico, la segunda ciudad en importancia de la provincia, la Cooperativa Regional de Electricidad, de Obras y otros servicios (CORPICO), fundada en 1948, brinda, además de energía,  alumbrado público, agua potable, saneamiento urbano, sepelio, enfermería, telefonía e Internet. Las respuestas solidarias que ofrece esta entidad, como en general lo hacen el resto de las cooperativas, son concretas y palpables, por eso cuando hay un requerimiento de la población, rápidamente sus dirigentes evalúan la forma de cubrirlo. «Hacernos cargo del transporte urbano de pasajeros fue una decisión compleja y al mismo tiempo un gran desafío», señala el presidente de CORPICO, Manuel Freigedo en relación con el servicio que incorporó su entidad en el año 2010. «Cuando la concesionaria anterior anunció que se retiraba y la Municipalidad se vio obligada a licitar la prestación, consideramos que era menester que nuestra institución asumiera la responsabilidad del transporte público, que es un bien social, dado que ninguna otra empresa piquense tiene la experiencia, la capacidad ejecutora y la infraestructura necesaria para garantizar la operatividad del servicio. Actualmente, la localidad cuenta con seis colectivos que cubren casi por completo el radio metropolitano, priorizando los barrios de mayor concentración y los lugares más concurridos del trazado urbano, como centros de salud, establecimientos educativos y terminal de ómnibus, entre otros puntos neurálgicos. «El servicio creció considerablemente –informa el gerente Gustavo Peyronnet– porque incorporamos nuevas unidades y sistematizamos los recorridos. Cuando tomamos la concesión se cortaban unos 1.200 boletos diarios y en la actualidad esa cifra ascendió a más de 1.900».
En consonancia con el séptimo principio cooperativo, preocupación por la comunidad, la cooperativa piquense desarrolla numerosas iniciativas y actividades culturales y sociales. Una de las más destacadas es la participación en «La noche de las bibliotecas», un evento organizado anualmente junto con la Dirección de Cultura y Educación de la Municipalidad de General Pico. Otra es la formación del «Grupo estable de abuelos cuentacuentos», que apunta a incentivar el hábito de la lectura y el gusto por la narración oral. Además, la cooperativa ofrece diversos talleres de recreación, capacitación y formación, como: fotografía, expresión artística, teatro experimental, percusión, manualidades y yoga, entre otros.
Atenta al déficit habitacional que afecta a su localidad, debido al crecimiento poblacional, CORPICO, está impulsando una iniciativa para facilitar el acceso a la tierra y promover proyectos habitacionales en la zona. Por otro lado, en respuesta a las necesidades de comunicación, tanto para el desarrollo económico como social de las poblaciones, la entidad solidaria incursionó en telecomunicaciones con el fin de mejorar y hacer más eficiente este servicio. «El 67% de la población de General Pico se comunica a través de las redes telefónicas instaladas por nuestra cooperativa –manifiesta Freigedo–. En cuanto a la prestación de Internet, ocurre algo similar», agrega el presidente, quien destaca que la atención personalizada y la confianza en la organización solidaria fueron las que indujeron a miles de piquenses a cambiar la compañía multinacional por la empresa solidaria local.

Referentes. Freigedo, Peyronnet y la secretaria Marina Vanini integrantes de CORPICO. (Rodrigo Pérez Bongiovanni)

 

Trabajo en red
Las nuevas tecnologías de comunicación están en constante evolución, dado que cada vez es mayor la demanda de ancho de banda que requieren los servicios digitales actuales. En ese marco, la provincia de La Pampa implementó un proyecto de comunicaciones a través de la fibra óptica del acueducto del Río Colorado. La Red de Fibra Óptica y Sistema de Comunicaciones Multimediales consiste en la conformación de una red privada de telefonía. Para llevar adelante esta iniciativa el gobierno provincial firmó acuerdos con diferentes cooperativas de servicios públicos y empresas comerciales pampeanas. La implementación, montaje y armado de la red quedó a cargo de la Cooperativa de Electricidad, Obras y Servicios Públicos de Intendente Alvear (COSERIA). «A través de este sistema los usuarios pueden comunicarse gratuitamente entre sí», comenta el gerente técnico de la entidad, Mariano Iglesias.
La conectividad de esta red de telefonía permite, además de la integración de los municipios de la provincia, ampliar las intercomunicaciones a otras redes adheridas al sistema en distintas regiones vecinas de La Pampa. «En nuestra localidad, el ancho de banda directo al hogar les permite a los alvearenses acceder a una conexión de Internet de alta velocidad, capacitación a distancia y videoconferencias, transmisión por fibra de telefonía y televisión, la instalación de sistemas de seguridad, entre otras posibilidades», explicó el ingeniero Iglesias, resaltando que este emprendimiento novedoso para la provincia posibilita el acceso al conocimiento, la educación, las comunicaciones, la información y el entretenimiento.

 

El bien común
El movimiento cooperativo siempre marca la diferencia en relación con el accionar de las empresas de lucro; el interés por beneficiar a la comunidad prima a la hora de prestar un servicio. Un claro ejemplo de este principio es el servicio social de sepelio que COSERIA implementó en respuesta a una necesidad comunitaria. El mismo fin persigue el denominado Servicio Solidario de Enfermería, Ortopedia y Afines (SEOYA), que la cooperativa pone a disposición de sus asociados. Agua potable, electrificación rural, alumbrado público, fábrica de postes de hormigón, venta de artículos para el hogar y materiales eléctricos, operación y mantenimiento del sistema de saneamiento ambiental, además de una comprometida labor cultural, social y educativa, son parte de las múltiples servicios y acciones que despliega la cooperativa en Intendente Alvear, una localidad de 8.000 habitantes, y en Ceballos, un pequeño pueblo vecino de unos 600 habitantes.
«Nos interesa trabajar fuertemente en la educación cooperativa y también en la concientización ambiental, por eso convocamos fundamentalmente a los chicos y a adolescentes a sumarse de manera solidaria a diferentes propuestas vinculadas con el cuidado del medio ambiente –cuenta la gerenta administrativa Graciela Tosso–. Desde 2009 comenzamos una campaña de recolección de pilas usadas y los más jóvenes son nuestros principales aliados para llevar adelante este propósito». Según informa la gerenta, las pilas acopiadas se encapsulan con cemento y cal en envases herméticos y luego se depositan como relleno en el hormigón de las columnas que fabrica la entidad. «De esta manera se completa la disposición final de estos elementos potencialmente tóxicos que quedan aislados del medio ambiente», concluye Tosso.
El accionar diario tanto de CORPICO como COSERIA demuestra la potencialidad y la voluntad de acción que tienen las cooperativas de servicios públicos pampeanas. Estas empresas sin fines de lucro, que son organizaciones gestionadas democráticamente y cuyo capital social está integrado con el aporte voluntario de sus asociados, no sólo se preocupan por prestar de manera eficiente sus servicios sino también por mejorar la calidad de vida de sus comunidades. La generación de empleo y la reinversión de los excedentes que obtienen las cooperativas de servicios públicos, sin dudas, dinamizan las economías regionales y fomentan el desarrollo sustentable de las localidades de la provincia.

Silvia Porritelli