10 de septiembre de 2014
En un pequeño pueblo serrano, la cooperativa local provee energía eléctrica a través de paneles solares. Innovación y cuidado del medioambiente, a través de la gestión solidaria.
A nosotros nos gusta decir que somos la primera y única comarca ecosolar de Córdoba», dice Mauricio Abba, presidente de la Cooperativa de Obras y Servicios Públicos La Rancherita, mientras muestra el predio de la planta generadora de energía solar que pudo concretarse en la localidad cordobesa. La Rancherita es un pintoresco pueblo rodeado de sierras. Ubicado a la vera de la ruta provincial Nº 5, entre las ciudades de Alta Gracia y Villa General Belgrano, integra la región conocida como Valle de Paravachasca.
En ese lugar, gracias a una sinergia entre diversas entidades locales, se concretó el innovador proyecto ecológico, a través de una entidad de la economía social. «Fue un acuerdo entre las autoridades comunales y la cooperativa. Además, participó la Secretaría de Energía de la Provincia, que nos allanó el camino y nos vinculó con la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (EPEC), la cual auditó el proyecto y estableció un protocolo de seguridad específico para implementarlo», relata Abba. Al explicar de qué manera funciona el sistema, el presidente de la entidad puntualiza: «La energía capturada por los paneles se inyecta directamente a la red eléctrica de nuestra cooperativa, sin baterías de almacenaje, que pueden ser contaminantes. Con esta tecnología de punta, similar a los pueblos con energías alternativas de España o Alemania, aportamos un 20% del total consumido por el alumbrado público y, en próximas etapas, ampliaremos el aporte energético hasta un 70%».
Alejandro Sosa, jefe comunal de La Rancherita, explica durante la entrevista que la búsqueda de fuentes alternativas de energía y de una convivencia más amigable con el medioambiente lleva casi una década en el pueblo. «Hace 8 años que estamos implementado medidas fundamentales cuyo eje es el cuidado del medioambiente. Empezamos con el bosque nativo: para preservar las especies del semiárido chaqueño, destinamos 45 hectáreas para crear una reserva natural protegida». Otra medida implementada en la comuna es la separación en origen de los residuos domiciliarios. «Ahora, la energía solar de nuestros paneles inyectada a la red de la cooperativa resulta un hecho único en Córdoba, y casi diría que en el país, ya que sólo nosotros y el parque solar de San Juan utilizamos esta manera alternativa de generar energía».
En la etapa inicial del proyecto, la idea de sus creadores era tener equipos autónomos. «Pero los costos –admite Sosa– eran inmensos. Así que construimos esta planta con paneles solares desde donde se produce energía. Durante los días de mucha insolación, se distribuye por la red de la cooperativa y esa energía es también la que consumimos en todos nuestros hogares». Sosa admite que para el éxito del emprendimiento, la comunidad jugó un rol fundamental. «Fue muy importante que de forma unánime la población de La Rancherita haya apoyado este proyecto, aun sabiendo que en esta primera etapa los fondos saldrían de la comuna y ese dinero no se recuperaría inmediatamente. Más allá de esto, la mayoría entendió el mensaje de apostar a las energías renovables», dice Sosa.
La decisión, sin embargo, no fue unilateral sino que fue debatida en una asamblea vecinal. «Fue muy emocionante ver a los vecinos en una asamblea comunal adherir de manera unánime a este proyecto ecosolar –recuerda Abba–. Muchos de los que decidimos venir a vivir a este lugar teníamos como proyecto la incorporación de las energías alternativas a nuestras viviendas, pero al lograr hacerlo en comunidad esto dejó de ser una utopía para ser un hecho concreto».
El proyecto también contagió entusiasmo e interés de la población por la actividad de la cooperativa local. «Desde la cooperativa decimos que a partir de la implementación de la planta generadora de energía solar vivimos una nueva realidad, porque se revitalizó el vínculo de los asociados con nuestra institución. Tenemos 105 socios y nos estamos extendiendo con servicios y actividades hacia la zona rural limítrofe con Villa Ciudad de América», cuenta Abba. Una de las actividades de la cooperativa que el presidente destaca es la difusión de la doctrina solidaria en los colegios de la zona, «propiciando la participación efectiva de los jóvenes en los foros de la economía social, proyectos culturales y festivales solidarios». De esta manera, la entidad apuesta a generar un horizonte de mejor calidad de vida para su comunidad, a través de la gestión democrática y solidaria.
—Texto y fotos: Bibiana Fulchieri