De Guatemala al mundo

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Recuerdo. Dubatti, Asturias Amado, Kuliok, Muleiro, Infante, Vaccaro y Villafañe. (Horacio Paone)
 

El 19 de octubre de 1967, el mismo día de su cumpleaños, Miguel Ángel Asturias se enteraba en Francia de que había ganado el Premio Nobel de Literatura. A 50 años de ese importante momento para las letras latinoamericanas, el Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini realizó una charla con la presencia de Juano Villafañe, director artístico del CCC, Miguel Ángel Asturias Amado (hijo de Asturias), el escritor Vicente Muleiro, la actriz Luisa Kuliok, el teórico y crítico Jorge Dubatti, y la cantante Débora Infante. También participó del homenaje, realizado en la sala Raúl González Tuñón, el presidente de la Sociedad Argentina de Escritores, Alejandro Vaccaro.
Luego de la proyección de fotos y un video en el que se hacía un repaso por la vida del autor de libros como El señor presidente y Hombres de maíz, Villafañe dio la bienvenida, a la vez que remarcó «la importancia de lo que implica este homenaje, en principio, por lo que significa Miguel Ángel Asturias como escritor, como intelectual, como hombre de nuestra América y la consecuencia que siempre tuvo en sus respaldos a todos los procesos de transformación y democráticos en nuestro continente, eso fue un rasgo característico en él». Asturias Amado hizo un recorrido por la vida de su padre, desde lo artístico y lo político hasta lo personal. Habló de sus resquemores a la hora de editar y cómo fue, en Buenos Aires, gracias a Gonzalo Losada, que publicó una parte importante de su obra. «Él nos ha dejado una vida llena de éxitos a través de un trabajo literario constante y permanente. Su gran cariño a la Argentina, su amor por Guatemala; la sensibilidad ante las injusticias», dijo.
Muleiro hizo hincapié en lo poético de su obra, la vanguardia de su escritura, y cómo la mezcla del surrealismo con la cultura maya dio como resultado el origen del llamado «realismo mágico» tan presente en el posterior «boom latinoamericano». Dubatti mencionó el trabajo de Asturias como dramaturgo, una de sus facetas menos conocidas, pero que lo transformó en uno de los grandes maestros del teatro latinoamericano. Y Vaccaro lo definió como «un verdadero precursor», y recordó a su gran novela El señor presidente como el origen de toda una serie de textos sobre dictadores. La velada culminó con lecturas de poemas de Asturias a cargo de Infante y Kuliok.