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Del silo al tanque

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Medidas como la devaluación y la reducción de retenciones favorecieron la exportación de biocombustibles a cargo de grandes empresas. Las pymes que abastecen el mercado interno piden reglas claras para seguir invirtiendo.

Rosario. Planta procesadora de biodiesel. El sector reclama un mayor corte del gasoil. (Diego Giudice)

 

La devaluación de la moneda junto con la  eliminación y reducción de retenciones a la exportación de granos no solo abultaron los márgenes de ganancias de los exportadores, sino que potenciaron la venta de biocombustibles al exterior en desmedro del mercado doméstico. En la actualidad, y bajo el amparo de la ley de promoción 26.093 –que establece los niveles de corte de este combustible–, el sector pyme produce cerca de 1,2 millones de toneladas anuales. Durante la última década se desarrolló un polo agroindustrial en las provincias de Santa Fe y Córdoba con una inversión privada estimada en 4.000 millones de dólares. El país llegó a ser el principal productor mundial de biocombustible, pero luego cayó al tercer lugar detrás de Estados Unidos y Brasil. Desde el sector reclaman que haya previsibilidad desde el gobierno nacional respecto del cronograma establecido por ley y que se duplique este año el corte obligatorio de biocombustibles.
Se trata de una rama de actividad cuyo desarrollo tiene un impacto directo en las economías regionales. Según la Cámara de Empresas Pymes Regionales Elaboradoras de Biocombustibles (CEPREB), en el país existen 26 empresas del segmento que están abocadas a la producción de biodiesel. De ese total, 17 son medianas y 9 son pequeñas (Agro M y G, BH Biocombustibles, Colalao del Valle, Doble L Bioenergías, Energías Renovables Argentinas, Héctor Bolzan y Cía., New Fuel, Prochem Bio y Soyenergy). Estas firmas cuentan con plantas en las provincias de Buenos Aires, Santiago del Estero, Entre Ríos, San Luis, Neuquén, Santa Fe y La Pampa. La producción de este segmento genera más de 3.500 puestos de trabajo y además fomenta la cadena productiva.
Mientras los grandes productores están completamente abocados al negocio de la exportación, las pymes están orientadas a abastecer el mercado doméstico y representan más del 50% del total nacional (2,5 millones de toneladas). La capacidad de producción es de 4,6 millones de toneladas. Según el INDEC, en el segundo trimestre de 2016 los envíos al exterior se incrementaron un 187,2% interanual, mientras que los despachos al mercado interno crecieron 1,6%.
El corte de gasoil con biodiesel era de un 5%, pero a partir de 2014 dicha proporción pasó a ser el doble, lo que permitió incrementar los niveles de producción. Desde CEPREB consideran que está todo dado como para que el sector siga creciendo e invirtiendo en tecnología y capacidad, pero advirtieron que para ello será necesario contar con previsibilidad y reglas de juego claras, comenzando por el cumplimiento de la normativa actual.
Desde el Ministerio de Energía que conduce Juan José Aranguren adelantaron que estaba en análisis llevar al 20% de biodiesel los 3,3 millones de metros cúbicos al año de gasoil que consume la maquinaria agrícola, el mismo porcentaje para otros 2 millones de metros cúbicos que se utilizan para generación eléctrica y otro tanto para el transporte público, el que más gasta. En este caso, las  pymes que abastecen a los surtidores regionales y a usinas termoeléctricas serían las principales beneficiarias.
Desde el ámbito privado sostienen que elevar el corte al 12% podría hacerse de manera inmediata para el sector automotor, al igual que al 20% para flotas de ómnibus, si la cartera de Energía lo determina. Pero el lobby empresario en contra de este avance es grande. Hay resistencia de las terminales automotrices y de las propias petroleras, que ven amenazado su negocio y se verían obligadas a realizar modificaciones en las destilerías. En el caso de las generadoras eléctricas, arguyen problemas con las garantías de las máquinas utilizadas en las centrales de ciclo combinado. La respuesta del CEPREB es que desde un punto de vista mecánico, los motores diesel admiten sin inconvenientes hasta un 100% de biodiesel y no se requeriría ningún mantenimiento especial, más que un cambio de mangueras.