Deporte e identidad local

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La filial San Justo del banco cooperativo mantiene un estrecho vínculo con las entidades de su medio, entre las que sobresale una institución social histórica del oeste bonaerense.

 

Juntos. Integrantes de la comisión directiva del club y representantes del banco cooperativo durante una visita institucional.

A lo largo de su historia, el Banco Credicoop ha tomado como uno de los ejes de su política de gestión, además de las acciones comerciales, la promoción de vínculos entre sus filiales con las entidades y organizaciones sociales de los medios locales en donde actúan. Esta es una de las premisas que sostiene la entidad en cada una de las filiales que se reparten a lo largo y a lo ancho del país. La filial San Justo, provincia de Buenos Aires, no es la excepción. «Tomando como objetivo la transformación social, este tipo de lazos nos ayudan a reforzar los principios y la identidad cooperativa. Nuestra tarea como empresa solidaria es llevar adelante una gestión con creciente protagonismo a fin de aportar a la batalla cultural que planteaba nuestro referente cooperativo Floreal Gorini», sostiene el gerente de la filial, Sebastián Form en relación con los vínculos que permanentemente teje el banco del oeste bonaerense con las instituciones de la zona.
El histórico Club Atlético Almirante Brown es una de esas entidades. Fundado en 1922, cuenta con una rica trayectoria en la ciudad matancera de San Justo, que con altos y bajo dentro de la competencia futbolística, se mantiene actualmente en la categoría B Metropolitana. Con más de 5.000 socios activos y 2.000 cadetes en infantiles, la institución desarrolla una intensa y comprometida tarea de contención social. Además de su especialización futbolística, en las instalaciones del club aurinegro se desarrollan otras disciplinas deportivas como básquet, tenis, hockey femenino, patín artístico, artes marciales, boxeo, gimnasia, fútbol femenino y fútbol amateur.
«La integración del club con nuestra filial fue casi inmediata. Además de la bancarización de su personal para el cobro de haberes, Almirante Brown deposita en su cuenta todos los valores provenientes de la AFA como así también de sus sponsors», explica el gerente. Por otro lado, consustanciada con su labor social, la comisión de asociados de la filial decidió aportar mensualmente recursos para ayudar al sostén de la escuelita de básquet. La interacción entre el banco y la institución deportiva es permanente. «Cuando Credicoop cumplió su 35º aniversario la comisión directiva del club nos entregó como obsequio un banderín con el escudo y los colores que identifican a Almirante Brown», comenta el gerente.

Rol crucial. El club brinda variadas opciones recreativas a los vecinos.

En abril de 2014, el club dio otro paso importante: inauguró el Centro de Formación Profesional, donde se dictan cursos gratuitos de electricista montador, operador de informática, mantenimiento de edificios, operador de PC, cocina y computación, a fin de generar una salida laboral para los socios y vecinos de la zona en general. También allí se brindan clases de dibujo y pintura para los más chicos. «Es muy valiosa la tarea que realiza a diario esta institución. En el mes de agosto con una comitiva visitamos la sede social y pudimos conocer sus instalaciones deportivas y también las aulas donde se ofrecen los talleres de formación técnica», destaca Form. En dicha ocasión Form asistió junto con José Biniki y Rafael Massimo, integrantes de la Comisión de Asociados, y fueron recibidos por Juan Paulenko, vicepresidente del club. Por otra parte, la comisión de asociados de la filial coordinó con el club una salida cultural para 120 chicos, que visitaron el Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini para asistir a una función de la obra infantil Circo Fokus Bokus. «Acompañamos este tipo de iniciativas –concluye Form– porque estamos convencidos de que las organizaciones locales son las que ayudan a fortalecer los lazos y la identidad y favorecen la inclusión social, como lo demuestra día a día este club tan arraigado en San Justo».

Silvia Porritelli