Desafíos del presente

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La Confederación Cooperativa de la República Argentina se manifestó con una declaración pública sobre el rol de las entidades solidarias en el actual contexto político y económico nacional. Trabajo, vivienda y equidad, los ejes principales.


 Autogestión. Se destaca el papel de las cooperativas en la preservación del empleo. (Archivo Acción)
 

Con más de un siglo de fecunda existencia e infinidad de realizaciones solidarias, el movimiento cooperativo argentino cuenta con una rica experiencia en la satisfacción de necesidades en materia de servicios públicos esenciales». Con estas palabras comienza el documento de la Confederación Cooperativa de la República Argentina (COOPERAR), emitido con el fin de aportar propuestas «destinadas a resolver por sí mismas, y en una articulación virtuosa con el Estado, muchas de las necesidades que forman parte de la agenda prioritaria para todos los habitantes de nuestro país».
Basándose en un modelo organizacional solidario que existe en todo el mundo desde hace más de un siglo y medio, con una membresía global de más de 1.000 millones de personas y más de 10 millones en nuestro país, la declaración enuncia propuestas «destinadas a la atención de las demandas prioritarias de la sociedad en la actual coyuntura histórica, en un contexto internacional de crisis que exige soluciones creativas y eficaces».
«Las cooperativas pueden asumir un compromiso real de preservación del empleo, por ser empresas sociales enraizadas en el territorio del que forman parte», afirma la confederación. «Es necesario –añade– construir canales de diálogo que garanticen un trato sin discriminaciones frente a los grupos empresarios de mayor poder y den estabilidad a los escenarios donde desarrollan sus actividades. Debemos tener especial preocupación frente a la situación de todos aquellos trabajadores que han apostado por la autogestión en cooperativas de trabajo. Se trata de pequeñas empresas con dificultades para el acceso al financiamiento y muy vulnerables frente a cambios abruptos en el escenario económico». Según el escrito, «no existen en la actual coyuntura alternativas para la reinserción laboral de sus trabajadores».
Respecto de la problemática habitacional, el documento de COOPERAR afirma que «la implementación de un plan de vivienda con la suficiente escala como para avanzar en forma significativa en la satisfacción de este derecho es un excelente camino para generar trabajo y movilizar el alicaído mercado interno. Las familias organizadas en cooperativas y mutuales pueden ser de enorme ayuda para facilitar el acceso a la tierra evitaron comportamientos especulativos, para reducir costos de construcción y generar espacios participativos para que la producción de hábitat sea acorde con las necesidades y la idiosincrasia de los vecinos».

Vehículo de interlocución
Por otra parte, señala que cada cooperativa «puede ser un vehículo de interlocución entre su comunidad y el poder político a la hora de construir propuestas que equiparen las condiciones de desarrollo humano en todo el territorio». Las cooperativas de servicios públicos, expresa, «deben construir una estrategia que a partir del diálogo y la participación garantice condiciones equitativas y sustentables en cada localidad para los temas de energía, agua potable, saneamiento y acceso a la tecnología». Tambien menciona a las cooperativas agropecuarias, con las que, sugiere, «debe construirse una agenda trabajo que garantice el fortalecimiento de las distintas cadenas de valor de base agropecuaria, a partir de la defensa y la promoción de los intereses del productor inserto de cada localidad».
En este sentido, menciona el lanzamiento, por parte de COOPERAR, de la Red de Municipios Cooperativos, «un espacio de confluencia entre los gobiernos municipales y las empresas de la economía solidaria para construir desarrollo local sostenible». Y destaca la necesidad de  «sumar la organización de los consumidores en la lucha contra la inflación y las estructuras oligopólicas que caracterizan a muchos de los mercados de nuestro país», rescatando en ese marco la experiencia del cooperativismo del consumo y de las proveedurías mutuales.
«Frente a un mundo que se debate entre una globalización hegemonizada por el capital financiero y el creciente avance de políticas chauvinistas y xenófobas entre los países más desarrollados, es necesario profundizar los vínculos económicos con el resto de Latinoamérica», cierra la declaración. «Las cooperativas tienen presencia en todo el continente y pueden contribuir sustancialmente a este proceso, facilitando estrategias articuladas entre empresas solidarias de toda la región para insertarse en los mercados extracontinentales y para promover el comercio intrarregional».

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